De héroe a villano, la historia del nuevo Codirector de la Policía sandinista

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Juan Victoriano Ruiz fue nombradoJuan Victoriano Ruiz fue nombrado cojefe de la Policía del régimen sandinista en Nicaragua

Algunos héroes no tienen capa. Viven para hacer lo correcto sin pensarla dos veces. Proteger a los buenos y capturar a los malos. No hay donde enredarse. Hace 12 años en el verano de 2013 conocí a un héroe en persona. O al menos eso pensé.

Aquel caluroso 13 de junio fue un día de fiesta en la embajada de Nicaragua en Washington, también en El Carmen. Dos nicaragüenses fueron galardonados en Estados Unidos con el premio “Héroes de la lucha contra la trata de personas”.

El entonces Teniente Juan Victoriano Ruiz y el Fiscal Javier Morazán, estaban felices y atónitos, tras ser elogiados y laureados por el entonces Secretario de Estado, John Kerry, un veterano de la política exterior y un profundo conocedor de la historia de Nicaragua.

Una hazaña extraordinaria. Victoriano había liderado la captura de Eric Justin Toth, uno de los 10 criminales más buscados por el FBI por el delito de pornografía infantil. No era un pequeño golpe de suerte. Había capturado a un pez gordo.

Eric Justin Toth era un profesor en Washington DC. En algún momento de su vida, quizás, con el deseo de enseñar y formar hombres y mujeres de bien. Finalmente, se extravió del buen camino y se sumergió en el mundo de la pornografía, haciendo mucho daño a aquellos a quienes debió ayudar y educar.

Volviendo a la historia de Victoriano, el joven policía, con mucha modestia, me contó que la captura del gringo fue sencilla. “Yo le pregunté si sos nicaragüense decime ¿Quién causa tanta alegría? El tipo no supo que responder. Entonces yo me di cuenta de que habíamos capturado al hombre”.

Una carrera de ascenso meteórico. Victoriano Ruiz pasó de Teniente a Capitán, luego fue Subcomisionado y finalmente Comisionado Mayor y Segundo Jefe de Auxilio Judicial, el brazo investigador de la dictadura.

Los siguientes capítulos de la historia de Victoriano no fueron tan heroicos, sino todo lo contrario. Fabricar pruebas falsas, encontrar testigos apócrifos, arrestar a estudiantes, periodistas, sacerdotes y defensores de derechos humanos. Vergüenza y no gloria.

Un trabajo sin talento ni talante. A partir de las protestas cívicas de 2018, las investigaciones de Policía se redujeron a nada. No buscaban pistas sino culpables. Capturar civiles y proteger delincuentes.

En los últimos 7 años centenares de policías, de todos los rangos, han renunciado al uniforme de sangre y vergüenza. Ante esta realidad escandalosa, la dictadura de Daniel Ortega reformó la Ley policial y la Constitución Política (varias veces), con el fin de castigar con cárcel y despido a quienes se nieguen a reprimir y aniquilar al pueblo.

Victoriano fue Jefe de El Chipote y a punta de sangre y de muerte escaló hasta convertirse en el codirector de la Policía de Daniel Ortega. Estuvo a cargo de una de las casas de torturas más violentas de América Latina. Un lugar tenebroso donde no existen derechos humanos y la vida vale menos que nada.

Arrestar a los malos y proteger a los buenos. Ese era el lema del Victoriano que conocí brevemente. Hoy es diferente. Protege a los asesinos y encarcela sacerdotes. ¿En qué parte del camino murió el héroe y nació el villano? ¿Cuándo se olvidó del juramento de honor, seguridad y servicio? No lo sé, pero estoy seguro de que nadie se puede sentir contento sirviendo aquellos a quienes debería combatir y poner tras las rejas. Victoriano no es un héroe es villano.

*El autor es periodista exiliado, ex embajador de Nicaragua ante la OEA y ex miembro del Cuerpo de Paz de Noruega (FK).

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