
En la noche de la 97ª edición de los Premios Oscar, las estrellas del cine y la música se dieron cita para celebrar lo mejor del séptimo arte, pero sin duda, uno de los momentos más esperados fue la actuación de dos de las artistas más aclamadas del momento: Cynthia Erivo y Ariana Grande. Ante el público, ellas fueron las responsables de dar inicio musical a la entrega.
Ambas protagonistas de la tan esperada adaptación cinematográfica de Wicked y nominadas para Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto respectivamente, no solo cautivaron al público con sus voces, sino que también impusieron una nueva referencia en el mundo de la moda con sus impresionantes looks.

Las actrices ofrecieron una de las actuaciones más emocionantes de la noche. Primero, Ariana Grande realizó una emotiva versión de Somewhere Over the Rainbow, y deslumbró con su presencia. Posteriormente, Cynthia Erivo ofreció una interpretación conmovedora de Home de Diana Ross.
Ambas se unieron para cantar Defying Gravity, el himno de Wicked, que hizo vibrar al auditorio. Sin embargo, más allá de sus talentos, lo que realmente robó las miradas fueron los impactantes vestidos, fieles a la temática del musical nominado a 10 categorías, que eligieron para esta ocasión tan especial.

Los vestidos fueron más allá de simples atuendos de alta costura; sirvieron como una extensión de los personajes que interpretan las artistas.

Ariana Grande deslumbró en la alfombra roja y en el escenario con vestidos Schiaparelli. Para su paso por la red carpet, previo al evento, lució una pieza rosa pastel, suave, con volados estructurados, de los cuales se desprendían piezas de tul decoradas con miles de cristales que parecían flotar con el movimiento.
Acompañado de un peinado recogido y el maquillaje suave en tonos rosados, todo su look hizo referencia a su personaje de Glinda, “la Bruja Buena”.

Para inaugurar la ceremonia, optó por un vestido de la colección Fall/Winter 2024 Couture. El diseño, en un tono rojo escarlata, combinó elegancia y magia.
La prenda presentaba un escote palabra de honor, lo que aportaba un toque clásico de alta costura, además de estar adornado con una cantidad infinita de lentejuelas brillantes. Contó con una falda de tul voluminoso que creaba un efecto etéreo, flotante y casi de ensueño.

Sin embargo, lo que más llamó la atención fue el detalle de un zapato rojo rubí en su espalda, al igual que en sus pies, un claro homenaje al personaje de Dorothy de El Mago de Oz, historia conectada al universo en el que se desarrolla Wicked.
De esta manera, lograron unir en un acto emblemático a estos icónicos relatos.

Por su parte, Cynthia Erivo optó por un vestido de elegante terciopelo verde para la alfombra roja, diseñado por Louis Vuitton.
Las tonalidades de la voluminosa y estructurada prenda, al igual que su elección de manicura, recordaban a Elphaba, interpretación por la cual la actriz se encuentra nominada a uno de los mayores premios de la noche.

A la hora de comenzar el show, sorprendió con un vestido de novia, típicamente blanco, inspirado en una obra de Vivienne Westwood que, al igual que el de Ariana, estaba repleto de simbolismo.
Este diseño, con estructura asimétrica, evocaba al espíritu de su personaje en el aclamado musical, pero también aportaba un aire de sofisticación moderna.

El vestido contaba con un degradado en tonos que iban del blanco al verde esmeralda, lo que representó la transformación de Elphaba, mientras que los detalles florales agregaban un toque romántico en tonos violetas, rosas y verdes azulados.
La lucha de contrastes simuló a la perfección el conflicto interno de la “Bruja Mala del Oeste”.

La elección de Cynthia subrayó la identidad y complejidad de su personaje, y a la vez, ofreció una estética fresca y única que la destacó aún más como una de las grandes figuras de la noche.
La estructura y el diseño del vestido, en su conjunción con el maquillaje, realzaron su presencia en el escenario y crearon un balance perfecto entre lo clásico y lo moderno.

Ambos atuendos lograron capturar la esencia de las dos caras de Wicked que eligieron representar: la inocencia y la dulzura de Dorothy, y la profundidad y la fortaleza de Elphaba.
La combinación de estos dos mundos, tanto en las voces como en los vestidos, fue lo que realmente convirtió la actuación en un momento memorable para los espectadores.