Cuando el universo llama: El viaje íntimo detrás de "Elio" de Pixar

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Sentado en una pequeña sala de los estudios Pixar en Emeryville, California, Arturo Aguilar hace una pausa mientras recuerda la noche que cambió su perspectiva sobre el proyecto en el que había trabajado durante meses. Era tarde, estaba en su casa viendo por primera vez el adelantodel corte final de “Elio” —la película que él mismo había ayudado a crear como artista de simulación— cuando llegó esa escena final: el momento en que Olga y Elio finalmente conectan de verdad.

“Mi esposa entró a decirme algo sin relación y pausé la película”, recuerda Arturo, con una sonrisa que no puede ocultar la emoción. “Me miró y me dijo: ‘¿Estás llorando?'”.

Esa reacción espontánea resume perfectamente lo que representa “Elio”: una historia nacida de experiencias reales de soledad y búsqueda de pertenencia, que resonó tan profundamente en todo el equipo que formó parte de la nueva película Pixar Animation Studios.

Una aventura cósmica con corazón terrestre

“Elio” cuenta la historia de un niño soñador que siempre se ha sentido diferente y fuera de lugar en la Tierra. Fanático del espacio con una imaginación activa y una enorme obsesión con los extraterrestres, Elio está completamente dispuesto a vivir una aventura épica cuando es transportado accidentalmente al Communiverse, una organización intergaláctica que reúne a representantes de galaxias de todo el universo.

Confundido por error como el líder de la Tierra, debe formar nuevos vínculos con excéntricas formas de vida alienígenas, navegar una crisis de proporciones intergalácticas y, de alguna manera, descubrir quién es realmente y dónde debe estar. Pero lo más revelador es que el lugar donde nunca encajó era exactamente la preparación que necesitaba para este viaje extraordinario.

Es una aventura cósmica sobre encontrar tu lugar en el universo, literalmente. Pero su verdadero poder radica en algo mucho más íntimo: la comprensión de que ser diferente no es una desventaja, sino una preparación.

El origen de un sueño compartido

La historia de “Elio” comenzó mucho antes de las primeras animaciones, en la experiencia de Adrian Molina, uno de los directores originales. Él creció como un niño artista en una familia militar —su padre era dentista de la Fuerza Aérea—, sintiéndose siempre un poco fuera de lugar hasta descubrir la animación.

“Adrian hablaba de cómo, cuando finalmente llegó a un campamento de animación, fue la primera vez que encontró gente como él y realmente se sintió aceptado”, explica Mary Alice Drumm, productora de la película. “Eso se convirtió en la metáfora de toda la historia”.

La verdadera magia comenzó cuando Domee Shi y Madeline Sharafian se unieron como co-directoras, trayendo sus propias experiencias de ser “las niñas raras” que encontraron su lugar en el mundo.

La productora de "Elio", Mary Alice Drumm, y las directoras Madeline Sharafian y Domee ShiLa productora de “Elio”, Mary Alice Drumm, y las directoras Madeline Sharafian y Domee Shi durante una conferencia de prensa con cineastas en el teatro del edificio Steve Jobs. (Foto: Deborah Coleman / Pixar)Crédito: Cortesía

El club de anime de dos miembros

En una confesión que arranca risas genuinas, Domee Shi revela el origen más personal de la película: “Definitivamente fui esa niña rara obsesionada con algo en lo que nadie más estaba interesado. Para Elio son los aliens. Para mí era el anime, que ahora es súper popular, pero en los 2000 no lo era tanto”.

La historia se vuelve aún más entrañable: “Era vicepresidenta del Club de Anime. Mi mejor amiga era la presidenta. Solo había dos miembros”.

Esa imagen de dos amigas creando su propio espacio para su pasión compartida se convirtió en el corazón emocional de “Elio”. “Cada día soñaba con llegar a un lugar como la escuela de animación o Pixar, donde la gente entendiera mis referencias, donde hablaran mi idioma”, continúa Domee.

Una amistad que transformó el proceso

La colaboración entre Domee y Madeline no fue solo profesional, fue profundamente personal. Su amistad previa se convirtió en la columna vertebral del proceso creativo y en un experimento radical para Pixar.

Lo que hizo funcionar este proceso es que Domee y yo ya éramos amigas antes de comenzar“, explica Madeline. “Compartimos sensibilidades creativas. Tuve la suerte de liderar historia en ‘Red’, así que sabíamos que estábamos alineadas en emoción y humor”.

Domee Shi y Maddie Sharafian habían trabajado antes juntas, lo que influyó mucho para agilizar el proceso y ayudar a llevar el proyecto a buen puerto. (Foto: Deborah Coleman / Pixar)Crédito: Cortesía

Cuando les pregunté a las directoras sobre cómo mantuvieron una visión cohesiva, la respuesta revela algo hermoso sobre la colaboración verdadera.

Hacer películas puede ser estresante y difícil”, continúa Madeline. “Pero tener a tu amiga a tu lado en todo momento hace que sea más divertido. Si una se ríe del chiste de la otra en sesión editorial, vamos por buen camino”.

La química es palpable. Domee añade con una sonrisa: “Había mucho contacto visual.”

“Mucha escucha activa”, completa Madeline, y ambas ríen.

Un universo visual revolucionario

Una de las decisiones más audaces del equipo fue cambiar el formato visual tradicional de Pixar. Madeline Sharafian, co-directora, explica la evolución: “Cuando hablé con Derek Williams y Jordan Rempel, nuestros directores de fotografía, algo que me propusieron y que los emocionaba mucho era: si estamos haciendo una película de ciencia ficción, ¿no deberíamos hacerla en pantalla panorámica?”.

Esta decisión no fue meramente estética. “Nos mostraron este demo reel en la sala de cine de cómo se veía el Communiverse antes y cómo se veía después en pantalla ancha (widescreen). Y fue una decisión creativa obvia”, continúa Madeline. “Es mucho más difícil cambiar el formato de aspecto desde un punto de vista organizacional, pero para nosotros valió completamente la pena“.

Pero quizás la innovación visual más fascinante vino de una fuente inesperada. Harley Jessup, el diseñador de producción veterano detrás de “Coco” y “Ratatouille”, encontró inspiración en un lugar sorprendente para crear el Communiverse: la macrofotografía.

La la supervisora de efectos visuales, Claudia Chung Sanii, acompaña en el escenario al diseñador de producción Harley Jessup, quien cierra una prolífica carrera con “Elio”. (Foto: Deborah Coleman / Pixar)Crédito: Cortesía

Muchos de los personajes que los espectadores podrán ver en pantalla tienen su inspiración en formas y elementos naturales que regularmente se encuentran en una escala que es imperceptible para nosotros, pero que es hermosa y sorprendente en sí misma.

El reflejo personal en cada cuadro

Para Diana Rivera, supervisora principal de guion nacida en Puerto Rico, la película resonó de manera particularmente personal. Su experiencia mudándose a California para trabajar en Pixar se refleja directamente en el viaje de Elio.

“Siendo puertorriqueña, venir aquí sin conocer nada… me mudé a California para este trabajo”, explica Diana. “He aprendido que me siento pequeña en un sitio tan grande, pero a la vez tan maravilloso. Está en nosotros salir de la comodidad para aprender de otros y darnos cuenta de que hay gente con la que puedes conectar y lograr cosas increíbles”.

Esta conexión personal no fue casualidad. El equipo consultó psicólogos infantiles e incluso habló con el Cirujano General sobre la epidemia de soledad que afecta a los jóvenes.

“Abordamos a Elio con reflexión y sensibilidad”, explica Domee Shi. “Intentamos contar una historia veraz sobre un niño solitario que busca conexión“.

La magia invisible del trabajo artesanal

Detrás de cada momento emotivo hay artistas cuyo trabajo es más exitoso cuando pasa desapercibido. Arturo Aguilar, artista de simulación en Pixar desde 2011, describe su trabajo como “amplificar cualquier acción en pantalla, cualquier cosa que el personaje esté haciendo”.

En “Elio“, Arturo enfrentó un desafío técnico sin precedentes: crear un universo donde las leyes de la física funcionan de manera completamente diferente. “Tenemos que cambiar las propiedades del universo”, explica. “Regularmente hay gravedad, todo tiene peso, los objetos se mueven de ciertas formas. Pero en el espacio es diferente, así que tienes que cambiar las propiedades del universo que estás creando”.

Arte conceptual por Valerie Kao. © 2025 Disney/Pixar. Todos los derechos reservados.Este es un arte conceptual original de Valerie Kao que sirvió como inspiración para posteriores animaciones. Crédito: Disney

Arturo fue responsable de la secuencia donde el protagonista es elevado del suelo y transportado al Communiverse, flotando en gravedad cero. “Esa escena donde él es elevado del suelo y luego transportado al Communiverse, Elio está flotando en el espacio y todo está en gravedad cero. Yo hago todo eso. Eso es todo mío”, dice con orgullo.

Para el realizador, cada detalle cuenta una historia emocional: “Si se siente solo en un lugar muy grande, quizás podamos añadir viento en el pelo para que se note que está en un lugar grande.” Es la convergencia perfecta entre innovación técnica y narrativa emotiva.

El reto de animar lo inanimable

También tuvimos la oportunidad de hablar con Jordi Onate, animador con más de una década de recorrido en Pixar. Nos contó cómo enfrentó uno de los desafíos técnicos más complejos: animar a Ooooo (se pronuncia “oooh” y cuenta con la voz de Shirley Henderson en la versión en inglés), un personaje que es esencialmente una supercomputadora líquida que mantiene el orden y se ancarga de todos los detalles en el Communiverse.

“Es un personaje que no tiene volumen, no tiene ni brazos, ni piernas, entonces para animarlo era bastante difícil. Retomamos una técnica de los años 90 modificada con la tecnología actual”.

El resultado es algo nunca antes visto en animación: un personaje completamente fluido que puede cambiar de forma, pero que mantiene personalidad y expresividad reconocibles. “Como tenemos que hacer 24 dibujos para hacer un segundo, es un trabajo bastante abrumador”, explica Jordi recordando el proceso. “Cada animador hace unos 2 minutos más o menos en 10 meses”.

Más allá del desafío técnico, Jordi encontró algo personal en el proyecto: “Desde pequeño me gusta el universo y el espacio. Siempre me interesó cómo funcionan los planetas y el tema de los aliens. Como Elio, siempre estaba mirando al cielo, preguntándome si había algo más ahí afuera”.

Es precisamente esta conexión personal lo que transforma el reto técnico en algo emotivo. En “Elio”, incluso los personajes más desafiantes de animar nacen de experiencias humanas genuinas.

ELIO arte conceptualAsí luce un arte conceptual original antes de ser llevado a la pantalla grande. Crédito: Disney

La conexión universal de la soledad

Lo que hace poderoso a “Elio” no son solo sus efectos visuales o innovación técnica, sino su comprensión de algo universalmente humano: sentirse solo y buscar pertenencia.

“El tema de la soledad es muy importante para mí”, reflexiona Diana. “Todos hemos sentido eso, y me encanta cómo Elio evoluciona como personaje, cómo busca apoyo en familia y amigos. Sale de su zona de confort”.

Esta comprensión no fue casual. Como explica Madeline: “Nuestra esperanza es que si alguien de la audiencia está en ese estado mental al principio, pueda salir con algo más esperanzador. No podemos resolver los problemas del mundo, pero podemos ayudar a aliviar luchas individuales“.

Elio, un niño con gran imaginación, entabla lazos con seres del espacio como Glordon, un principe sensible.Crédito: Disney

El legado de una estrella solitaria

Cuando “Elio” llegue a las pantallas el 20 de junio, llevará algo más que entretenimiento. Llevará las experiencias reales de un equipo que encontró en esta historia una forma de procesar sus propias experiencias de soledad y búsqueda de conexión.

“Hay pocas palabras en el final, pero se transmite tanta emoción”, dice Arturo sobre la escena que lo hizo llorar en su casa. “Es realmente hermosa”.

Pixar CampusTuvimos la oportunidad de recorrer los estudios de Pixar en Emeryville, California, para conocer los detalles detrás de “Elio”.Crédito: Disney

Quizás esa sea la verdadera magia de “Elio”: no solo cuenta la historia de un niño que encuentra su lugar en el universo, sino que fue creada por adultos quetambién buscaban el suyo.

En los estudios de Pixar, donde cada película busca responder qué significa ser humano, “Elio” ofrece una respuesta conmovedora: ser humano significa buscar conexión, especialmente cuando esa búsqueda nos lleva más allá de las estrellas.

“Elio” se estrena en cines el 20 de junio de 2025, llevando no solo una aventura cósmica, sino el corazón de quienes encontraron en su creación un hogar para sus propios sueños de pertenencia.

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