La creatividad y la ciencia se encontraron en la última edición de los premios Ig Nobel, el pasado 12 de septiembre en la Universidad de Boston (Massachusetts, EEUU).
Este evento internacional, que cada año reconoce estudios originales, metodológicamente sólidos, que plantean preguntas inesperadas, volvió a reunir a científicos de varios países bajo una consigna original: destacar investigaciones que, para algunos pueden parecer absurdas, pero aportan reflexiones profundas sobre la naturaleza humana y el conocimiento.
Los Ig Nobel de 2025 premiaron experimentos y descubrimientos que abarcaron desde la psicología social hasta la biología experimental. De acuerdo a National Geographic, la ceremonia, organizada por la revista Annals of Improbable Research, buscó romper con el esquema solemne de los Nobel tradicionales. El evento entregó galardones a quienes supieron mostrar que la risa puede ir de la mano con el rigor científico.
La creatividad científica también se vio reflejada en el premio al mejor estudio de Biología. El jurado reconoció el trabajo de un grupo japonés que optó por pintar rayas negras sobre el pelaje blanco de vacas, imitando el aspecto de una cebra.
Según la misma fuente, este experimento comprobó que el diseño provocaba una fuerte disminución en la cantidad de moscas que molestaban al ganado, ya que el patrón visual dificulta a los insectos su aterrizaje. Este método, aunque parece absurdo, podría convertirse en una solución barata y ecológica frente a los insecticidas tradicionales.
La alimentación animal fue otro de los ejes de los galardonados. De acuerdo con lo publicado por National Geographic, un equipo italiano ganó el premio tras descubrir que ciertos lagartos prefieren los restos de pizza cuatro quesos antes que otros tipos de comida basura. Este resultado ofrece pruebas de los cambios que la dieta humana produce sobre los hábitos de la fauna urbana. Los científicos advirtieron sobre la creciente adaptación de los animales a ambientes alterados por el hombre, lo que podría acarrear consecuencias desconocidas a largo plazo.
En el campo de la ecología aplicada, se distinguió un estudio internacional sobre el olor de los pies humanos. Los investigadores identificaron compuestos específicos de este aroma que resultan irresistibles para los mosquitos.
Este conocimiento podría utilizarse para diseñar trampas más eficaces y así luchar con mayor éxito contra enfermedades como el dengue y la malaria. El experimento adquirió relevancia práctica al aportar una herramienta novedosa para la salud pública mundial.
La psicología también tuvo un lugar destacado en la ceremonia. De acuerdo con la misma publicación, un trabajo reciente reveló que cuando se le dice a una persona que posee una inteligencia superior a la media, su nivel de narcisismo tiende a crecer, incluso si esa información no tiene fundamento real. La investigación mostró que un simple elogio puede modificar la percepción que alguien tiene sobre sí mismo y sobre sus propias capacidades.
El ingenio tecnológico tampoco faltó en esta edición. Según National Geographic, un grupo de investigadores de la India desarrolló un dispositivo de luz ultravioleta capaz de eliminar las bacterias responsables del mal olor en calzado deportivo.
La innovación ofrece una respuesta práctica a un inconveniente cotidiano y subraya la variedad de problemas que aborda la ciencia moderna.
La perseverancia extrema fue reconocida en la categoría de Literatura. El Dr. William Bean recibió un homenaje póstumo por haber medido, durante 35 años, el crecimiento de la uña de su pulgar izquierdo. Registró cada dato con precisión: 0,123 milímetros diarios a los 32 años y 0,095 milímetros a los 67. El caso de este médico se cita como ejemplo de paciencia y atención al detalle en la investigación individual.

Por último, se entregaron premios a estudios que, a primera vista, parecen surgidos de un guion de comedia. Entre ellos figuraron análisis sobre el impacto del teflón en la digestión de roedores y la observación de bostezos contagiosos en reptiles, un comportamiento que antes se consideraba exclusivo de los mamíferos sociales.
La ceremonia, bajo un ambiente relajado, incluyó discursos breves y el lanzamiento tradicional de aviones de papel en el auditorio. El evento reunió a científicos reconocidos y a curiosos que comparten una misma pasión: la exploración de lo insólito desde la seriedad del método científico.
Los estudios premiados, aunque puedan parecer anecdóticos, ofrecen nuevas perspectivas sobre el comportamiento humano, el entorno y la vida cotidiana.