Delincuentes de cuello blanco llevan las riendas del robo en Cuba

hace 2 semanas 8

La complicidad se paga

“A la semana de entrar a trabajar me propusieron 40.000 pesos por dejar salir a un camión cargado con sacos de arroz. Me garantizaban que era una jugada limpia, con los papeles en regla y firmado por un jefe. No me sumo al facho generalizado simplemente porque me educaron de una forma diferente y no quiero ir a prisión. La soga siempre se parte por el lado más débil. Los mayimbes roban en los contenedores y no les pasa nada. Son delincuentes de cuello blanco autorizados o amparados por alguien. El resto de los ciudadanos siempre estamos al filo de la navaja".

"En cualquier operativo policial te pueden detener y condenar a una sanción ejemplarizante. Luego te usan como propaganda para demostrar que el Estado persigue al delito. No robo porque crea en el sistema. Lo hago por principios”, dice Manuel Antonio y detalla el modus operandi de los carteles delincuenciales en el puerto de La Habana.

“Si no se roba más es porque la mayoría de las operaciones de descargas se han trasladado para el nuevo puerto del Mariel, donde a pesar de estar controlado por los militares, el facho (robo) es a las dos manos. Eso sí, los que roban tienen licencia. Aquí, en el puerto de La Habana roban desde los ayudantes y los estibadores hasta los jefes. Es una lacra. Pero los más sinvergüenzas son los gobernantes. Un trabajador, cuadrando (poniéndose de acuerdo) con un camionero o un directivo, puede robar un camión de chícharos, pero esa comida se vende, aunque sea a sobreprecio, en la calle”.

“Pero lo que parte el alma de verdad es ver a cinco o seis barcos con combustible o alimentos que no atracan en el puerto porque el gobierno no tiene dinero para pagarles. ¿Entonces por qué lo contrataron? Amigo, en esos tejemanejes corre mucho dinero. Me han contado oficiales de la marina mercante que cuando se pacta, por ejemplo, una importación de arroz, el gobierno cubano, por lo general, paga una parte y alega que pagará el resto en el país. El negocio es la sobreestadía, por la cual se paga una cantidad importante en divisas por cada día que el barco no sea descargado antes del tiempo acordado. Y tus barcos dando vuelta por la bahía dos o tres meses sin atracar".

Barcos y sobrestadía

"Según me han contado, no se van porque les interesa cobrar la sobrestadía pactada de antemano que después comparten con su socio cubano, a quien, además, le dejan de gabela una parte importante de la carga que posteriormente puedes vender a otro importador y que muchas veces, vaya coincidencia, suele ser también cubano. Es decir, esos ‘intachables’ funcionarios del gobierno, que en medio del ‘bloqueo yanqui luchan para mantener la canasta básica’ ganan cientos de miles de dólares en cada operación”.

“He visto un barco con 10.000 tonelada de gas licuado, descargar solo mil o dos mil toneladas y el resto venderlo por la izquierda a una entidad misteriosa que probablemente revenderán a sobreprecio en el mercado informal. También he sabido que el Estado ha dicho no tener dólares para pagar un barco cargado de pollo supuestamente destinado a la población, lo han trasladado al puerto del Mariel y la carga la han vendido en dólares a MYPIMES y negocios privados. Están lucrando con el hambre del pueblo”, concluye Manuel Antonio.

La marea de robos es indetenible. Funcionarios corruptos son la clave de los carteles mafiosos muy bien organizados en instituciones estatales como el turismo, salud pública, agricultura, vivienda, construcción y comercio interior, este último el más corrupto del país, afirma un ex directivo de TRD Caribe (Cadena de tiendas de recaudación de divisas). "Casi todos los empleados roban, aunque son migajas. Lucran a costa del consumidor, robando en la pesa, con sobrecoste o comprando lotes extras de alimentos que luego revenden. El robo mayor es el de los jefes, una cadena donde todos se mojan con dinero. Esas instituciones tienen esquemas delictivos que funcionan a la perfección. De lo que robas, pagas una parte de dinero a un superior, quien a la vez paga un monto millonario a los directivos del ministerio. Todo ese entramado está controlado por cuadros (funcionarios) del partido (comunista) en cada municipio”.

“Los gobierno municipales y provinciales roban desde el presupuesto. Por ejemplo, un municipio destina 40 millones de pesos para construir viviendas de casos sociales y cuadra el bisne con una MIPYME de la construcción. Si el gasto es de 100.000 pesos por cada casa, en los papeles se acreditan tres millones de pesos. Sin contar que compran materiales de baja calidad, por eso vez casas chapuceras pintadas con lechada. Los materiales destinados para esas casas cogieron otro camino. El modelo cubano nunca va a funcionar, porque lo que supuestamente debe ser de todos no es de nadie. Díaz-Canel ha reconocido que el país cuenta con un decreto de soberanía alimentaria, pero no hay comida, otro de pesca, pero las familias llevan años sin comer pescado, y una ley ganadera, pero no hay carne de res”.

Gobierno ineficiente y corrupto

“¿Por qué no se cae el gobierno? ¿Por qué no cambian? Incluso para ganar más dinero, pues si se crea una clase media y el pueblo gana más dinero aumenta el consumo. No les interesa. El esquema empobrecedor del socialismo cubano es el mejor negocio. No tienes que invertir un centavo. Solo robar. Por eso digo que el modelo de gobierno en Cuba, aunque la isla se caiga a pedazos, es invulnerable. Hasta que la gente se canse y se los quite de encima”, opina el exfuncionario.

Una especialista de Salud Pública asegura que “hubo etapas donde la exportación de personal sanitario generó ganancias anuales de diez mil y once mil millones de dólares. Eso fue del 2000 al 2011, cuando Hugo Chávez llegó al poder y contrató miles de médicos para sus misiones en los barrios pobres. Además, se contrataron ocho mil galenos en Brasil, gracias a un acuerdo con Lula, y diversos países, como Angola, Pakistán y Qatar, donde Cuba cuenta con un hospital de tecnología avanzada, mientras la mayoría de los hospitales cubanos no tienen jeringuillas ni medicamentos”.

“Los salarios de los profesionales de la salud varían según el país. Por propaganda política, hay países pobres como Haití que no les pagan a los médicos cubanos. El gobierno haitiano solo cubre los gastos de alojamiento y alimentación. Algunos como Qatar le pagan al gobierno entre diez y doce mil dólares mensuales por especialista. El médico solo cobra el diez por ciento. Esa exportación de servicios de salud es la primera industria, aunque ahora se ha deprimido muchísimo, en los últimos veinte años generó más 130 mil millones de dólares. ¿En qué se gastó el dinero?, es un misterio”.

La salud se vende

La especialista reconoce que la caída en picada de los servicios de salud a la población es provocada por “los malos manejos del presupuesto que hace el gobierno, la falta de transparencia para explicar qué se hizo con esos miles de millones de beneficios, el escaso reconocimiento que tienen los médicos cubanos, quienes reciben un salario mensual entre seis y once mil pesos cubanos, equivalente a unos 18 a 35 dólares, según la cotización en el mercado informal. Y hospitales que no cuentan con equipamientos modernos ni medicamentos básicos. Por eso en estos años se suceden malas praxis como el caso del niño Damir Ortiz, que obtuvo visa humanitaria para ser atendido en EEUU. El Ministerio de Salud Pública no puede funcionar de forma adecuada cuando el gobierno destina once veces más del presupuesto nacional a la construcción de hoteles de lujo que a la atención médica del pueblo”, denuncia la especialista.

En medio de una crisis feroz y un desabastecimiento generalizado, la ola de robos no se detiene. La prensa estatal ha publicado el desfalco de más de ciento treinta toneladas de pollo congelado a plenas luz del día. O el robo, aprovechando los apagones, del aceite dieléctrico de los transformadores en diversos poblados de la Cuba profunda. El pasado sábado, el medio oficial Cubadebate se quejaba de actos de vandalismo en la telefonía de La Habana. Reportaba que fueron cortados y sustraídos más de 600 metros de cables de gran capacidad, provocando la interrupción de la telefonía fija en zonas residenciales y entidades estatales.

Robar es un deporte

Elba, maestra de enseñanza secundaria, piensa que algunos de esos robos “son para muchas personas sobrevivir. Hace unos días, cuando llegué a la escuela, vi que a las mesas del aula le habían robado sus tableros de madera. La gente los está utilizando como leña para cocinar, pues desde hace meses no tienen gas licuado y los apagones les impiden utilizar sus electrodomésticos”.

Un instructor policial retirado advierte que el robo de objetos públicos viene sucediendo hace más de 35 años. "Pero ahora se ha agudizado y sistematizado. He visto dos kilómetros de líneas férreas sustraídas para construir cercas perimetrales o cobertizos. También se roban angulares del tendido de alta tensión, las ruedas de los tanques de basura y bombillos de los portales. Es una plaga destructiva. Por gusto rompen los teléfonos públicos, les tiran piedras a las guaguas o le prenden candela a cualquier cosa. Creo que lo hacen para manifestar su descontento”, evalúa.

En Cuba siempre tienes que estar alerta. Te pueden sustraer la moto eléctrica, el teléfono móvil, la billetera o una gorra de los Yankees de New York. Robar se ha convertido en un deporte nacional en este país.

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