
Decenas de millones de personas en el Medio Oeste y el Este de Estados Unidos enfrentaron el domingo otra jornada de temperaturas peligrosamente elevadas, mientras una inusual ola de calor en junio continuó afectando extensas regiones del país. Desde las primeras horas del día, casi toda la franja noreste, desde Dakota del Norte hasta Maine, permanecía bajo algún tipo de advertencia por calor, según información del Servicio Meteorológico Nacional (NWS), citada por The Associated Press (AP).
A estas alertas se sumaron zonas de Arkansas, Tennessee, Luisiana y Misisipi, donde las autoridades instaron a la población a tomar precauciones ante el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor extremo.
En el área de Chicago, el termómetro ya marcaba 26.6 ℃ a las 7:30 horas de la mañana del domingo, de acuerdo con el NWS. Las previsiones indicaban que el índice de calor oscilaría entre 37.7 y 40.5 ℃ durante la jornada, una situación que se repitió en otras ciudades importantes.

En Pittsburgh, se esperaba que el índice de calor superara los 40.5 ℃, mientras que en Columbus, Ohio, la temperatura alcanzó 25 ℃ a las 8:30 horas de la mañana, con máximas previstas de 36 ℃ (97 ℉) y un índice de calor cercano a 40 ℃.
Filadelfia también se preparó para un domingo sofocante, con un índice de calor estimado en 37.7 ℃, que aumentaría hasta 42.2 ℃ el lunes. Ante este panorama, el departamento de salud pública de la ciudad declaró una emergencia por calor desde el mediodía del domingo hasta la noche del miércoles.
Las autoridades habilitaron bibliotecas, centros comunitarios y otros espacios climatizados para que los residentes pudieran resguardarse, además de establecer una “línea de calor” atendida por profesionales médicos para orientar sobre síntomas y enfermedades agravadas por las altas temperaturas.
En el Lincoln Financial Field, sede de un partido de la Copa Mundial de la FIFA el domingo, se permitió a cada aficionado ingresar con una botella plástica de agua de 0.6 litros, una medida excepcional para mitigar los efectos del calor durante el evento. En Cromwell, Connecticut, los pronósticos advertían que el índice de calor llegaría a 40.5 ℃ el domingo, lo que suponía un desafío adicional para los golfistas Tommy Fleetwood y Keegan Bradley, quienes disputaban la ronda final del Travelers Championship bajo condiciones extremas.

El impacto de la ola de calor no se limitó a la vida cotidiana, sino que también afectó a deportistas profesionales. El campocorto de los Cincinnati Reds, Elly De La Cruz, se sintió indispuesto durante un partido contra los Cardinals en San Luis, mientras que el relevista de los Seattle Mariners, Trent Thornton, experimentó malestar al enfrentarse a los Cubs en Chicago. Ambos casos ocurrieron el sábado, cuando las temperaturas extremas pusieron a prueba la resistencia física de los jugadores.
El domingo representó el segundo día consecutivo de calor extremo en el Medio Oeste y la Costa Este. El sábado, el índice de calor alcanzó 39.4 ℃en Chicago y 38.3 ℃en Madison, Wisconsin, donde la tradicional carrera anual de bicicletas sin ropa se convirtió en una experiencia especialmente incómoda y sudorosa.
En Minneapolis, el índice de calor llegó a 41.1 ℃, mientras que la temperatura real alcanzó 35.5, superando el récord anterior para esa fecha, que era de 35 ℃ y se había establecido en 1910, según el NWS.
Las previsiones indicaban que la ola de calor persistiría durante la semana siguiente, con las temperaturas más elevadas desplazándose hacia el este. Nueva York esperaba máximas cercanas a 35 ℃ el lunes y martes, mientras que Boston se preparaba para temperaturas que rozarían los 37.7 ℃el martes. En Washington, D.C., se anticipaban máximas de 37.7 ℃ tanto el martes como el miércoles.