
Las playas ocupan un lugar especial: son escenarios donde convergen biodiversidad, paisajismo y actividades al aire libre. Estos litorales constituyen hábitats esenciales que regulan el clima, amortiguan el impacto del oleaje y resguardan ecosistemas únicos, a la vez que ofrecen descanso y recreación a millones de personas.
Con motivo del Día Internacional de las Playas, celebrado cada tercer sábado de septiembre, vale la pena destacar algunas de las mejores costas del mundo. Condé Nast Traveler, la publicación especializada en viajes, identificó playas que resaltan por su belleza, historia y singularidad. Su selección muestra la variedad de panoramas y experiencias que estos lugares ofrecen, y la importancia de su preservación en un contexto global de transformaciones ambientales.

En la isla de Kauai, la playa Honopu se presenta como un tesoro oculto al que solo se accede nadando o en kayak, lo que refuerza su aura de misterio. Sus altos acantilados rojizos contrastan con la arena clara y el mar turquesa, creando un paisaje cinematográfico.
De hecho, fue escenario de varias producciones de Hollywood. Su aislamiento asegura tranquilidad y un contacto directo con la naturaleza en estado puro.

Considerada una de las playas más fotografiadas del mundo, Anse Source d’Argent, en la isla La Digue, Seychelles, se distingue por sus formaciones de granito que emergen como esculturas naturales entre la arena blanca y el mar cristalino.
Su poca profundidad permite caminar varios metros mar adentro sin que el agua supere la cintura, lo que la hace ideal para familias. La vegetación tropical que la rodea, sumada al clima cálido del océano Índico, convierte al lugar en un escenario paradisíaco que parece sacado de una postal.

Gran Anse, en la isla caribeña de Granada, es un extenso arco de arena blanca bordeado por aguas de un azul intenso. Con más de tres kilómetros de extensión, es famosa por su ambiente animado, donde conviven puestos de comida local, bares de playa y hoteles que se mezclan con la vida cotidiana de los pescadores.
Su mar tranquilo es perfecto para nadar y practicar deportes acuáticos como kayak o esnórquel. Al caer el sol, se transforma en un punto de encuentro tanto para visitantes como para habitantes locales, por lo que ofrece una experiencia que combina turismo y cultura caribeña.

En el extremo occidental de Irlanda, la Bahía Keem sorprende por su entorno agreste y pintoresco. Rodeada de verdes acantilados y colinas cubiertas de turba, esta playa de arena dorada contrasta con el mar esmeralda del Atlántico.
Se la reconoce como un refugio de tranquilidad, con aguas limpias y paisajes que atraen tanto a excursionistas como a fotógrafos. Su carácter remoto la convierte en una de las playas más auténticas de Europa.

Ubicada en la isla de Anglesey, la playa de Llanddwyn se extiende a lo largo de un paisaje que combina dunas, bosques de pinos y vistas a montañas lejanas. Más que una playa, es un sitio cargado de simbolismo: en la península que la bordea se encuentran ruinas vinculadas a Santa Dwynwen, la patrona de los enamorados en Gales.
Con la marea baja, la arena se convierte en un amplio espacio ideal para caminar, montar a caballo o simplemente contemplar el horizonte. Su mezcla de naturaleza y mitología la convierte en un destino especial dentro del Reino Unido.

La playa Chesterman, en la costa oeste de la Isla de Vancouver, combina la energía del océano Pacífico con un ambiente relajado que atrae a surfistas y caminantes. Su amplia franja de arena se divide en dos sectores, norte y sur, conectados por un istmo que se cubre o descubre según la marea.
Durante los inviernos, se volvió famosa por el “storm watching”, la observación de tormentas marinas que ofrecen un espectáculo imponente de olas gigantes que rompen contra la costa. Al mismo tiempo, es un lugar propicio para pasear al atardecer y disfrutar del silencio de los bosques cercanos.

Cuckmere Haven se sitúa en la desembocadura del río Cuckmere, y es conocida por sus vistas directas a los acantilados blancos de las Siete Hermanas, un ícono del litoral inglés. La playa está formada por guijarros y arenas, y conserva un aire tranquilo al estar alejada de los circuitos turísticos más concurridos.
La combinación de río, mar y praderas hace de este lugar un ecosistema rico en aves y vida silvestre. Además, su paisaje ha sido inspiración de artistas y aparece en películas y series británicas, lo que consolida su atractivo cultural y natural.