El popular creador de contenido Cristorata mostró un lado vulnerable que sorprendió a sus seguidores. En una transmisión en directo, rompió en llanto mientras conversaba con su entrenador tras perder una pelea que, según confesó, lo dejó emocionalmente devastado.
Su reacción generó conmoción en redes, donde sus seguidores lo apoyaron por mostrar autenticidad y humanidad en un contexto competitivo donde el orgullo suele imponerse. “Yo quería ganar, pero mi corazón ya no podía más”, dijo entre sollozos.
Su entrenador y su pareja Agus Padilla intentaron consolarlo, pero el joven streamer insistió en que lo más doloroso fue haber decepcionado a quien lo acompañó en su preparación.

El episodio ocurrió durante una transmisión en vivo posterior a la pelea que duró apenas un round. Agotado y con visibles signos de frustración, Cristorata se dirigió a su entrenador con un tono quebrado. “Profe, discúlpeme por haberle decepcionado. Yo quería ganar, pero mi corazón ya no podía más”, dijo con la voz entrecortada.
Su llanto sorprendió a los espectadores, acostumbrados a verlo como un personaje bromista en redes sociales. Esta vez, la pantalla mostró un rostro diferente: el de alguien que enfrentaba la derrota con crudeza, sin filtros ni humor. “Yo pude haber dado más y no lo di”, añadió, mientras su entrenador intentaba consolarlo recordándole que el esfuerzo y la disciplina valen más que un resultado.
La situación evidenció el desgaste físico y emocional de quienes participan en competencias de exhibición que combinan espectáculo y exigencia real. Aunque el público suele centrarse en la parte lúdica, para los participantes, el proceso implica presión, expectativas y exposición mediática que pueden sobrepasar los límites personales.
Su pareja Agus Padilla, presente durante la transmisión, intervino para tranquilizarlo: “Ay, no, Cristo, no. ¿Por qué te pones así?”. Sin embargo, el influencer continuó llorando y repitiendo que lo más doloroso era pensar que había decepcionado a su entrenador, a quien considera más que un guía técnico: “Más allá de ser un profesor, se ha convertido en un amigo mío”, afirmó.

Mientras la emoción dominaba el ambiente, el entrenador respondió con serenidad y afecto. “Yo sé que tú podías haber ganado, pero lo vamos a volver a hacer, yo lo sé”, le dijo, intentando levantarle el ánimo.
Cristorata, sin embargo, insistía en que no habría segundas oportunidades. “Ya perdí, profesor, y me duele porque sé que usted está decepcionado de mí”, expresó entre lágrimas. El entrenador replicó con palabras que mostraron una relación más allá del ring: “Tú sabes que estoy contigo siempre”.
Esa frase fue suficiente para que el joven volviera a agradecerle. “Yo siempre voy a seguir confiando en usted, y lo quiero mucho”, dijo con voz temblorosa. Fue un momento que mostró la conexión emocional que puede surgir entre un deportista y su guía, marcada por la confianza y el respeto mutuo.
El público en redes reaccionó con sorpresa y ternura. Acostumbrados al tono humorístico de sus transmisiones, los seguidores del influencer destacaron la valentía de mostrarse frágil frente a miles de espectadores. “Verlo llorar así fue inesperado, pero real”, comentó uno de ellos en los foros donde el video se viralizó.
La escena también abrió espacio para una conversación más amplia sobre la salud mental en el entorno digital y deportivo. En un mundo donde la imagen de fortaleza suele ser una exigencia constante, momentos como este exponen la vulnerabilidad que acompaña al fracaso y la exposición pública.

El joven streamer, conocido por su estilo extrovertido y su humor irreverente, enfrentó un contraste radical durante la transmisión. Entre lágrimas, explicó que podía tomar la situación “con humor”, pero que en el fondo lo afectaba profundamente haber fallado. “Yo sé que usted quiso que yo gane y lo decepcioné”, confesó al entrenador mientras intentaba contener los sollozos.
Su entrenador, lejos de reprocharle, insistió en el valor del esfuerzo: “Yo quería que tú ganes, pero tú eres mi hermano, sabes que estoy contigo siempre”. Esa respuesta reforzó el vínculo de camaradería entre ambos, mostrando que el respeto y la empatía pueden sostener a un deportista incluso en sus momentos más duros.
El propio narrador del programa que transmitió el momento comentó que el golpe no fue solo físico, sino también emocional. “Una cosa es contarlo y otra estar ahí parado. Definitivamente, le afectó bastante”, dijo, aludiendo a lo breve pero intensa que fue la pelea.
El video se viralizó rápidamente y provocó una ola de mensajes de apoyo. Muchos usuarios reconocieron el valor de mostrar debilidad en un entorno donde la mayoría prefiere aparentar fortaleza. Otros recordaron que detrás del personaje público hay una persona que siente la presión de la competencia y la mirada constante del público.
Cristorata, que en redes suele proyectar una imagen despreocupada, dejó al descubierto un costado íntimo que pocos conocían. La escena terminó con él agradeciendo al entrenador por su apoyo y prometiendo seguir aprendiendo. “Siempre voy a estar con usted”, aseguró, mientras el profesional respondía: “Yo también te estimo bastante”.
El momento cerró con un gesto que desarmó al público: un abrazo simbólico a la distancia, acompañado por el silencio que suele aparecer después de una emoción genuina. Detrás del personaje, del humor y de los desafíos virales, quedó visible un joven que, más allá de la derrota, encontró fuerza en la empatía.