¿Cómo saber si tu familia te manipula?, estas son las dos armas más comunes, según una psicóloga

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Claudia Nicolasa expone dos herramientasClaudia Nicolasa expone dos herramientas que facilitan la manipulación en el entorno cercano. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La manipulación emocional no siempre viene de desconocidos o parejas tóxicas; a veces, se esconde en lo cotidiano, dentro del núcleo más íntimo, la familia. Identificar estas conductas puede resultar difícil, ya que suelen disfrazarse de preocupación, consejos bienintencionados o dinámicas aprendidas a lo largo del tiempo. Sin embargo, reconocerlas es el primer paso para recuperar la autonomía emocional y establecer límites sanos.

De acuerdo con la psicóloga Paola Graziano, la manipulación se sustenta en un desequilibrio de poder, donde quien manipula domina la narrativa y administra la información a su favor. Esto provoca que la víctima se sienta confundida, disminuida o emocionalmente dependiente. Para lograrlo, se recurre a sesgos cognitivos, simplificaciones engañosas, mentiras o contradicciones calculadas.

Aunque cuesta imaginar que estas conductas puedan darse dentro del entorno familiar, lo cierto es que muchas veces la manipulación proviene de personas cercanas. En ese sentido, Claudia Nicolasa, especialista en relaciones de pareja, señala dos mecanismos frecuentes mediante los cuales alguien comienza a ejercer este tipo de control desde la intimidad.

La información puede convertirse enLa información puede convertirse en un arma poderosa para quienes buscan manipular.

En el podcast ZZEN, la psicóloga Claudia Nicolasa, experta en perfiles psicopáticos, revela dos fundamentos clave que los psicópatas y manipuladores emplean para ejercer control sobre los demás. La primera es el conocimiento profundo sobre la otra persona: “Lo primero de todo es recabar el máximo de información sobre ti. Cuanta más información tienes sobre una persona pues muchos más recursos puedes utilizar para manipularla”, explica.

En su libro Es manipulación y no lo sabes (2025), Nicolasa introduce la metáfora del pescador, una imagen que ilustra cómo se diseñan estrategias para atraer a una víctima. “Cuando vas a manipular a alguien no lo haces con base a lo que para ti es importante o lo que te gustaría, primero estudias a la persona y detectas cuáles son sus miedos, sus carencias, sus anhelos, sus traumas y ese es el cebo que utilizas”, expresó en el episodio.

Además, señala que un segundo elemento esencial consiste en hacer que la víctima crea que actúa con total autonomía. “Una buena manipulación lo que hace es que tienes que hacer que la persona que está actuando por su propia cuenta”, menciona, subrayando que la eficacia del engaño radica precisamente en esa percepción de libertad.

Las heridas emocionales convierten aLas heridas emocionales convierten a cualquier persona en potencial víctima de manipulación.

Para la psicóloga Claudia Nicolasa, la manipulación no ocurre simplemente “cuando llega un malvado a tu vida”, sino que responde a “problemas psicológicos no resueltos, que llevan a actuar de forma impulsiva, irracional e, incluso, egoísta”. Es decir, no siempre parte de la maldad consciente, sino de carencias emocionales profundas.

Nicolasa también insiste en diferenciar tres conceptos que suelen confundirse: “influencia, persuasión y manipulación”. Según explica, esta última se vuelve un “problema” cuando una parte “sale vencedora y una perjudicada en la interacción sin darse cuenta”.

En una época donde se promueve con fuerza la idea del “contacto cero” y eliminar personas del entorno, Nicolasa propone una reflexión más equilibrada. Aconseja evitar decisiones impulsivas, sobre todo cuando los vínculos son cercanos o familiares: “Si tuviéramos que expulsar a cada persona y salir de cada relación en la que hubiera manipulación, acabaríamos aislados”, subraya.

Para ella, lo importante es reconocer que “la manipulación se sirve de aquellas heridas, miedos y carencias que no tenemos resueltos”, y por ello “todos somos manipulables en potencia”.

Reconocer las dinámicas de controlReconocer las dinámicas de control emocional dentro del hogar es clave para establecer límites saludables y recuperar la autonomía personal.

Según esta especialista en relaciones, existen distintos tipos de manipuladores, que pueden clasificarse en tres grupos. Los manipuladores oscuros son quienes encajan dentro de la llamada ‘tríada oscura de la personalidad’: psicópatas, narcisistas y maquiavélicos. Nicolasa recomienda alejarlos por completo: “Son personas que saben lo que están buscando; eligen a la persona y son conscientes de lo que hacen sin empatía ni escrúpulos”.

Por otro lado, los manipuladores grises son individuos que no actúan con intención deliberada ni con estrategia clara. “No saben por qué lo hacen ni se dan cuenta. Hacen sufrir a otros, pero también sufren ellos, porque, al final también son víctimas de esas relaciones que estropean y sabotean”.

Finalmente, existen los manipuladores blancos, quienes conocen el comportamiento humano, sabe qué motiva a los demás, pero no usa ese conocimiento con fines egoístas. “Conocen cómo funcionan las personas, qué les motiva o moviliza, pero no usan este conocimiento de forma egoísta, sino para beneficio propio de las dos personas”. Nicolasa señala que en este grupo se encuentran los psicólogos.

Esta clasificación propuesta por Nicolasa ofrece una herramienta útil para comprender las dinámicas de poder que pueden surgir en las relaciones interpersonales. Reconocer los distintos perfiles permite tomar decisiones más informadas, ya sea para establecer límites saludables o buscar apoyo profesional.

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