Crisis de salud mental: la tasa de depresión en Estados Unidos se mantiene en máximos históricos

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La tasa de depresión enLa tasa de depresión en Estados Unidos alcanza un récord histórico y afecta a 47,8 millones de adultos. (Freepik)

El porcentaje de adultos en Estados Unidos que reportan tener o estar en tratamiento por depresión ha alcanzado un nuevo máximo histórico, superando el 18% en 2024 y 2025, según datos recientes de Gallup. Esta tendencia afecta a cerca de 47,8 millones de personas y se ha intensificado en jóvenes y personas con menores ingresos, en un contexto donde la soledad y las dificultades económicas agravan la situación de la salud mental.

De acuerdo con los resultados obtenidos por Gallup en encuestas realizadas entre febrero y junio de 2025 a más de 11.000 adultos estadounidenses, la tasa actual de depresión se sitúa en 18,3%. Esto representa un aumento de ocho puntos porcentuales respecto a 2015 y confirma que la prevalencia de la depresión sigue una tendencia ascendente desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020. Además, el 28,5% de los adultos afirma haber recibido un diagnóstico de depresión en algún momento de su vida, manteniéndose cerca del récord registrado en 2023.

El impacto de la depresión en Estados Unidos resulta especialmente profundo en los menores de 30 años y en personas con ingresos anuales inferiores a USD 24.000. En los adultos jóvenes, la proporción que reporta depresión se ha duplicado en los últimos ocho años, pasando del 13% en 2017 al 26,7% en 2025. Este incremento, que ya era relevante en 2023 con un 24,6%, evidencia que el problema continúa agravándose en este grupo etario. Por otro lado, entre quienes viven en hogares con ingresos por debajo de USD 24.000, la tasa de depresión aumentó del 22,1% en 2017 al 35,1% en 2025, con un salto de nueve puntos en los últimos dos años.

Gallup resalta dos tendencias centrales en el aumento de la depresión entre los jóvenes: quienes ingresan a la adultez lo hacen con tasas más altas de depresión que generaciones anteriores y, de manera simultánea, la prevalencia también sube entre quienes ya eran adultos. Así, el grupo que tenía entre 18 y 29 años en 2017 corresponde ahora a personas de 26 a 37 años, con una tasa de depresión del 22,4%, mientras que los jóvenes actuales presentan un 26,7%, lo que sugiere la existencia de un efecto acumulativo.

La depresión en jóvenes menoresLa depresión en jóvenes menores de 30 años se ha duplicado en los últimos ocho años, llegando al 26,7%. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La soledad aparece estrechamente vinculada a la depresión. Gallup ha documentado que uno de cada tres adultos que experimentó soledad el día anterior también sufre depresión, frente al 13% de quienes no reportaron soledad. Tras una disminución inicial desde los picos registrados durante la pandemia, la proporción de personas que declara sentirse significativamente sola una gran parte del día volvió a aumentar, situándose en el 21% en 2025. Este es el mayor valor desde marzo de 2021 y afecta de modo particular a los jóvenes de 18 a 29 años, entre quienes la soledad diaria alcanza al 29%, cifra superior a la de cualquier otro grupo de edad.

Las causas del aumento sostenido de los diagnósticos de depresión son diversas. Aunque la reducción del estigma en torno a la salud mental facilita que más personas busquen ayuda —el 70% de los estadounidenses prefiere que su médico aborde tanto aspectos físicos como mentales—, Gallup señala factores estructurales y psicológicos que intensifican el problema, sobre todo en quienes ya enfrentan desventajas. Entre los adultos con menores ingresos, el crecimiento de la depresión coincide con una subida de 14 puntos en el grupo identificado como “Cost Desperate”, formado por personas que no han podido costear atención médica o medicamentos y carecen de acceso a servicios asequibles. Esta situación incrementa las probabilidades de abandonar el tratamiento por motivos económicos y agrega un estrés emocional adicional.

Se estima que la depresiónSe estima que la depresión genera pérdidas económicas anuales de hasta USD 48.000 millones por baja productividad laboral.(Imagen Ilustrativa Infobae)

Tanto los jóvenes como quienes tienen bajos ingresos enfrentan dificultades financieras más allá del acceso a la salud, como inseguridad alimentaria, deudas estudiantiles e inestabilidad habitacional, factores que actúan como detonantes de la depresión. El mercado inmobiliario, cada vez más inaccesible, junto con el riesgo de desalojo y la carga del alquiler, alimentan un clima de incertidumbre que perjudica la salud mental. Además, Gallup observa que los jóvenes tienden a ser más abiertos sobre sus problemas emocionales y demuestran mayor disposición a buscar ayuda que otros grupos.

Las consecuencias sociales y económicas de este fenómeno resultan relevantes. Según Gallup, entre los trabajadores estadounidenses, la depresión se asocia con una pérdida anual de USD 23.000 millones en productividad debido al ausentismo laboral no planificado. Si se tiene en cuenta un impacto más amplio, las pérdidas económicas relacionadas con la mala salud mental ascienden a USD 48.000 millones cada año.

En el periodo posterior a la pandemia, la desconexión social y la soledad han resurgido, acompañando el aumento de los tratamientos por depresión. Unn aspecto positivo es que la percepción social sobre la salud mental ha cambiado, facilitando una mayor disposición para hablar del tema y buscar apoyo, aunque los desafíos estructurales y psicológicos persisten en los sectores más vulnerables.

Investigaciones recientes citadas por Gallup alertan que el uso de redes sociales, cuando se dirige a construir o mantener relaciones, puede amplificar la soledad y propiciar comparaciones sociales poco saludables. Estas dinámicas exponen a los usuarios a riesgos psicológicos, como problemas de imagen corporal, acoso o envidia de estilos de vida, y pueden tener un efecto negativo sobre la salud mental.

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