
El Departamento de Policía de Irvine informó que el pasado 18 de junio de 2025, aproximadamente a las 17:25 horas, una persona contactó a las autoridades para reportar que había recibido un mensaje de su adiestrador canino notificando la muerte de su perro durante la noche y su inmediata cremación. El aviso originó una investigación por parte de la Unidad de Servicios para Animales, al percibirse irregularidades en la comunicación entre el adiestrador y los propietarios afectados, según informó la dependencia policiaca.
Durante las primeras etapas de la investigación, oficiales identificaron que al menos 10 perros murieron bajo el cuidado del entrenador. La policía logró recuperar los restos de varios animales en distintos crematorios de la localidad y colabora con profesionales veterinarios para la realización de necropsias, con el objetivo de esclarecer las causas de los decesos. Según el vocero policial Kyle Oldoerp, “si todos murieron de un envenenamiento accidental, o si fue algo similar, entonces podría tratarse de un accidente; pero si son causas distintas, la línea de investigación puede cambiar de rumbo”.
La noche del jueves 19 de junio, agentes de Irvine detuvieron a Kwong (Tony) Chun Sit, de 53 años, residente de Irvine, y a su pareja, Tingfeng Liu, de 23 años, originaria de Vista, bajo los cargos de crueldad animal y destrucción de evidencia. Ambos fueron ingresados en la cárcel del condado de Orange, y la investigación sigue en curso mientras se reúnen más pruebas y testimonios de posibles víctimas adicionales.

Uno de los perros, al que la familia llamó Saint, un pastor belga malinois de nueve meses, falleció poco después de haber sido adoptado de un refugio y enviado al entrenamiento con el acusado, según testimonios de familiares citados en redes sociales. La familia publicó en Instagram: “Saint merecía algo mejor. Ella debía regresar a un hogar lleno de amor, seguridad y segundas oportunidades. Nunca dejaremos de buscar justicia para ella, y para los otros animales cuyas voces fueron silenciadas demasiado pronto”.
Las indagatorias llevaron a los policías a diferentes crematorios de la ciudad, donde se encontraron los restos de nueve perros que habrían muerto el mismo día, mientras que otro can habría fallecido una semana antes y sus cenizas fueron entregadas previamente a sus dueños, según información oficial. Oldoerp, portavoz policial, explicó que el intento de incinerar los restos formó parte del comportamiento catalogado como “actividad sospechosa posterior al incidente” y contribuyó a la imputación del delito de destrucción de evidencia.

Las autoridades identificaron que Kwong (Tony) Chun Sit operaba en California del Sur bajo distintos nombres comerciales, entre los cuales destaca Happy K9 Academy. La policía exhortó públicamente a otros propietarios que hubieran recibido notificaciones sobre el fallecimiento inesperado de sus mascotas mientras permanecían bajo el entrenamiento de Sit a contactar al departamento por correo electrónico. Según registros de Happy K9 Academy en el condado de Orange, Sit llegó a cobrar entre 1.000 y 3.400 dólares por cursos de obediencia canina.
Tanto Sit como Liu fueron arrestados y trasladados a las instalaciones del condado de Orange, donde permanecen bajo custodia en espera de determinaciones judiciales. El Departamento de Policía de Irvine reiteró que aun si las necropsias concluyen que los decesos ocurrieron de forma accidental, los cargos relacionados con crueldad animal podrían mantenerse, ya que la responsabilidad legal por la integridad de los animales continúa siendo atribuible al cuidador. Oldoerp comparó la situación con “un padre que deja a un niño en el auto; sin importar si no hubo intención, sigue existiendo responsabilidad por el bienestar del menor”.