Las ratas se apoderan de Madrid. (Imagen/Composición Infobae)En medio del conflicto por la tasa de basuras en los barrios de la Comunidad de Madrid, un nuevo vecino asoma entre las bolsas basuras y los contenedores. La proliferación de ratas ha dejado de ser una anécdota para convertirse en realidad, siendo una preocupación existente cada vez más extendida.
La acumulación de residuos, el abandono de las zonas verdes y las deficiencias en la limpieza urbana ha creado el caldo de cultivo perfecto para estos roedores, portadores de enfermedades y causantes de daños a inmuebles.
El último en sumarse a la lista de afectados ha sido el barrio céntrico de Chueca, concretamente la Plaza de Pedro Zerolo, convertida en uno de los focos más evidentes de la plaga. “Yo que salgo mucho a entregar pedidos, siempre las estoy viendo. De todos los colores y tamaños”, relataba un residente a Telemadrid, describiendo cómo estos animales saltan de los cubos de basura sin tapa.
“He llegado a ver como 20 o 22”, confesaba otro. Las ratas habitan en zonas cercanas a sus fuentes de alimentos, lo que podría explicar su crecimiento en el corazón del barrio. “Somos muchos comercios aquí que tiramos mucho cartón y mucho residuo… Hay bastante indigencia, hay bastante basura y dejan ahí todos los restos de todo”, explicaba un comerciante.
Pero la presencia de ratas no se limita al centro de la capital. En barrios como Arganzuela, Legazpi y Carabanchel, los vecinos han alertado sobre la proliferación de roedores y los riesgos sanitarios asociados. Incluso, en El Capricho (Alameda de Osuna), la preocupación aumenta por la cercanía de un colegio.
Nuria, vecina de la zona, aseguraba a El Periódico de España: “He visto niños, incluso, corriendo detrás de ellas, como si fuese un juego. Esto se tiene que acabar o un día lo lamentaremos todos”. “Ya son parte del paisaje”, afirmaba otro residente.
En su mayoría, se trata de ratas marrones, capaces de portar patógenos que pueden causar salmonelosis, leptospirosis o encefalitis, y que sorprenden a los vecinos por su habilidad para trepar a los árboles y construir nidos en lugares elevados.
Ratas subidas a un árbol en el barrio de Alameda de Osuna. (Imagen: X/@sidralove)La urbanización Arroyo de los Sauces, en Alpedrete, también ha sufrido los efectos de la plaga. Marifé, residente, denunciaba en ABC: “Llevo viviendo aquí 27 años y no he visto nunca nada igual”. Los roedores han causado daños que van desde cables eléctricos mordidos hasta cortes de internet, y se han encontrado ratas muertas en la piscina comunitaria.
Elena, otra vecina, explicaba: “Muerden los cables de la luz y nos dejan sin focos. Al principio tan solo fue uno, pero ahora llevan seis de los doce que hay en casa”. La administración ha llevado a cabo campañas de desratización extraordinarias, revisando cebos en sótanos, garajes y zonas comunes, y habría solicitado al Ayuntamiento la recogida diaria de basuras.
El mayor peligro de estos barrios sucede en verano. La alta generación de residuos y las altas temperaturas obliga a las ratas a salir de las alcantarillas, según el consistorio, que ha anunciado la licitación de un nuevo contrato de limpieza con un coste de 1,2 millones de euros al año durante 12 años.
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