Cómo arreglar una salsa que quedó salada: 4 trucos que no fallan

hace 15 horas 2

A cualquiera le puede pasar: estás cocinando una salsa casera, pero cuando pruebas… tiene demasiada sal. En lugar de desecharla y empezar desde cero, puedes aplicar algunos trucos sencillos que ayudan a reducir la sal y recuperar el sabor.

Afortunadamente, una salsa o aderezo que se pasó de sal no está perdida. Ya sea una salsa de tomate, una bechamel o una boloñesa, existen soluciones prácticas e ingeniosas que te permitirán rescatar la receta.

4 trucos que no fallan para arreglar una salsa salada

1. Agrega una papa cruda

Es uno de los métodos más populares para arreglar una salsa salada. Solo necesitas una papa mediana, pelarla y añadirla entera a la salsa mientras hierve.

Déjala cocinar de 10 a 15 minutos para que absorba parte del exceso de sal. Luego retírala y prueba cómo quedó ahora, antes de servir. No dejes la papa demasiado tiempo o podría empezar a deshacerse y cambiar la textura de la salsa.

2. Agrega líquido sin sal

Otra manera práctica de suavizar una salsa salada es diluirla. Para eso, puedes usar agua caliente, caldo sin sal o nata líquida, dependiendo del tipo de salsa que estés preparando.

En salsas rojas, lo más efectivo es agua o caldo de verduras sin sal, mientras que en las blancas, como una bechamel, lo mejor es nata líquida o leche entera.

Incluso, este truco también ayuda a ajustar la consistencia si la salsa quedó demasiado espesa.

3. Aumenta la cantidad de ingredientes

Si tienes más tiempo y productos a mano, puedes aumentar el volumen total de la salsa con más ingredientes sin sal. Esto diluye la concentración de sal y equilibra el sabor general.

Por ejemplo, añade más puré de tomate o tomates naturales sin sal. Otra opción es incorporar más carne, champiñones, cebolla u otras hortalizas. El resultado será una salsa más abundante y con el sabor corregido.

4. Corrige con un toque dulce o ácido

Una pizca de azúcar puede disimular el exceso de sal, sobre todo en salsas de tomate. También puedes usar vinagre balsámico o unas gotas de limón, que aportan acidez y ayudan a equilibrar los sabores.

Pero ojo: prueba antes de añadir cualquier ingrediente, ya que un poco puede ser suficiente y, si te pasas, el arreglo puede ser peor que el error. Nunca agregues aceite ni mantequilla, ya que no corrigen la falla.

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