MIAMI - Las crisis económicas que atraviesan Cuba y Venezuela no son el resultado de factores externos, sino de políticas internas marcadas por la corrupción, la mala gestión y el control de las élites, según un reportaje de Share América.
Mientras la población sufre apagones, escasez de alimentos y salarios ínfimos, ambos regímenes destinan miles de millones de dólares a sectores que fortalecen su aparato de poder.
En Cuba, conglomerados militares como GAESA, CIMEX y FINCIMEX controlan los hoteles, las remesas y el comercio minorista, beneficiando a una minoría vinculada al régimen cubano. A pesar de que la ocupación hotelera ronda apenas el 30 %, en 2024 la dictadura de Cuba destinó más del 37 % de su inversión total a nuevos complejos turísticos, once veces más que el gasto en salud y educación combinados.
En Venezuela, el gobernante Nicolás Maduro sigue el mismo patrón. De acuerdo con datos recopilados por Share América, durante 2024 se gastaron más de 2.000 millones de dólares en propaganda y programas de vigilancia política, en pleno periodo electoral. Mientras tanto, el salario mínimo en el país caribeño permanece por debajo de los dos dólares al mes y solo el 1 % del presupuesto nacional se asigna al sector de salud.
"Control total"
Ambos países enfrentan un marcado deterioro de sus infraestructuras. En Venezuela, proyectos como el tren de 7.500 millones de dólares firmado con China en 2009 siguen inconclusos, mientras que apagones prolongados dejan a grandes regiones del país sin electricidad. En Cuba, los recursos se concentran en proyectos turísticos, mientras la población enfrenta apagones frecuentes, falta de medicinas y escasez de alimentos básicos.
El informe subraya que no se trata de “fallos de gestión”, sino de modelos concebidos para preservar el poder político y enriquecer a las élites, mientras se bloquean las oportunidades de desarrollo económico para la ciudadanía. A ello se suma la represión contra los ciudadanos que se oponen a ese modelo autoritario y corrupto.
La comunidad internacional, según Share América, debe seguir amplificando las voces del pueblo cubano y venezolano, exigiendo transparencia, rendición de cuentas y políticas centradas en las necesidades de la población.
FUENTE: Con información de Share América