
Charlie Sheen afirmó que lleva casi una década de abstinencia sexual tras haber atravesado periodos de adicción y enfrentar situaciones personales complejas.
Esta decisión, relatada en su reciente autobiografía The Book of Sheen y en un documental lanzado por una plataforma de streaming, marca un punto de inflexión respecto al pasado mediático y escandaloso del intérprete.
“Si no tengo novia y no estoy pagando por ello, creo que las cuentas son claras. Las cuentas son claras”, expresó al abordar el tema de su vida íntima en la actualidad.
Conocido por papeles icónicos como el de la comedia Two and a Half Men, Charlie Sheen describió esta etapa como parte de su proceso de recuperación personal, posterior a varios episodios de consumo problemático de sustancias y conductas autodestructivas.

“Durante mucho tiempo [el sexo] era lo único que me importaba o estaba en la cima de mi lista de prioridades. Por eso, vi [el celibato] como un descanso necesario de esas búsquedas”, puntualizó.
Insistió en que su decisión no supone un cierre definitivo y manifestó su disposición a iniciar una relación en el futuro: “No es que cierre la puerta para siempre. Absolutamente daría la bienvenida a algún tipo de compañía”.
El proceso de cambio de Sheen incluye ocho años sin consumir drogas y un esfuerzo sostenido por mantener la responsabilidad sobre sus acciones.
“Todo lo que hice antes de enfrentar las consecuencias fue por decisión. Siempre mantuve como guía el hecho de que no puede contarse desde la perspectiva del victimismo”, explicó.

En su autobiografía y en el citado documental, el actor describe episodios como su diagnóstico de VIH en 2011, varias internaciones en rehabilitación y los conflictos públicos ligados a su participación en Two and a Half Men.
Señaló que algunos de esos episodios, incluido su comportamiento errático, respondieron al abuso de testosterona para incrementar su deseo sexual y al consumo sostenido de drogas.
Al cumplir sesenta años, Charlie Sheen consideró que vive “tiempo extra o la décima vida, porque creo que tengo una más que todos esos gatos”.
En su relato, sobrevivir a situaciones límite, como una sobredosis de cocaína, le ha permitido valorar su presente. Relató que, una vez estabilizado en la sobriedad, optó también por un distanciamiento de los vínculos románticos y sexuales.

En el documental dedicado a su vida, el actor Jon Cryer, compañero de elenco y amigo, aportó su perspectiva sobre los altibajos personales de Sheen.
Cryer señaló que en reiteradas ocasiones observó ciclos autodestructivos en Sheen, quien reconoció la precisión de ese análisis: “Parte del ciclo de Sheen ha sido arruinarlo todo, tocar fondo y luego reconstruirse con mucho positivismo, solo para volver a ponerse en riesgo”.
El actor reconoció la sinceridad del comentario y refirió que, de haber recibido ese consejo en otro momento, habría considerado un enfoque diferente para buscar ayuda.
La relación de Charlie Sheen con su entorno familiar también aparece en las memorias: reconoció distanciamiento con sus hijos a raíz de desacuerdos sobre decisiones personales, al tiempo que remarcó su interés por preservar la privacidad y el bienestar del círculo próximo.
Desde su diagnóstico de VIH, confirmó que mantiene el control sobre su salud y advirtió que prioriza el bienestar familiar sobre la exposición mediática.

En el mismo testimonio autobiográfico, Charlie Sheen reveló que optó por practicarse una liposucción tras recibir un comentario sobre su aspecto físico por parte de una escort, durante la filmación de la película Rated X en la ciudad de Toronto, en el año 2000.
El actor relató que, luego de un encuentro, la joven le tocó el abdomen y, en tono burlón, lo llamó “gordito” mientras lo invitaba a un segundo encuentro íntimo.
El comentario tuvo un impacto inmediato. “Tenías 10.000 apodos para elegirme y escogiste ese”, describió. Días después, estando ya en Los Ángeles, buscó la ayuda de un especialista y se sometió a una liposucción.
Argumentó que el aumento de peso sobrevino al abandonar el consumo de drogas estimulantes. “Es bastante común que mucha gente suba de peso después de dejar de consumir estimulantes, sobre todo si eran su droga de elección. Prefiero estar algo blando y vivo que demacrado y muerto”, escribió en su autobiografía.