Cuándo se coloca la ofrenda para las almas de los niños y que elementos debe llevar, según la tradición

hace 19 horas 1
Las familias mexicanas colocan ofrendasLas familias mexicanas colocan ofrendas especiales para los niños fallecidos, con elementos simbólicos como juguetes, pan de muerto y flores. Foto: (iStock)

En la tradición mexicana del Día de Muertos, las almas de los niños —conocidos cariñosamente como “angelitos”— son las primeras en regresar al mundo de los vivos. Por ello, las ofrendas dedicadas a los pequeños difuntos se colocan antes que las de los adultos, lo que marca el inicio del ciclo conmemorativo que honra la memoria y el amor más puro: el infantil.

De acuerdo con la costumbre, las ofrendas para los niños deben estar listas el 31 de octubre, ya que se cree que sus almas llegan en la madrugada del 1 de noviembre, Día de Todos los Santos. Permanecen en los hogares hasta el mediodía, momento en que se despiden para dar paso a las almas adultas, que llegan la noche del 1 y permanecen hasta el 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos.

La colocación temprana de la ofrenda tiene un profundo sentido espiritual. Según la tradición, los niños regresan antes porque son almas ligeras y puras, guiadas por el amor de sus familias y el resplandor de las velas. Su llegada simboliza la alegría, la inocencia y el reencuentro familiar más tierno dentro de las festividades del Día de Muertos.

La tradición mexicana comienza conLa tradición mexicana comienza con altares dedicados a los más pequeños, quienes son recibidos con juguetes, dulces y flores. Foto: (iStock)

Al igual que las ofrendas para los adultos, las dedicadas a los niños siguen una estructura simbólica que combina elementos religiosos, naturales y culturales. Sin embargo, su esencia es más colorida, alegre y dulce.

Entre los elementos esenciales destacan:

  • Velas y veladoras: representan la luz que guía a las almas hasta el altar. Para los niños, suelen colocarse velas de colores vivos o veladoras decoradas.
  • Flor de cempasúchil: símbolo del sol y de la vida, sus pétalos sirven como camino para guiar el regreso de los angelitos. Algunas familias añaden flores blancas —como nube o alhelí—, que evocan pureza e inocencia.
  • Juguetes: son indispensables en la ofrenda infantil. Se colocan muñecos, carritos, pelotas o figuras que recordaban los juegos favoritos del niño en vida.
  • Dulces y golosinas: no pueden faltar las calaveritas de azúcar, paletas, chocolates, panecillos y otros dulces típicos, ya que se cree que los niños disfrutan de ellos en su breve visita.
  • Agua: símbolo de pureza, sirve para calmar la sed del alma después del largo viaje desde el más allá.
  • Pan de muerto: aunque más pequeño o decorado especialmente, representa la fraternidad y la generosidad.
  • Fotografía: se coloca una imagen del niño o niña a quien se dedica la ofrenda, para que el alma identifique su altar.
  • Frutas y comida: se ofrecen platillos ligeros o aquellos que el niño disfrutaba, como tamales, atole o arroz con leche.
Los niños suelen estar mayormenteLos niños suelen estar mayormente asociados a la pureza y la alegría. Foto: (iStock)

Además, es común incluir objetos personales, como ropa o accesorios, que evoquen su presencia. El incienso o copal también se utiliza para purificar el ambiente y alejar las malas energías durante la visita.

La ofrenda infantil no es un acto de tristeza, sino una celebración de la vida y del recuerdo. En cada juguete, dulce o vela encendida se expresa el amor que las familias mantienen hacia sus pequeños, reafirmando la creencia de que la muerte no es ausencia, sino un reencuentro anual lleno de color, aroma y significado.

Colocar la ofrenda el 31 de octubre no solo mantiene viva una tradición ancestral, sino que también honra la pureza de quienes partieron demasiado pronto. Así, entre flores naranjas y risas recordadas, los “angelitos” abren el camino para que, un día después, los adultos también puedan regresar a casa.

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