El Senado de Estados Unidos tumbó este miércoles dos propuestas presupuestarias presentadas respectivamente por demócratas y republicanos para tratar de levantar el cierre parcial del Gobierno Federal, el primer intento desde que se suspendieran las funciones no esenciales de la administración central la medianoche del martes.
Al igual que sucedió el martes en los dos últimos intentos por evitar el cierre la propuesta de los demócratas fue derrotada por 53 votos frente a 47 y la de los republicanos no prosperó al sumar solo 55 votos a favor y 45 en contra, cinco apoyos por debajo de los 60 que son necesarios para la aprobación del proyecto de ley.
El Senado, que debe aprobar en última instancia el paquete presupuestario que permite financiar el gasto administrativo hasta finales de noviembre, rechazó por segunda vez este miércoles la resolución de continuidad impulsada por los republicanos.
El proyecto provisional de extensión del gasto público, hasta el 21 de noviembre, lleva semanas bloqueado, pese a que la Cámara de Representantes lo había aprobado por una corta mayoría republicana.
Con la falta de acuerdo, las agencias federales comenzaron a quedarse sin fondos a las 12:01 de la madrugada de este miércoles, lo que provocó la paralización de operaciones tanto esenciales como no esenciales. Entre los efectos inmediatos se incluyen el cierre de agencias, parques nacionales y museos, así como la suspensión de salarios para empleados federales, incluso aquellos que deben permanecer en sus puestos, como las fuerzas armadas y los controladores aéreos.
La Casa Blanca publicó en su cuenta en X un mensaje en el que afirmó que “los demócratas cerraron los servicios del Estado”, acompañado de un reloj que marca la duración del shutdown. En el portal de la NASA también apareció un aviso de cierre, mientras que varias embajadas estadounidenses anunciaron que no actualizarán sus informaciones salvo en lo concerniente a avisos urgentes de seguridad.
No obstante, los estadounidenses podrán seguir recibiendo sus cheques de jubilación y de desempleo, así como el servicio postal.
Los líderes demócratas en el Congreso, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, acusaron en un comunicado conjunto a Trump y a los republicanos de haber cerrado el gobierno porque “no quieren proteger la atención médica del pueblo estadounidense”.
El vicepresidente, JD Vance, se declaró dispuesto a negociar con los demócratas, pero “solamente después de poner en marcha de nuevo el Estado”. “No puedes recompensar la toma de rehenes”, subrayó.
El objetivo republicano es extender el financiamiento actual y luego negociar un plan de gasto a más largo plazo. Los demócratas, en cambio, buscan restituir cientos de miles de millones de dólares en gastos de salud, especialmente en el programa Obamacare para familias de bajos ingresos.
Los republicanos acusan a los demócratas de querer mantener los niveles de gasto sanitario excepcionales de la pandemia y de incluir en ellos servicios destinados a migrantes indocumentados.
Con el cierre en vigor, el director de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca, Russell Vought, ordenó a las agencias federales “poner en marcha sus planes para un cierre ordenado”.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), unos 750.000 funcionarios federales están directamente afectados. Además, de acuerdo con cálculos de analistas de la aseguradora Nationwide, cada semana de cierre podría reducir el crecimiento del PIB en 0,2 puntos porcentuales.
Durante el cierre de 2018-2019, la CBO estimó que el PBI se redujo en 11.000 millones de dólares. Desde 1976, cuando se promulgó el proceso presupuestario moderno, el gobierno federal ha cerrado parcialmente en 21 ocasiones.
(Con información de AFP)