Cómo las narrativas sobre sanciones estadounidenses facilitan el avance estratégico de China en América Latina

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Introducción: Una narrativa reciente que circula en el discurso geopolítico promueve el argumento erróneo y simplista de que las sanciones estadounidenses son las principales responsables de la creciente influencia de la República Popular China (RPC) en América Latina.

Si bien es cierto que las políticas inconsistentes de Washington han generado ocasionalmente brechas en la interacción, culpar a las sanciones estadounidenses de la penetración estratégica de China ignora la naturaleza más amplia y coercitiva de los objetivos a largo plazo de Pekín. Este informe expone las limitaciones de dicha narrativa y subraya cómo tales argumentos, a menudo inspirados en la teoría de la dependencia de tendencia izquierdista, son perjudiciales para el desarrollo democrático y la seguridad regional.

Conceptos erróneos fundamentales y refutaciones estratégicas

1- El multialineamiento como ilusión, no como estrategia

Quienes defienden el multialineamiento sugieren que América Latina puede beneficiarse de vínculos estrechos con Estados Unidos y China. Sin embargo, la realidad geopolítica revela que la dependencia excesiva de las empresas estatales chinas crea dependencias asimétricas. La Ley de Inteligencia Nacional de la República Popular China de 2017 obliga a todas las empresas chinas a cooperar con los servicios de inteligencia, lo que convierte los proyectos de infraestructura en posibles herramientas de espionaje (Wilson Center, 2023).

2- Idealización del modelo de desarrollo chino

La idea de que el modelo de inversión "sin condiciones" de China es una alternativa pragmática a la condicionalidad occidental es peligrosamente ingenua. En la práctica, estos acuerdos suelen exacerbar la corrupción, la degradación ambiental y los abusos laborales, como se observa en Ecuador, Venezuela y Bolivia (Human Rights Watch, 2022; International Crisis Group, 2023). En Sri Lanka, el proyecto del puerto de Hambantota resultó en que Pekín tomara el control de activos estratégicos tras un impago de deuda, una advertencia para América Latina.

3- El falso vínculo entre las sanciones estadounidenses y la expansión china

Las inversiones regionales de Pekín son anteriores a las recientes sanciones estadounidenses. La Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) comenzó a penetrar en la región entre 2015 y 2018, años antes de la intensificación de las medidas comerciales estadounidenses (Ellis, 2023). Las ambiciones de la República Popular China son proactivas, no reaccionarias. Lejos de ser un programa de infraestructura benigno, la BRI funciona como un mecanismo encubierto de diplomacia de la trampa de la deuda. El PCCh asegura el control a largo plazo sobre infraestructura crítica mediante préstamos opacos a gran escala cuando los países socios incumplen sus pagos. Como se describe en Marrero (2025) y Marrero (2022), los proyectos de la BRI arraigan la dependencia, erosionan la soberanía y proporcionan a la República Popular China capacidades de doble uso bajo la apariencia de desarrollo.

4- El compromiso económico como arte de gobernar coercitivo

La narrativa minimiza la influencia política inherente a las propuestas económicas de China. Los préstamos respaldados por recursos y las transferencias de tecnología de empresas chinas como Huawei y ZTE incorporan vulnerabilidades de vigilancia y seguridad en los sistemas nacionales, lo que compromete la soberanía (CSIS, 2024).

5- La equivalencia moral socava las normas democráticas

Equiparar la condicionalidad política estadounidense con el capital autoritario chino diluye las salvaguardias democráticas esenciales. A diferencia de Pekín, Washington impone condiciones anticorrupción y de transparencia para proteger la integridad institucional. Un ejemplo claro: Zambia, Laos y las Maldivas —todos ellos bajo el peso de una deuda china insostenible— ponen de manifiesto cómo el relativismo moral fortalece la autocracia.

Consecuencias estratégicas para América Latina

  • Facilitación de la deriva autoritaria: Abrazar la influencia de la República Popular China legitima regímenes autocráticos y socava la resiliencia democrática.
  • Vulnerabilidad tecnológica: La infraestructura 5G y los sistemas de computación en la nube de China son caballos de Troya para el espionaje estratégico.
  • Deuda y dependencia: Los esquemas de préstamos a cambio de recursos ya han comprometido la soberanía económica en múltiples naciones.

Conclusión: Hacia una estrategia lúcida

Si bien esta narrativa parece equilibrada, se basa en premisas moldeadas por la teoría de la dependencia y la retórica antioccidental. América Latina debe reconocer que las propuestas económicas de China no son benignas, y Washington debe ofrecer alternativas estratégicas basadas en valores democráticos compartidos. La prosperidad a largo plazo de la región no reside en la neutralidad, sino en una alineación de principios con el estado de derecho y la transparencia.

Referencias

Center for Strategic and International Studies (CSIS). (2024). Huawei's footprint in Latin America. Washington, DC.

Ellis, E. (2023). The Strategic Logic of China’s Latin American Engagement. U.S. Army War College.

Human Rights Watch. (2022). Broken Promises: Chinese Investment and Environmental Damage in Latin America.

International Crisis Group. (2023). China's Influence in Latin America: Risks and Realities.

Wilson Center. (2023). China’s Digital Silk Road and Latin America’s Security Future. Washington, DC.

Freedom House. (2023). Beijing’s Global Media Influence: Authoritarian Expansion and Democratic Pushback.

Transparency International. (2023). Corruption Perceptions Index Report: Impacts of Foreign Investment in Authoritarian Contexts.

Lowy Institute. (2022). Mapping China’s Footprint: Influence and Vulnerability in the Global South.

Marrero, R. (2025). La última frontera: Crónica de la resistencia de EE.UU. contra China. Bravo Zulu Publishers.

Marrero, R. (2022). América 2.0: La guerra de independencia de EE.UU. contra China. Bravo Zulu Publishers.

Dr. Rafael Marrero. Economista jefe, presidente y fundador, Miami Strategic Intelligence Institute (MSI²).

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