El fútbol está en cuenta regresiva para su evento más grande. Tras la reciente presentación del Adidas Trionda, el balón oficial de la Copa Mundial de la FIFA 2026 que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá, el foco se ha puesto en la tecnología y el diseño.
El nombre Trionda es un claro guiño a la triple sede, combinando “Tri” (por los tres países anfitriones) y “Onda” (ola), aludiendo a la emoción que inundará a Norteamérica.
Su diseño, que incluye el águila de México, la hoja de arce de Canadá y las estrellas de EE. UU., rompe con el clásico formato al utilizar solo cuatro paneles, similar al Brazuca de 2014, y una novedad crucial: un sensor de movimiento de 500 Hz que enviará datos al sistema VAR en tiempo real para acelerar las decisiones de fuera de juego.
Aprovechando esta revelación, hacemos un pequeño recorrido por los balones que han marcado las últimas Copas del Mundo, desde la fiebre asiática de 2002 hasta el viaje por el desierto de 2022.
Fevernova (Corea/Japón 2002)
La esférica del primer Mundial organizado por dos países tuvo la particularidad que abandonó el diseño “Tango” por primera vez. Su nombre es una combinación de “fiebre” y “nova” (estrella). Tenía un diseño inspirado en la caligrafía y cultura asiática, y con once capas de espuma y caucho, resultó ser el más ligero hasta su época, lo que provocó que muchos jugadores lo criticaran por ser demasiado errático y difícil de controlar en el aire.

+Teamgeist (Alemania 2006)
Primer balón con paneles unidos por termosellado (sin costuras). El nombre significa “espíritu de equipo” en alemán. Este balón marcó una revolución tecnológica al pasar de los 32 paneles cosidos tradicionalmente a solo 14 paneles curvos unidos por calor (sellado térmico). Esto creó una superficie más redonda, suave e impermeable, mejorando la precisión y la potencia en el golpeo. Por primera vez en la historia, la final tuvo su propia versión del balón, el Teamgeist Berlin, de color dorado.

Jabulani (Sudáfrica 2010)
El balón más criticado, comparado con una “pelota de playa”. El nombre significa “celebrar” en lengua zulú. Técnicamente, fue la pelota más redonda de la historia hasta ese momento, reduciendo los paneles a solo ocho unidos térmicamente con ranuras aerodinámicas.
Sin embargo, en la práctica fue duramente criticado por porteros como Iker Casillas y Júlio César, quienes afirmaron que tenía una trayectoria extraña e impredecible debido a su ligereza y al sellado. Se le atribuyó ser uno de los factores por los cuales el Mundial de 2010 tuvo uno de los menores promedios de gol en la historia del torneo.

Brazuca (Brasil 2014)
La palabra es un término coloquial brasileño que significa “nativo brasileño” o “estilo de vida brasileño”. Buscando evitar el escándalo del Jabulani, el Brazuca fue probado por más de 600 jugadores profesionales en 10 países.
Su construcción se basó en seis paneles idénticos para garantizar simetría. Su curiosidad más notable fue su faceta social: fue el primer balón oficial en tener su propia cuenta de Twitter (con millones de seguidores), interactuando con fans y jugadores durante el torneo.

Telstar 18 (Rusia 2018)
Fue un homenaje al clásico balón Telstar de México 1970, el primero de Adidas en un Mundial. El diseño recuperó el famoso patrón blanco y negro, pero con una textura moderna.
Su principal avance tecnológico fue la inclusión de un chip NFC. Aunque el chip no brindaba datos en tiempo real para el arbitraje, permitía a los aficionados interactuar con el balón a través de su smartphone, obteniendo información y desafíos personalizados, llevando la pelota al ámbito del IoT (Internet de las cosas).

Al Rihla (Qatar 2022)
Fue el balón más ecológico fabricado por Adidas hasta la fecha, utilizando tintas y pegamentos a base de agua. Además, su principal salto tecnológico fue su conexión directa con el Sistema de Fuera de Juego Semiautomático (SAOT).
Al igual que el Trionda, llevaba un sensor interno que enviaba datos precisos a la sala del VAR, permitiendo determinar el momento exacto del golpeo en las jugadas de fuera de juego y acelerando las decisiones arbitrales.
La Próxima Ola: Trionda y el futuro del arbitraje
El Trionda para el Mundial 2026 retoma la tecnología de sensor interno del Al Rihla, pero la optimiza. Con solo cuatro paneles y un claro mensaje de unidad entre los países anfitriones, la nueva pelota no solo buscará ser memorable por su diseño, sino también por convertirse en una herramienta clave para la justicia deportiva en el campo, prometiendo ser la más veloz y precisa de la historia.