¿Cuál es el impactó ambiental de una consulta por mensaje de texto con la IA? Google dice tener la respuesta

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Consumo energético y recursos deConsumo energético y recursos de la inteligencia artificial bajo análisis por empresas tecnológicas. (Imagen ilustrativa Infobae)

Google ha revelado una nueva metodología para calcular el impacto ambiental de su inteligencia artificial Gemini, cuantificando por primera vez la energía, el agua y las emisiones de carbono asociadas a su utilización. En un contexto de creciente preocupación por el consumo de recursos ligados al desarrollo de la inteligencia artificial, la tecnológica comunicó este jueves detalles sobre el consumo de cada consulta de texto gestionada por su modelo: cada pregunta enviada a Gemini consume la misma cantidad de energía que mirar televisión durante nueve segundos.

Esta iniciativa busca dar respuesta a la demanda de información precisa sobre el efecto ambiental real de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial generativa. Hasta ahora, los datos disponibles sobre el consumo energético y la huella ecológica de la IA han sido parciales, lo que ha incrementado el debate sobre el impacto de centros de datos y computación de alto rendimiento.

Según CBS News, el avance de la inteligencia artificial podría transformar la economía y generar un crecimiento relevante: un informe de Goldman Sachs destaca que estas tecnologías tienen potencial para elevar el PIB mundial en un 7%, lo que equivale a unos 7 billones de dólares en una década.

No obstante, la intensificación del debate sobre sostenibilidad y el uso de recursos ha alentado a científicos y políticos a reclamar datos más transparentes. CBS News señala que los centros de datos donde se alojan los grandes modelos de IA consumen volúmenes significativos de electricidad y agua, y sus efectos completos todavía no se comprenden del todo.

Centros de datos de IACentros de datos de IA requieren electricidad y agua para operar modelos generativos a gran escala. (Europa Press)

El anuncio de Google incluye un método estandarizado para medir los recursos implicados en la operación de la IA, centrándose en tres indicadores principales: el consumo de energía eléctrica, el consumo de agua necesaria para la refrigeración de los equipos y las emisiones de gases de efecto invernadero, medidos en dióxido de carbono equivalente. Esta aproximación, según la empresa, permitirá evaluar con mayor claridad el coste real de cada consulta generada y facilitará comparar diferentes modelos de inteligencia artificial.

Ben Gomes, vicepresidente sénior de aprendizaje y sostenibilidad de Google, escribió en un blog corporativo que “para mejorar la eficiencia energética de la IA, es fundamental comprender de manera clara y exhaustiva su huella ambiental”. Añadió que hasta la fecha, “los datos integrales sobre el impacto energético y ambiental de la inferencia de IA han sido limitados”, subrayando la necesidad de mayor transparencia en el sector.

El estudio de Google establece que una consulta de texto convencional en Gemini utiliza 0,24 vatios-hora de electricidad, emite 0,03 gramos de dióxido de carbono equivalente y consume 0,26 mililitros de agua. CBS News explica que esta cantidad representa alrededor de cinco gotas por consulta; sin embargo, técnicos señalan que a escala global, el efecto agregado puede ser considerable si se multiplica por millones de interacciones diarias.

Un nuevo método busca transparentarUn nuevo método busca transparentar el impacto ambiental de las interacciones digitales con sistemas de IA. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además del uso eléctrico, la operación de grandes centros de datos para inteligencia artificial demanda recursos hídricos significativos. Un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), citado por CBS News, advierte que “los centros de datos de IA requieren un gran volumen de agua para enfriar el hardware utilizado en el entrenamiento, despliegue y afinado de modelos generativos, lo que puede ejercer presión sobre los suministros municipales y alterar ecosistemas locales”.

La tendencia en aumento de aplicaciones de inteligencia artificial generativa también ha causado mayor necesidad de hardware de alto rendimiento, sumando impactos inherentes a la fabricación y el transporte de estos dispositivos.

Según el informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de EEUU (GAO) incluido en la cobertura de CBS News, algunos de los centros de datos más avanzados pueden requerir entre 100 y 1.000 megavatios de potencia eléctrica, lo que equivale a abastecer energía a entre 80.000 y 800.000 viviendas en simultáneo. Esta magnitud supera los requerimientos de infraestructuras convencionales en el sector tecnológico, elevando la preocupación sobre la sostenibilidad futura de estas soluciones.

Por el momento, en Estados Unidos y otros mercados principales, no existen regulaciones que exijan a las empresas revelar los volúmenes exactos de energía o agua empleados en el funcionamiento de herramientas de inteligencia artificial, una situación sobre la que los expertos advierten la necesidad de una supervisión más estricta.

El análisis presentado por Google también proporciona datos para comparar su modelo con otros servicios populares de IA. CBS News recoge declaraciones de Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, quien afirma que una consulta promedio en ChatGPT emplea 0,34 vatios-hora de energía eléctrica y cerca de un quinceavo de cucharadita de agua, cifras ligeramente mayores a las reportadas para Gemini.

Durante los últimos doce meses, la tecnológica reportó avances notables en sostenibilidad. El consumo energético y las emisiones de carbono por consulta en Gemini se han reducido 33 y 44 veces, respectivamente, según el informe técnico citado por CBS News. Al mismo tiempo, la calidad de las respuestas del modelo mostró una mejora, según la propia empresa, aunque no se ofrecieron datos cuantitativos adicionales sobre estos progresos.

La huella ecológica de cadaLa huella ecológica de cada consulta de inteligencia artificial entra en el centro del debate tecnológico. (REUTERS/Florence Lo)

CBS News enfatiza que, pese a los esfuerzos de Google, aún queda mucho por hacer para mitigar la huella ambiental de la inteligencia artificial generativa y ajustar sus beneficios potenciales al desafío de la sostenibilidad. Tanto académicos como actores de la industria insisten en la urgencia de establecer normativas comunes para medir y divulgar el impacto de estas tecnologías, de forma que sea factible abordar los riesgos antes de que el crecimiento del sector supere la capacidad de adaptación medioambiental y regulatoria.

La publicación de estos datos por parte de Google se enmarca en el contexto del creciente uso de la inteligencia artificial en el mundo empresarial y la vida cotidiana. El avance de un marco estandarizado de medición podría abrir el camino para nuevas exigencias de transparencia y rendición de cuentas en la industria tecnológica, mientras usuarios y entidades regulatorias analizan el impacto ambiental de cada interacción digital.

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