La situación sanitaria en Cuba se precipita en una crisis de proporciones catastróficas, exponiendo la indolencia y el fracaso estructural de la dictadura cubana. A la imparable propagación de virus como el dengue y el chikungunya, se suma el demoledor estado de los hospitales y la crónica escasez de medicamentos e insumos esenciales, un panorama que médicos cubanos en el exilio ya califican como una "emergencia nacional".
Mientras el pueblo sufre un "rebrote epidémico brutal", la cúpula del régimen responde con cinismo. El dictador Miguel Díaz-Canel, intentando evocar un pasado inexistente, prometió abordar la crisis "como mismo se trabajó la COVID-19". En una reciente reunión oficial, se reveló que 38 municipios del país, incluyendo todos los de La Habana, han sido escenario de transmisión de dengue, mientras que los casos acumulados de chikungunya superan los 21,000, concentrados principalmente en las provincias más pobladas, reseña el portal web Diario de Cuba.
El encuentro del régimen solo sirvió para evidenciar la incapacidad estatal de responder al desastre. Altas funcionarias del Ministerio de Salud Pública reconocieron públicamente que las labores de fumigación han sido insuficientes, no solo por la falta de recursos, sino por el déficit de personal. Lo más escandaloso es la revelación de que equipos, insecticidas y hasta combustible han permanecido inactivos por "déficit de fuerzas", una negligencia que apunta directamente a la priorización perversa de recursos por parte del régimen.
El médico exiliado Alexander Figueredo pinta un cuadro infernal de la realidad en los hospitales: "Personal agotado, sin insumos, sin medicamentos, sin palabras", reveló. Relata, además, que los pacientes entran con síntomas graves y "en cuestión de horas, están muertos… sin una causa clara, sin reactivos para confirmar el virus, sin antibióticos, sin oxígeno". La magnitud del colapso es tal que "ya ni siquiera los carros fúnebres alcanzan. Otra vez los camiones. Otra vez el silencio. Otra vez Cuba repitiendo su propio infierno sanitario".
Este colapso no es solo de insumos, sino de infraestructura. Esta semana, el Hospital Calixto García de La Habana, uno de los centros de referencia del país, sufrió el derrumbe parcial del techo en una de sus salas. Testimonios recogidos en el lugar hablan de un hospital en un estado de deterioro crítico, con "baños sin luz, todo oscuro" y paredes a la vista, un símbolo físico del desplome del sistema de salud.
FUENTE: Diario de Cuba
hace 2 horas
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