
Rebecca McBride dejó atrás su vida académica mientras estudiaba su doctorado en Biología para emprender un nuevo negocio: ser chaperona de perros durante la boda de sus dueños. La ex investigadora decidió juntar el amor que le tiene a las mascotas con su emprendimiento y desde entonces se ha convertido en la acompañante profesional de diferentes caninos en los últimos meses.
La mujer originaria de Irlanda del Norte aseguró en entrevista para el medio local Belfast Live que actualmente gana mínimo 200 libras por servicio «alrededor de 266 dólares» y su agenda está llena hasta finales de este 2025.
Si una pareja quiere contratar sus servicios debe de acudir a sus redes sociales y llenar un formulario en el cual tienen que especificar las tareas a realizar: pasear al perro mientras se desarrolla fiesta, tomar fotografías de la experiencia de la mascota, entre otras.
McBride se encargará de mantener sanos y salvos a los animales durante su trabajo. Si la pareja requiere que la chaperona se quede a pasar la noche en el lugar de la boda, también cuenta con este servicio.

Rebecca McBride se dedicaba a la hostelería los fines de semana mientras estaba estudiando en la universidad, en uno de los eventos en el que laboró en Escocia había un perro y en ese momento le surgió la idea de cuidar a la criatura y en cuanto supo que podía cobrar por hacer lo que más le gustaba, no dudó en ningún momento en emprender su nuevo negocio.
La mujer mientras estaba sirviendo bebidas a los asistentes, le preguntó a los dueños del perro si necesitaba que su mascota saliera a pasear y entonces ocurrió la magia. “El sector nupcial es enorme, sobre todo en Irlanda. En cuanto supe el nombre, no pude evitarlo”, aseguró la fundadora de McBride and Groom.
La irlandesa compartió que en un día normal recoge a la mascota de la pareja en su casa. Antes de ir a la iglesia o al salón donde se va a realizar el evento, sale a pasear con el animal para que se adapten en ese breve periodo de tiempo.
“La mayoría de las veces los llevo a la recepción. A veces estoy ahí con el perro cuando la novia camina hacia el altar. También he tenido caninos que entregan anillos por el pasillo”, explicó.
McBride aseguró que su trabajo es de gran ayuda para los novios, pues en algunas ocasiones cuando la pareja quiere llevar a su mascota a este evento especial, los familiares se hacen cargo y regularmente se pierden de la fiesta por estar atento de lo que haga el animal.
Cuando la fiesta continúa y el can ya se siente cansado, la chaperona se lo lleva a su casa para dormir y al día siguiente lo entrega a sus familiares.

Rebecca McBride ha visto cómo su negocio despegó gracias a las redes sociales, pues mientras más parejas veían su labor durante las bodas, recibía más solicitudes de contratación.
En una ocasión, la novia tenía preparado llevar al mejor amigo de su pareja al evento y el secreto lo tuvo guardado hasta el día especial. Cuando la chaperona llegó al lugar acompañada del canino, el novio no pudo contener la emoción y celebró el poder compartir este momento con su compañero de vida.
McBride también ayuda a los fotógrafos durante sus labores, pues ayuda a mantener tranquilos a los animales para que posen junto a sus dueños y una vez que termina la sesión los recompensa con dulces.
De acuerdo con información de su página web, la chaperona actualmente ofrece tres paquetes diferentes con precios que parten desde los 266 dólares y su objetivo actualmente es expandir el negocio durante el verano.