
Un hallazgo en las profundidades del Pacífico occidental sorprendió a los científicos: un equipo del Instituto de Oceanología de la Academia China de Ciencias (IOCAS) identificó el sistema hidrotermal Kunlun, una extensa red de cráteres submarinos que emite cantidades de hidrógeno submarino sin precedentes.
Ubicado en la placa tectónica de las Carolinas, al noreste de Papúa Nueva Guinea, este campo hidrotermal emerge como un gigante oculto bajo el océano. Su tamaño y sus características únicas obligan a replantear lo que se sabe sobre el origen de la vida en la Tierra primitiva y abren horizontes inéditos para la búsqueda de nuevas fuentes de energía. Los resultados, publicados en Science Advances, subrayan la magnitud de este descubrimiento.
El sistema Kunlun está formado por 20 grandes cráteres de forma circular u ovalada, algunos de los cuales superan el kilómetro de diámetro y alcanzan profundidades de hasta 130 metros. Estas depresiones, agrupadas en una zona de 11,1 kilómetros cuadrados, se distribuyen sobre una elevación estructural que sobresale 300 metros por encima del lecho marino circundante.
La exploración directa, realizada con el sumergible tripulado Fendouzhe, permitió observar paredes abruptas similares a las de las chimeneas de kimberlita y extensos depósitos de brechas explosivas, lo que sugiere una evolución en etapas marcada por erupciones de gas y prolongada actividad hidrotermal.

Según los expertos, la escala del sistema Kunlun supera en más de cien veces a la del campo hidrotermal Lost City en el Atlántico, lo que lo convierte en el mayor de su tipo documentado hasta la fecha.
El análisis geológico indica que se formó sobre una corteza oceánica joven, en una zona donde la placa de las Carolinas comienza a deslizarse por debajo de otra placa, un proceso conocido como subducción y que marca el inicio de una nueva frontera tectónica activa.
La mayoría de los sistemas hidrotermales ricos en hidrógeno suelen localizarse cerca de dorsales oceánicas, que son cadenas montañosas submarinas donde las placas tectónicas se separan y surge nueva corteza terrestre. Sin embargo, Kunlun se sitúa lejos de estos límites, lo que desafía los modelos previos sobre la distribución de estos fenómenos.
“El sistema Kunlun destaca por su flujo de hidrógeno excepcionalmente alto, su escala y su entorno geológico único. Esto demuestra que la generación de hidrógeno impulsada por la serpentinización puede ocurrir lejos de las dorsales oceánicas, lo que desafía las suposiciones arraigadas”, explicó el profesor Sun Weidong, coautor del estudio, en un comunicado oficial.

La serpentinización es un proceso geoquímico en el que el agua de mar se infiltra a través de grietas en rocas profundas del manto terrestre, especialmente aquellas ricas en hierro y magnesio. Al reaccionar, se forman nuevos minerales llamados serpentinas, caracterizados por su color verdoso y textura suave.
Este proceso, además de transformar la composición de las rocas, libera hidrógeno en grandes cantidades y genera ambientes alcalinos, lo que crea condiciones propicias para el desarrollo de ecosistemas únicos en las profundidades del océano.
La formación de los cráteres se atribuye a explosiones provocadas por la acumulación de hidrógeno, seguidas de la apertura de fracturas que facilitaron la circulación de fluidos hidrotermales y la precipitación de minerales como dolomita y calcita. Estos carbonatos se depositaron incluso en zonas muy profundas, donde normalmente el agua del océano los disuelve.
Uno de los puntos clave del estudio es que los científicos lograron medir con precisión la cantidad de hidrógeno presente en el sistema. Para ello, utilizaron una técnica llamada espectroscopía Raman directamente en el fondo marino, lo que les permitió detectar concentraciones de hidrógeno disuelto en el agua, que oscilaron entre 5,9 y 6,8 milimoles por cada kilogramo de fluido hidrotermal.

Esta concentración, indican los expertos, no es mayor a la hallada en otros sistemas como el de la dorsal mesoatlántica en el Atlántico. Sin embargo, “la extensa área de flujo difuso en Kunlun da como resultado un gran flujo total de hidrógeno”, según señalan en el análisis.
Aunque las temperaturas superficiales de estos fluidos no superan los 18,2 °C, la presencia de dolomita indica que en el subsuelo se alcanzan valores superiores a 40 °C, necesarios para la formación de este mineral.
A partir del mapeo de áreas de descarga y el análisis de la velocidad de flujo, se estimó que el sistema Kunlun libera anualmente una cifra que representa al menos el 5% del flujo global de hidrógeno abiótico submarino. Esta cifra lo sitúa como un actor clave en el balance global de hidrógeno generado por procesos de serpentinización.
El descubrimiento redefine los límites geográficos de los sistemas hidrotermales ricos en hidrógeno y aporta un nuevo marco para el estudio del origen de la vida. Los fluidos alcalinos y ricos en hidrógeno generados por la serpentinización crean un entorno químico similar al que pudo haber existido en la Tierra primitiva.

Según el equipo de investigadores, este tipo de condiciones favorecen la aparición de ecosistemas quimiosintéticos, donde la vida se sustenta en la energía química del hidrógeno en lugar de la luz solar.
Durante las inmersiones, los científicos observaron una notable diversidad biológica en los cráteres del Kunlun. Se documentaron camarones alvinocarídidos cerca de los respiraderos de mayor temperatura, así como langostinos, anémonas y gusanos tubícolas en zonas más frías.
También se identificaron peces escorpión ampliamente distribuidos en el área hidrotermal. Weidong destacó: “Lo particularmente intrigante es su potencial ecológico. Observamos la proliferación de diversas especies de vida abisal: camarones, langostinos, anémonas y gusanos tubícolas, especies que podrían depender de la quimiosíntesis impulsada por hidrógeno”.

Kunlun ofrece un laboratorio natural para investigar la relación entre las emisiones de hidrógeno y la aparición de formas de vida primitivas, así como para explorar el potencial de los recursos de hidrógeno submarino como fuente de energía limpia.
Los especialistas subrayan que el sistema hidrotermal no solo amplía el conocimiento sobre los procesos de hidrógeno en las profundidades marinas, sino que también abre nuevas perspectivas para la identificación de recursos de hidrógeno aún inexplorados bajo el lecho oceánico.