
Entre las suculentas más valoradas por jardineros y amantes de las plantas de interior, hay una especie que se destaca por encima del resto: florece incluso en pleno invierno, requiere cuidados mínimos y aporta color y vida a cualquier espacio. Se trata del kalanchoe, una planta compacta y resistente que no solo soporta climas adversos y ambientes cerrados, sino que también puede mantener su floración durante meses.
Su popularidad no es casual: combina belleza, practicidad y una sorprendente capacidad de adaptación, lo que la convierte en una opción ideal tanto para expertos como para quienes recién se inician en la jardinería.
El Kalanchoe blossfeldiana es una suculenta de crecimiento compacto y hojas gruesas, brillantes y carnosas, especialmente adaptadas para retener agua.
Su porte raramente supera los 40 o 50 centímetros, por lo que resulta perfecta para decorar hogares pequeños y repisas, como detalla Planet Desert.
Las raíces fasciculadas aprovechan bien espacios reducidos, y la planta soporta trasplantes sencillos cada dos años.
Florece con inflorescencias que agrupan pequeñas flores en la punta de tallos o en las axilas florales, formando racimos de larga duración. La floración ocurre naturalmente a fines de invierno y en la primavera, pero puede inducirse en cualquier época del año si se le dan las condiciones de luz adecuadas, señala Monaco Nature Encyclopedia.

Su rasgo más sobresaliente es florecer en pleno invierno, periodo en el que la mayoría de plantas de interior se mantiene inactiva, indica DPA.
Para que la kalanchoe rebrote sus flores, necesita un periodo de oscuridad diaria de entre 14 y 16 horas por seis semanas, práctica recomendada por Gardening Know How.
Esta técnica consiste en cubrir la planta o guardarla en un armario durante la noche, simulando jornadas cortas para estimular la producción de botones florales.
Las flores pueden permanecer vivas y vistosas hasta tres meses si se protege la planta de la luz solar directa, señal de su durabilidad y de la satisfacción que ofrece en ambientes cerrados, según la agencia de noticias DPA.
De acuerdo con Monaco Nature Encyclopedia, en su versión silvestre, el kalanchoe blossfeldiana muestra flores rojas.
Gracias a la hibridación y selección en viveros, surgieron variedades comerciales con flores blancas, amarillas, rosas, lilas y naranjas, lo que confirmó su éxito en el mercado internacional.
Incluso existen variedades de flores dobles, conocidas como Calandiva, ampliamente valorizadas en el sector de la floristería por su carácter decorativo, según Monaco Nature Encyclopedia.
Tal como resume Planet Desert, el kalanchoe es extremadamente resistente y se lo considera ideal para quienes inician en la jardinería.
La luz es un factor crucial: de acuerdo a Hola.com, la planta necesita recibir abundante iluminación, preferentemente junto a una ventana orientada al sur o al oeste en interiores, pero cuidando de que no reciba sol directo en horas de gran intensidad, ya que puede quemar sus hojas.
Cuando las hojas pierden color o los tallos se alargan, suele deberse a falta de luz. Si las hojas se queman, es conveniente cambiarlo de sitio.
La temperatura óptima oscila entre 15 y 25 ºC y conviene resguardar la planta de las heladas y de temperaturas debajo de 5 ºC, advierte la guía de cuidados de La Vanguardia.

Si el kalanchoe se encuentra en maceta en exterior, debe entrar al hogar ante la menor señal de helada.
El riego es mínimo: solo cuando la tierra está seca por completo, cada dos semanas en invierno y semanalmente en verano, tal como subrayan Planet Desert.
Dejar agua acumulada en el plato aumenta el peligro de pudrición de raíces, y el signo más común de riego excesivo son las hojas blandas o translúcidas, según Planet Desert y La Vanguardia.
La alimentación de la planta se realiza durante su etapa de crecimiento y floración, con fertilizante para suculentas, preferiblemente rico en potasio y pobre en nitrógeno, cada dos a tres semanas, señala Monaco Nature Encyclopedia.
El Kalanchoe blossfeldiana es originario del norte de Madagascar, donde crece silvestre en las laderas del monte Tsaratanana entre los 1.600 y 2.400 metros de altitud, señala Monaco Nature Encyclopedia.
El nombre del género kalanchoe es de origen incierto, aunque se atribuye a una palabra china que hace referencia a la capacidad de ciertas especies de formar nuevas plantas a partir de brotes que caen al suelo.
El epíteto blossfeldiana honra al viverista y comerciante de semillas alemán Robert Blossfeld, quien la introdujo en Europa en 1932, dando inicio a una auténtica expansión global, detalla la misma fuente.
La especie se expandió en la horticultura global por su gran valor ornamental, y hoy se calcula que existen más de 170 especies en el género Kalanchoe.