Corte Suprema analiza demandas contra aranceles del gobierno de Trump

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Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha invocado poderes presidenciales y económicos de emergencia para imponer aranceles "recíprocos" sobre prácticas comerciales injustas contra Washington.

Jueces activistas de extrema izquierda se han empeñado en obstaculizar desde el primer día del líder republicano en la Casa Blanca su gestión presidencial en todos los ángulos: desde inmigración, las mal llamadas políticas de inclusión que no son otra cosa que más discriminación, hasta sus acciones económicas dentro y fuera de EEUU para beneficiar la economía ahogada en deuda que dejó la administración Biden-Obama, o quien estuviera al frente del gobierno federal

El Presidente ha impuesto, como medida de defensa y seguridad nacional, aranceles específicos a México, Canadá y China.

Un tribunal, alineado a la tendencia de izquierda, falló en mayo que Trump "excedió" su autoridad al imponer los aranceles, aunque la apelación permitió que permanezcan en vigor.

Luego, un tribunal de apelaciones federal, también de la misma tendencia en estados demócratas, falló 7-4 en agosto que los gravámenes eran "ilegales". Esto confirmó la decisión del tribunal inferior, lo que llevó a Trump a presentar la disputa a la Corte Suprema.

La decisión del Máximo Tribunal de la nación tendrá importantes repercusiones, pero la sentencia podría demorarse meses.

Los jueces del Supremo podrían considerar válidas las acciones presidenciales y las demandas de Trump, quien considera que esa política comercial, que han practicado todos los presidentes incluidos los demócratas, es una herramienta esencial en busca de la justicia para EEUU en el comercio mundial.

Gracias a esa efectiva política de la administración Trump, el país ha recaudado o recuperado más de 200.000 millones de dólares para sus arcas federales, un acontecimiento inédito e histórico en la vida económica del país.

El fallo de la Corte Suprema deja fuera de su análisis los aranceles específicos por sector que impuso Trump, incluidos los del acero, aluminio y automóviles, como defensa a la economía y la seguridad nacional de EEUU.

Los pronósticos politizados

Los especialistas presagiaban un gran impacto de los aranceles en la inflación, incluso una recesión económica. Ninguno de los dos pronósticos parcializados y hechos por analistas de la izquierda para crear el caos y la incertidumbre se han materializado.

Lejos de esos vaticinios la economía estadounidense creció un 3,8%.

Pero todas las demandas han sido un montaje político preparado, como mismo hicieron los radicales demócratas con los sucesos del 6 de enero, desde los cuarteles de la extrema izquierda en el país. Por ejemplo, dos de los demandante son importadores de Nueva York uno de vino o otro de papel de decoración.

"Estos aranceles amenazan la existencia de empresas como la mía, dificultan la supervivencia, por no hablar del crecimiento", declaró Victor Schwartz, uno de los demandantes, antes de la apertura de las audiencias en la Corte Suprema.

"Me sorprendió que aquellos con mucho más poder y dinero no dieran un paso adelante", agregó Schwartz, fundador de una empresa familiar de importación de vinos en Nueva York llamada VOS Selections.

Otro empresario con sede en Nueva York, Mike Gracie, que importa papel de decoración pintado a mano de China, dijo que los altos aranceles de Trump significaron "cientos de miles de dólares" en nuevos costos.

Según Kent Smetters, de la Universidad de Pennsylvania, el 40% de las importaciones estadounidenses son bienes intermedios, lo que significa que no son para consumidores minoristas, y advirtió que mantener los aranceles significa que las empresas estadounidenses "se vuelven menos competitivas", de acuerdo con su opinión. En la realidad, ha resultado lo contrario: el poder de las empresas estadounidenses se ha hecho sentir como nunca antes y se han abierto nuevos mercados cerrados durante décadas a los productos norteamericanos, en toda Asia, África, Medio Oriente y Europa.

Un criterio más racional

En opinión de Ryan Majerus, un ex alto funcionario comercial de Estados Unidos, la Corte Suprema podría finalmente validar la política arancelaria de Trump, pero con ciertas limitaciones.

Los magistrados podrían fallar de forma diferencial en función de los aranceles "recíprocos", que buscan reducir brechas comerciales, y otros derechos aduaneros que son más bien herramientas de sanción, por ejemplo para combatir el ingreso de fentanilo a Estados Unidos, agregó Majerus, actualmente socio del bufete de abogados King & Spalding.

Incluso si el Máximo Tribunal considerara ilegales todos los aranceles de Trump, la administración podría recurrir a otras leyes para imponer aranceles del 15% durante 150 días, y aprovechar ese plazo para abrir investigaciones oficiales, como le concede la Sección 301 de la Ley de Comercio, dijo Majerus.

Esa Sección 301 permite a Washington responder a conductas consideradas injustas.

Majerus estima que los socios que han negociado acuerdos de aranceles con Trump preferirán mantener esos términos en lugar de reabrir negociaciones.

Más allá de los acuerdos, Smetters dijo que el caso tiene implicaciones más amplias.

"Si la Corte permite que esto ocurra, entonces la pregunta es, ¿qué más puede hacer la administración sin tener que consultar con el Congreso?", señaló la académica.

Las consultas en el Congreso sobre estos temas pueden estancarse varios meses y hasta años, una de las razones por las que el presidente Trump decidió utilizar sus poderes presidenciales de emergencia para agilizar los beneficios que esta nueva transformación en el comercio mundial representa para el país, con una deuda que dejó su predecesor de 37 billones (trillions) de dólares y más del 80% de los indicadores económicos en terreno negativo como al contracción de la industria, el mercado inmobiliario, el déficit comercial, entre otros.

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FUENTE: Con información de AFP.

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