Un puñado de castañas (AdobeStock)Con la llegada del otoño, ciudades como Sevilla ven sus calles impregnadas del característico aroma de las castañas asadas. Este fruto seco no solo es un manjar estacional, sino también una opción nutritiva y saludable para incorporar en nuestra alimentación, según los informes de la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
Como ocurre con otros frutos secos, muchas personas se preocupan por el aporte calórico de las castañas. Según la FEN, aportan unas 209 kilocalorías por cada 100 gramos, una cifra muy inferior a la de otros frutos secos como las almendras, nueces o avellanas, que suelen superar las 550 kcal.
Esta diferencia se debe principalmente a su bajo contenido en grasa y su elevada proporción de agua e hidratos de carbono complejos, lo que convierte a las castañas en un alimento más parecido a los cereales que a los frutos secos convencionales.
A diferencia de las nueces o los pistachos, que destacan por su aporte lipídico, las castañas contienen tan solo entre un 2 % y un 3 % de grasa, y una cantidad importante de almidón, un hidrato de carbono complejo que proporciona energía de liberación lenta. Esto las hace especialmente recomendables para quienes necesitan mantener la energía durante el día sin recurrir a alimentos ricos en azúcares simples. Además, su alto contenido en fibra dietética contribuye a mejorar la digestión, favorece el tránsito intestinal y ayuda a prolongar la sensación de saciedad, lo que puede ser útil en dietas de control de peso.
Las castañas no destacan solo por su perfil calórico, pues sus otras propiedades ofrecen múltiples beneficios para la salud. Según la FEN, este fruto también es una excelente fuente de minerales como potasio, fósforo, magnesio y calcio. El potasio, presente en más de 500 mg por cada 100 g, ayuda a mantener la presión arterial en niveles normales, mientras que el fósforo y el magnesio intervienen en funciones clave como la salud ósea, la contracción muscular y el equilibrio energético del organismo. Por su parte, el calcio contribuye al fortalecimiento de los huesos y dientes, convirtiendo a las castañas en un alimento completo desde el punto de vista mineral.
En cuanto a las vitaminas, las castañas aportan cantidades significativas de vitaminas del grupo B (especialmente B1 y B6), que participan en el metabolismo de los nutrientes y en el buen funcionamiento del sistema nervioso. También contienen algo de vitamina C, poco común en los frutos secos, que junto con sus compuestos antioxidantes naturales ayuda a proteger las células frente al daño oxidativo y refuerza las defensas del organismo. Estos nutrientes hacen de las castañas un alimento interesante para fortalecer el sistema inmunitario, especialmente durante los meses más fríos del año.
La FEN subraya, además, que las castañas pueden ser una buena opción para personas con intolerancia al gluten, ya que son naturalmente libres de esta proteína, lo que permite utilizarlas en la elaboración de harinas, cremas o purés aptos para celíacos. También son una alternativa saludable a los snacks ultraprocesados, ya que, aunque contienen hidratos de carbono, su índice glucémico es moderado, y su fibra ayuda a evitar picos de azúcar en sangre.
hace 17 horas
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