Bofetada uno
Los de derecha somos ingenuos por naturaleza… la izquierda constantemente nos alimenta con la narrativa que quiere que traguemos, y nosotros, inevitablemente, lo hacemos.
El mito, la falacia —o, para decirlo suavemente, la inexactitud— más extendida es la idea de que el actual Partido Demócrata se ha desviado: que está temporalmente a la deriva y perdido en el mar. Se lo ve como una mera degeneración del gran partido que alguna vez fue. Una aberración que puede corregirse; un tropiezo temporal. ¡Falso! Este ha sido el plan desde el primer día: una mezcla de fascismo, socialismo y, en última instancia, comunismo como meta, alcanzable por múltiples caminos posibles, como los espaguetis en un pronóstico de huracán: muchas rutas diferentes con un resultado cierto: el desastre.
Bofetada dos
Orígenes del Fabianismo.
La Sociedad Fabiana debe su nombre al general romano Quinto Fabio y a sus tácticas de ataques demorados contra Aníbal. Su lógica puede ilustrarse con la siguiente cita:
“Para el momento adecuado debes esperar, como lo hizo Fabio con gran paciencia cuando luchaba contra Aníbal, aunque muchos censuraron sus demoras; pero cuando llegue el momento, debes golpear con fuerza, como lo hizo Fabio, o tu espera será en vano e infructuosa”.
Ese momento es ahora, la América de 2025.
La sociedad fue fundada el 4 de enero de 1884 y atrajo a escritores de la talla de Bernard Shaw; no es de extrañar que Kennedy, el epítome del fabiano, lo citara repetidamente durante su carrera política: “Algunos hombres ven las cosas como son y se preguntan: ‘¿Por qué?’ Yo sueño cosas que nunca fueron y digo: ‘¿Por qué no?’” Esta frase, con su grandeza intrínseca, resalta y explica la esencia del Fabianismo. Atrevido… apostando en grande…
Bofetada tres
El ícono de la sociedad lo dice todo: un lobo con piel de cordero —una estrategia disfrazada de moderación.
Bofetada cuatro
El Fabianismo en acción.
El primer presidente fabiano fue Woodrow Wilson, quien sentó las bases de lo que estaba por venir con su gobierno tecnocrático y su estructura administrativa. Infamemente, la creación de la Reserva Federal. Aunque no fue su idea original, fue clave en la construcción del andamiaje financiero con el cual se erigió la Fed tal como la conocemos hoy.
Firmó la Ley de la Reserva Federal en 1913 mientras banqueros ricos de ambos lados del Atlántico preparaban a un comunista ruso, Vladimir Lenin, para tomar el control del país más grande del mundo y declarar la guerra al capitalismo.
Parece una dicotomía, pero no lo es. Todo era parte del plan maestro.
Bofetada cinco
El Fabianismo en su máxima expresión.
El segundo y más influyente presidente fabiano fue FDR, con su New Deal; en apariencia, un gran proyecto o conjunto de proyectos que sonaban muy bien, pero que en realidad retrasaron nuestra recuperación de la Gran Depresión y consolidaron la infiltración de nuestras instituciones más sagradas con los amigos de su esposa.
Debe quedar muy claro que el Fabianismo es el engaño definitivo y se basa en acumular las quejas correctas; las causas correctas y las reivindicaciones correctas, solo para agitar eternamente a las masas hacia una solución que nunca llega, mientras ellos convenientemente permanecen en el poder.
Bofetada seis
Instituciones sobre elecciones.
Las elecciones pueden ser impredecibles e ingobernables. No importa cuánto dinero se canalice hacia una campaña, el resultado nunca está garantizado; en cambio, si se infiltra sistemáticamente una institución con los cuadros adecuados, siempre te responderá a ti.
Y aquí tenemos una mezcla del viejo gramscismo que socava a Occidente desde dentro y del activismo izquierdista actual. El ejemplo más escandaloso de esta práctica fue la elección de Obama como jefe de la CIA: John Brennan, un votante comunista confeso.
No es de extrañar que declarara públicamente que la laptop de Hunter Biden era una operación rusa activa; una mentira flagrante que ha sido desmentida repetidamente desde entonces.
Bofetada siete
El Fabianismo hoy.
Muchos parecen sorprendidos por la “transformación” que ha tenido lugar dentro del Partido Demócrata; algunos dicen que son solo unos locos, otros se refieren a un grupo de cuatro congresistas. Esto no ha ocurrido por accidente. Traduzcamos una cita del objeto secreto de deseo de tantos en la izquierda: Fidel Castro:
“Siempre hemos sido comunistas y moriremos comunistas; al principio no podíamos alardear de nuestra ideología porque el pueblo no estaba preparado…”; siempre el engaño.
Detrás de los paisajes más hermosos se esconden los pantanos más oscuros. Pero ¿por qué deberíamos preocuparnos?
Hoy, los instintos fabianos están más agudos que nunca, y la pregunta no es si se han quitado el disfraz, sino por qué ahora. Y la oscura y aterradora verdad empieza a delinearse. Porque saben que es su momento. Es hora de librar la madre de todas las guerras. La guerra contra toda y cada parte de nuestra sociedad, pero de nuevo, a la manera fabiana, no una guerra total, sino una dividida en escaramuzas.
Tienen que ser cuidadosos de no alienar a toda la sociedad, porque eso significaría su caída; entonces, ¿cómo lo harán? Como solo un verdadero fabiano lo haría. Atacando a un segmento a la vez y uniendo a todos los demás contra ese, hasta acabar con él, y luego ir al siguiente; y al siguiente; y al siguiente, hasta que no haya resistencia.
Hasta que los pocos sobrevivientes sean solo una masa de seres disminuidos, inconscientes de que han derivado hacia el abismo de la nada.
Publicado en el Miami Strategic Intelligence Institute (MSI²).