
El corredor de bolsa uruguayo Ignacio González Palumbo le enviaba a sus clientes un informe detallado con las acciones que compraba y les mostraba el resultado positivo que iban teniendo las inversiones. El capital invertido por ellos aumentaba de forma sostenida. Esto se pudo sostener mientras los ahorristas no reclamaron retiros del dinero, pero cuando lo hicieron percibieron que los intereses eran esporádicos.
Esto provocó que 25 damnificados presentaran una denuncia contra este corredor de bolsa, según el caso consignado por El Observador. González Palumbo hacía su trabajo en representación del escritorio bursátil Pérez Marexiano, pero en esta firma niegan el vínculo.
La primera denuncia contra él la presentó la propia empresa, que alega que el corredor no era ni empleado ni tenía una relación de dependencia. Solamente hacía de intermediario. Aunque en algunos mails se lo puede ver en el sello de la firma.

González Palumbo tiene 38 años y está vinculado desde 2019 al mundo de las inversiones. Le gustaba ostentar una vida de lujos y llena de “excentricidades”, según informó el diario uruguayo.
Manejaba autos de alta gama, que cambiaba dos veces por año. Alquilaba durante todo enero un inmueble en Punta del Este e iba a apostar varias veces por semana al casino del hotel Enjoy, donde le gustaba acceder a la zona VIP. Allí pasaba varias horas durante la noche. En Montevideo, alquilaba un apartamento en el barrio Punta Carretas, una de las zonas más caras de la capital uruguaya.
González Palumbo, acusado de estafar a cientos de personas, está casado con una mujer de la colectividad judía, con quien tiene dos hijos. El asesor de inversor aprovechó los contactos de su esposa para captar a sus clientes. Se presentaba como integrante de la colectividad judía, aunque no era parte de ella.
La familia de su esposa lo ayudó a crecer económicamente. Al principio, él pagaba las ganancias prometidas, lo que era una muestra de credibilidad y confianza. Entonces, otros familiares se acercaron a él. Así, el corredor fue formando una cartera con decenas de clientes.
Si bien las denuncias son actualmente 25 –presentadas por el penalista Ignacio Durán–, se estima que en el correr de los días aparezcan otros involucrados. El corredor debe unos USD 20 millones a sus clientes.
El corredor también se posicionaba a través de una página web y un podcast que compartía con Tamara Taube, una mujer que vive en México y que está mencionada en las denuncias. Gran parte del dinero que captó González Palumbo provino del exterior (de México y también desde Argentina).
El corredor también empezó a recibir amenazas, consignó El Observador. “Te voy a encontrar tarde o temprano. Tus hijos nunca van a estar seguros. Regresas mi dinero o será una pesadilla”, le escribieron por WhatsApp desde un número mexicano. De un contacto argentina le enviaron: “Atendeme o llamame, tengo gente en la oficina y mando a buscar tu cabeza o a tus pibes”.
Tras esas amenazas, González Palumbo decidió esconderse. La familia decidió dejar de enviar al colegio a sus hijos durante algunos días. Personas al tanto de la causa, citadas por el portal uruguayo, aseguran que el acusado “desapareció” y que solo contesta las comunicaciones con su familia.
La versión del corredor de bolsa acusado es que era imposible haber engañado durante tanto tiempo a tanta gente sin que nadie se hubiera dado cuenta. A su círculo cercano le ha contado que en Pérez Marexiano estaban al tanto de todo.
Algunos inversores argentinos todavía no han presentado la denuncia porque son optimistas de encontrar una solución alternativa para recuperar el dinero invertido. Incluso hay damnificados extranjeros que apuntan tanto a él como a la empresa, dado que entienden que simplemente era un nexo.