
Apple se alista para revelar su nueva serie iPhone 17 en un contexto donde analistas y observadores anticipan un aumento en los precios de los iPhone, pese a los esfuerzos recientes del CEO Tim Cook por contener el impacto de los aranceles estadounidenses a insumos tecnológicos.
Diversos reportes apuntan a que la compañía trasladará al consumidor final parte de los costos derivados de los aranceles y el encarecimiento de componentes.
La expectativa de un ajuste en los precios se presenta cuando otros productos de consumo, como ropa, calzado y electrónicos, ya han acusado el golpe de los aranceles impulsados en la actual administración. Marcas como Sony, Microsoft y Nintendo incrementaron los precios de sus consolas este año en Estados Unidos, empujadas por el nuevo entorno de costos.
De acuerdo con Edison Lee, analista de Jeffries, las proyecciones de precio promedio de venta del iPhone 17 ya consideran un recargo de 50 dólares respecto a modelos anteriores. Lee mantiene una posición cauta sobre la acción de Apple y advierte que el traspaso de costos al consumidor se vislumbra inevitable tras meses en los que la compañía absorbió el impacto.

El debut de los nuevos modelos está previsto para el martes 9 de septiembre y, según Goldman Sachs, las versiones más delgadas y ligeras podrían ubicarse en torno a los 899 dólares, aunque no se descarta una cifra mayor si se modifica la configuración mínima de almacenamiento, una táctica ya utilizada por Apple en otras generaciones.
Los modelos actuales de la familia iPhone 16 arrancaban en 829 dólares para la versión base, 899 dólares para la Plus, 999 dólares para la Pro y 1,199 dólares para la Pro Max.
El historial de incrementos de precios de la firma de Cupertino ha seguido una línea prudente. El modelo iPhone Pro mantiene su precio desde 2017, mientras el valor de entrada de la gama más baja subió de 699 dólares a 829 dólares en 2020 y el Pro Max saltó de 1,099 dólares a 1,199 dólares el año pasado.
La presión sobre los precios de los iPhone responde a varios factores. Por un lado, el costo de componentes clave como módulos de cámaras y chips se ha elevado. Según datos de IDC, el precio promedio de los smartphones ha tenido una tendencia alcista global.
Por otro, Apple ya destinó 800 millones de dólares en el trimestre de junio solo en costos de aranceles, cifra que podría ascender a 1,100 millones en el presente trimestre.
En cuanto a la relación de Apple con el gobierno estadounidense, Cook logró disminuir el impacto de los aranceles estableciendo una colaboración cercana con la Casa Blanca, incluido un compromiso de 600,000 millones de dólares en inversiones en Estados Unidos durante los próximos cinco años.
Esta promesa permitió a Apple obtener exenciones para ciertos insumos y la posibilidad de importar desde India, donde los aranceles resultan más bajos. Aun así, la compañía reconoce en sus reportes que los gastos asociados a aranceles afectan directamente su rentabilidad.
La maniobra más probable para Apple consistiría en eliminar el modelo de entrada con la menor capacidad de almacenamiento, lo que obligaría a los usuarios a optar por la siguiente configuración, típicamente con un sobreprecio de 100 dólares.
Este recurso le ha permitido a la marca incrementar el ticket promedio de sus dispositivos sin modificar necesariamente el precio base visible. Los analistas de JP Morgan pronostican que el próximo martes se anuncie un reordenamiento en la oferta, siguiendo esta estrategia.
Consultada por CNBC sobre un posible ajuste en los precios, Apple evitó referirse al tema. Durante la última llamada de resultados, Cook fue parco ante la inquietud: “No tengo nada que anunciar… El equipo operativo ha hecho un trabajo increíble optimizando la cadena de suministro y el inventario”.