MIAMI.- El cónsul general de México en Miami, Rutilio Escandón, confirmó la presencia de 39 mexicanos detenidos en el centro de inmigrantes ‘Alligator Alcatraz’ durante una inspección realizada el martes.
La visita, la segunda en una semana al controvertido centro ubicado en los Everglades de Florida, tuvo como objetivo verificar las condiciones de reclusión y garantizar el respeto a los derechos humanos de sus connacionales, según el cónsul.
Verificación
Como parte de sus funciones, Escandón señaló que también acudió al centro para asegurarse de que los detenidos originarios del país azteca tuvieran acceso a comunicación con sus familiares y atención médica.
Sin embargo, el cónsul reconoció haber encontrado limitaciones durante su recorrido. "No tuvimos acceso a los pabellones", admitió Escandón, lo que impidió una observación directa de las áreas donde pernoctan los inmigrantes.
A pesar de ello, el titular del consulado mexicano en Miami dijo que se entrevistó con más de 30 de los 39 mexicanos registrados en la instalación.
Quejas y condiciones de reclusión
Durante las conversaciones con sus connacionales, el cónsul recogió varias quejas sobre las condiciones dentro de ‘Alligator Alcatraz’.
Los detenidos reportaron que supuestamente solo se les permite bañarse cada tres días y se quejaron de la intensidad del aire acondicionado, al que calificaron como "muy frío".
Además, según el cónsul, se refirieron la molesta presencia de mosquitos dentro del centro de detención.
En contraste, los internos confirmaron que reciben alimentos tres veces al día y, en una comparación con otro centro, Escandón indicó que las condiciones son, "en general, mejores que las que le reportan en Krome".
El Estado, a través del director de la División de Gestión de Emergencias de Florida, Kevin Guthrie, afirmó que la instalación es "segura" y que provee un espacio considerable para cada persona detenida.
En el ojo del huracán
El centro de detención, inaugurado el 1 de julio tras una visita del presidente Donald Trump, se localiza en una zona aislada de los pantanos de los Everglades.
Construido en solo ocho días con carpas y remolques, tiene una capacidad inicial para 3.000 personas y está rodeado de fauna peligrosa como caimanes y serpientes, además de contar con más de 8.500 metros de alambre de púas.
Desde su apertura, la instalación ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos, que denuncian hacinamiento, falta de acceso a representación legal y condiciones sanitarias deficientes.
La visita del cónsul se produce en el contexto de demandas de organizaciones civiles y tribus colindantes que buscan el cierre del centro por considerarlo un lugar inadecuado.