Christopher Walken revela su vida tranquila y brinda detalles de su inesperado cambio en “Severance”

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Christopher Walken, ganador del OscarChristopher Walken, ganador del Oscar en 1979, busca roles que le permitan mostrar diferentes matices emocionales en su actuación (REUTERS/Andrew Kelly)

A sus 81 años, Christopher Walken sigue siendo una de las figuras más enigmáticas de Hollywood. Con su inconfundible estilo vocal y su habilidad para dar vida a los personajes más complejos y oscuros, ha conquistado a generaciones de espectadores. Sin embargo, en una reciente entrevista con The Independent por Zoom, reveló un aspecto menos conocido de su vida profesional: “Lo que más me gusta de ser actor es el tiempo que paso solo, aprendiendo los guiones, estudiándolos”.

El público lo recuerda principalmente por sus papeles de personajes intensos y a menudo inquietantes, como Max Shreck, un psicópata aliado de El Pingüino en Batman Returns o el Jinete sin cabeza en Sleepy Hollow.

Sin embargo, la reciente serie Severance (Apple TV+) mostró un lado de Walken que muchos no esperaban: un personaje tierno, amable y sorprendentemente romántico. En la misma, interpreta a Burt, un hombre atrapado en una división entre su vida personal y su vida profesional.

Lo que más le atrae de su papel es la diferencia con sus personajes previos. “Normalmente no hago nada bueno en las películas, pero ahora interpreto a una persona agradable y romántico”, admitió el actor en la entrevista con The Independent.

Uno de los aspectos más interesantes de Severance es la relación entre los personajes de Walken y John Turturro, quienes, a pesar de estar divididos por las circunstancias de la trama, desarrollan una conexión profunda.

Walken, quien trabajó con Turturro en diversas ocasiones desde los años 80, destacó la confianza mutua que ambos comparten.

“John y yo no somos muy diferentes a un matrimonio en la vida real”, comentó con una sonrisa. Su relación en pantalla también refleja esa cercanía que ambos actores tienen fuera de ella: “Hemos tenido nuestros altibajos juntos. Pero cuando puedes terminar las frases del otro o reírte de los chistes del otro, eso es lo que cuenta cuando interpretas papeles como estos”.

La química actoral entre ChristopherLa química actoral entre Christopher Walken y John Turturro fue crucial para desarrollar su conexión en la serie Severance (Crédito: Captura de Video / Apple Tv+)

Aunque la serie marca un contraste con su carrera previa, Walken no se siente fuera de su zona de confort. En sus años como actor, se alejó de los estereotipos de los villanos típicos y demostró una variedad de matices en sus personajes.

Sin embargo, aclara que su estilo de vida sigue siendo relativamente sencillo. “Llevo casado más de 50 años. Vivo en una casa. Soy una persona muy normal”, explicó.

Este equilibrio entre su vida privada y su carrera le permitió mantener una estabilidad que muchos en Hollywood no logran. “Los actores solemos llevarnos bien. Somos como una tribu, una familia. De vez en cuando hay alguien a quien quieres empujar por las escaleras”, comentó con humor el actor.

Con respecto a las interpretaciones que lo definieron a lo largo de los años, Walken no parece estar interesado en ser encasillado. La imagen pública de “psicópata” que algunos tienen de él no lo inquieta. “He interpretado algunos personajes oscuros, pero eso no es todo lo que soy”, reflexionó.

“Siempre he tratado de hacer todo lo posible para darle una capa extra a esos personajes. Quiero que las personas que los vean se sientan intrigadas, pero no preocupadas. Yo también soy un tipo normal, como cualquier otro”, agregó el actor estadounidense.

Christopher Walken disfruta del procesoChristopher Walken disfruta del proceso de estudiar personajes más allá de los papeles oscuros que marcaron su carrera (Créditos: Warner Bros.)

Su tono cambia ligeramente cuando aborda la cuestión de la sexualidad en la pantalla. Aunque su personaje en Severance es gay, Walken fue tajante: “Nunca he hecho distinciones en ese aspecto. ¿Heterosexual? ¿Gay? Eso nunca me ha resultado muy interesante. La gente se quiere y punto”.

El enigmático Ronald Walken nació en Queens, Nueva York, de una madre escocesa y un padre alemán, pero lo que realmente marcaría el comienzo de su carrera no fueron las grandes ciudades, sino los escenarios más inusuales. Desde los cinco años, trabajó como actor infantil.

Sin embargo, lo que realmente llamó su atención fue el circo. Se escapó varias veces para unirse a uno de ellos, llegando a domar leones.

Fue en esos años de su niñez cuando una bailarina de un club nocturno le sugirió que cambiara su nombre artístico a Christopher, una recomendación que definiría su carrera para siempre.

A principios de los años sesenta, el teatro lo atrapó y, poco después, comenzó una serie de éxitos cinematográficos que lo llevarían a la fama. Pero fue su desgarrador papel en El cazador (1978), como un veterano de Vietnam traumatizado, lo que consolidó su estatus como uno de los actores más aclamados de Hollywood. Por su actuación en este film, Walken recibió un Oscar al mejor actor de reparto en 1979.

Pese a su longeva carrera, Walken sigue sintiendo una conexión con el arte de actuar que parece inquebrantable. “No tengo mucho más que hacer. La actuación es todo lo que sé hacer. Si dejo de hacerlo, ¿qué haría? Hay gente que juega al golf, que escribe libros. Viaja, tiene hijos y nietos. Yo no tengo nada de eso, así que me pongo a trabajar", manifestó.

Y sentenció: “Cuando miras la historia del cine y el teatro, muy pocos actores dicen que han terminado con su carrera”.

En su vida personal, su relación con su esposa Georgianne, con quien ha estado casado más de cinco décadas, sigue siendo su pilar más fuerte. Para él, la estabilidad en su vida fuera de los focos fue clave para mantener la serenidad en un mundo lleno de caos.

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