MIAMI. – Las aguas políticas de Florida se agitaron nuevamente con un creciente enfrentamiento público entre el gobernador Ron DeSantis y el presidente de la Cámara de Representantes, Daniel Pérez, ambos republicanos, que ha puesto de manifiesto una profunda división sobre el rumbo fiscal que debe seguir el estado.
Mientras DeSantis prioriza una ambiciosa reducción de los impuestos a la propiedad, Pérez contraataca con una propuesta histórica para recortar el gravamen sobre las ventas.
Propuesta de Pérez
La tensión escaló drásticamente cuando Pérez desveló su plan para reducir permanentemente el impuesto estatal sobre las ventas del 6% al 5,25%.
Esta medida, según el titular de la Cámara, representaría un ahorro anual cercano a los 5.000 millones de dólares para los contribuyentes y marcaría "la primera vez que ocurre una reducción de este tipo en el impuesto a las ventas en la historia de Estados Unidos".
Pérez enfatizó la naturaleza duradera de su propuesta: "Esto no será una medida temporal, un truco o unas vacaciones fiscales. Será una reducción fiscal permanente y recurrente".
Postura de DeSantis
La respuesta de DeSantis no se hizo esperar. A través de un video en redes sociales, el gobernador acusó directamente a la Cámara de tener "prioridades equivocadas".
DeSantis argumentó que el enfoque debería estar en "la protección de la libertad médica, el fortalecimiento de las leyes contra la inmigración ilegal, el alivio a los residentes de condominios ante el aumento de costos, y un paquete fiscal con enfoque en Florida que realmente reduzca los impuestos a la propiedad".
Choque
Pérez replicó con contundencia en una entrevista posterior: "No sé cómo reducir el impuesto sobre las ventas en 0.75% y proponer el mayor recorte fiscal en la historia del estado de Florida puede considerarse una 'prioridad equivocada'".
Aseguró además que su plan, financiado mediante la reasignación de fondos de agencias estatales y salarios de puestos vacantes, sin eliminar empleos existentes, no comprometería servicios esenciales como la salud o la educación, e incluso permitiría aumentos salariales para maestros.
La visión de DeSantis, expresada consistentemente, se centra en aliviar la carga de los impuestos a la propiedad, que califica de "opresiva e ineficaz".
Su objetivo a largo plazo es reducir significativamente, o incluso eliminar, este gravamen que anualmente genera unos 42.700 millones de dólares para los gobiernos locales.
El gobernador sugirió compensar esta pérdida trasladando la carga fiscal hacia los turistas y visitantes no residentes. "Creo que ese sería un mejor sistema tributario", afirmó.
Reflexiones
Algunos críticos señalan que una drástica reducción de impuestos a la propiedad podría forzar un aumento en el impuesto sobre las ventas para mantener los servicios, colisionando directamente con la iniciativa de Pérez.
Este choque de visiones no ocurre en el vacío y podría reflejar tensiones previas entre el ejecutivo y el legislativo, como la abrupta finalización de una sesión extraordinaria sobre inmigración en enero, vista como un revés para DeSantis.
Por su parte, el presidente del Senado, Ben Albritton, adoptó una postura más conciliadora, describiéndose como "de mente abierta" ante la propuesta de Pérez y reconociendo el "desafío de asequibilidad" que enfrentan las familias floridanas.
La resolución de este pulso entre DeSantis y Pérez no solo determinará qué tipo de alivio fiscal recibirán los floridanos, sino que también sentará un precedente crucial para la estructura fiscal y las prioridades políticas del Estado del Sol en los años venideros.