Cómo afecta el frío a las defensas del cuerpo en otoño e invierno

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Daniel López Rosetti - Comenzó el frio

Durante el invierno, nuestras defensas naturales disminuyen. No es casual. Las mucosas respiratorias, que actúan como una primera barrera de defensa frente a virus y bacterias, tienden a secarse con el aire frío.

Las cilias, que son unos pelitos que recubren las vías respiratorias y tienen como función barrer el moco y las partículas que respiramos, también se enfrían. Al hacerlo, se mueven menos, se enlentece su barrido, y eso favorece la acumulación de agentes infecciosos.

Además, en esta época se suele reducir la ingesta de frutas, y con ello, el aporte natural de vitamina C. A eso se suma que nos exponemos mucho menos al sol, y eso repercute directamente en los niveles de vitamina D, que también participa en la regulación del sistema inmunológico.

Todo esto combinado deja al organismo más vulnerable ante virus y bacterias que circulan con mayor intensidad en invierno.

Las bajas temperaturas afectan laLas bajas temperaturas afectan la eficacia de las defensas respiratorias (Imagen Ilustrativa Infobae)

Lo repito cada año y lo seguiré haciendo: abrigarse es fundamental, pero no alcanza. Hay que evitar los cambios térmicos bruscos.

Salir de una casa calefaccionada al aire libre sin protección, o viceversa, es uno de los peores escenarios para las defensas. El cuerpo necesita una transición más gradual para no descompensarse.

Ventilar los ambientes cerrados es otro punto clave. En invierno solemos mantener las ventanas cerradas por el frío, pero eso genera acumulación de microorganismos en el aire. Bacterias, virus, todo queda ahí, circulando.

Abrir las ventanas, aunque sea unos minutos al día, oxigena y limpia el ambiente.

Consejos vitales como ventilar espacios,Consejos vitales como ventilar espacios, mantener niveles adecuados de vitaminas y practicar actividad física para evitar enfermarse en invierno (Imagen Ilustrativa Infobae)

La hidratación también es vital. El líquido no es solo para el verano. En invierno tendemos a tomar menos agua porque no sentimos tanta sed, pero eso no significa que el cuerpo no la necesite. La mucosa respiratoria hidratada funciona mejor y está más protegida.

Lavarse las manos es una acción simple y poderosa. La mayoría de las infecciones las adquirimos por contacto. Tocamos superficies con virus o bacterias, y luego nos tocamos la cara, los ojos, la boca. Lavarse bien las manos reduce muchísimo ese riesgo.

Y algo que no puede faltar: la actividad física. Moverse, incluso en invierno, mejora la respuesta inmunológica del cuerpo. No hace falta ir al gimnasio, caminar todos los días ya es un gran paso. Lo importante es no quedarse quieto.

Vacunarse protege de cuadros gravesVacunarse protege de cuadros graves en población vulnerable (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para quienes integran los grupos de riesgo, vacunarse contra la gripe no es opcional: es necesario.

¿Quiénes son los grupos de riesgo? Los bebés de entre 6 y 24 meses. Las mujeres embarazadas, en cualquier trimestre. El personal de salud, por el contacto permanente con pacientes. Las personas mayores de 65 años, porque con la edad disminuye la capacidad del sistema inmune. Y también aquellas personas entre dos y 65 años que tienen factores de riesgo, como enfermedades respiratorias crónicas, cardiovasculares, metabólicas o inmunológicas.

La vacunación no impide todos los cuadros de gripe, pero sí reduce significativamente las formas graves y las complicaciones. Es una herramienta de salud pública de eficacia comprobada. Y en estos casos, puede ser la diferencia entre una recuperación en casa y una internación.

* El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario” (Ed. Planeta, 2019), “Recetas para vivir mejor y más tiempo” (Ed. Planeta, 2025), entre otros.

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