Dani Yako: “Para cambiar el mundo hacen falta muchas más cosas que una imagen”

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La tensión entre el arte y la realidad social atraviesa la obra de Dani Yako, fotógrafo, artista y periodista argentino, cuya nueva publicación, Exclusión, explora durante quince años la vida de las personas en situación de calle en Buenos Aires.

En diálogo con Infobae, Yako reflexionó sobre el sentido y los límites de la fotografía documental, la ética de la representación y la influencia de la mirada artística en el registro del desamparo. “Nuestro rol es de testigo”, comenzó diciendo, y agregó: “Para cambiar el mundo hacen falta muchas más cosas que una foto”, agregó.

Dani Yako, periodista y fotógrafoDani Yako, periodista y fotógrafo

El libro Exclusión reúne imágenes tomadas entre 2010 y 2025, resultado de extensas caminatas por la ciudad. Yako explicó que su método no consiste en buscar escenas, sino en dejarse sorprender por lo que aparece en su recorrido: “Las fotos salen a mi encuentro, yo no estoy buscándolas. Es lo que se me aparece en mis caminatas”.

Este libro cuenta con la colaboración de Martín Caparrós, aportando textos que dialogan con las imágenes. “Es como mi mejor amigo. Somos amigos desde el año 69″, contó.

Fotografía del libro "Exclusión"Fotografía del libro "Exclusión"

La selección responde a una decisión estética y ética: en ninguna de ellas se muestra un rostro. La intención, afirma, es “sugerir más que mostrar”, apostando a una mirada que privilegia la universalidad por sobre la identificación individual.

Exclusión cierra una trilogía iniciada con Extinción, centrada en la crisis laboral de los noventa, y continuada con El silencio, sobre la desocupación y la vida en los márgenes urbanos. “Quería mostrar los que quedaron fuera del sistema, que sería la gente que ya no tiene ni siquiera donde dormir”, explicó Dani Yako.

Fotografía del libro "Exclusión"Fotografía del libro "Exclusión"

El fotógrafo describió el fenómeno de la gente viviendo en la calle como una realidad en crecimiento. El proceso de retratar el desamparo no está exento de dilemas morales. Yako reconoció el conflicto ético que implica fotografiar a personas sin su consentimiento: “Mi conclusión es que es mejor que existan estas fotos”.

La tensión entre belleza y sufrimiento se traduce en una decisión ética: “Yo no vendería estas obras para que alguien las cuelgue en su casa. Hay cierto límite. No podría ganar dinero con estas fotos”.

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