Diáspora venezolana hace retroceder a Roy Chaderton en el Vaticano

hace 12 horas 2

En un contundente acto de repudio, la diáspora venezolana confrontó al exembajador y aliado chavista Roy Chaderton Matos en las afueras del Vaticano, en Roma, en el marco de las celebraciones de la canonización del beato José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles.

La presencia de Chaderton, figura histórica y controversial del régimen, en un acto de fe y unidad nacional como lo es la elevación a los altares del "médico de los pobres", desató la indignación de los venezolanos en el exilio.

Habla la diáspora

Los ciudadanos, rodearon al diplomático para exigirle cuentas. La principal recriminación fue la hipocresía que percibieron en su asistencia a un evento que, para muchos, es un símbolo de esperanza y unidad, mientras Chaderton ha sido uno de los más duros defensores de un régimen al que responsabilizan de su sufrimiento.

El diplomático fue increpado y llamado "Judas" por los manifestantes, quienes lo enfrentaron con el dolor de la separación y la persecución política:

"Qué vergüenza que la juventud venezolana vea gente como tú. 8 millones en el exilio por gente como tú. Separados de nuestras familias por gente como tú. Estás en la casa de Dios, muy irónico", le espetaron, señalando la contradicción entre su fe y su militancia política. "Por gente como usted, muchos jóvenes venezolanos están presos", agregaron.

Amenazas contra los venezolanos

Chaderton, conocido por su verbo afilado contra la disidencia, respondió al hostigamiento con una actitud desafiante, insinuando que el lugar era donde "había nacido el fascismo". Además, ordenó a su séquito tomar registro de quienes lo increpaban: "Tírales fotos", indicó, mientras intentaba intimidar a los jóvenes al preguntarles sus nombres.

El diplomático y su comitiva se vieron forzados a abandonar el lugar, superados por la presión de los ciudadanos.

Roy Chaderton: El Aliado Histórico y la Retórica Despiadada:

Chaderton Matos es un pilar del oficialismo con una amplia carrera, que incluyó la Cancillería y la representación ante la OEA. Su lealtad al régimen y su discurso sin concesiones lo han convertido en un símbolo de la confrontación política venezolana. Su frase más infame ocurrió en 2014, cuando afirmó con sarcasmo que los proyectiles en las cabezas de los "escuálidos" (opositores) resonaban como un "chasquido" por la supuesta falta de "contenido cerebral". Su presencia en los actos religiosos del Vaticano, como aliado del régimen, se convirtió en un catalizador para el repudio de las víctimas en el exilio.

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