“Charip”: resistencia indígena en la selva peruana frente al crimen organizado y el abandono estatal, ¿Qué está pasando?

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El documental sobre Charip revelaEl documental sobre Charip revela el rol de los wampis y otras comunidades amazónicas en la defensa territorial frente a economías ilegales.

Un nuevo documental sin fines de lucro y que podría marcar un antes y después en la COP 30 arroja luz sobre la crisis social y económica que viven las comunidades indígenas del Yurúa, zona fronteriza entre Perú y Brasil.

La obra, dirigida y producida por organizaciones indígenas y activistas independientes, expone la creación, funcionamiento e impacto de la guardia indígena “Charip” como respuesta ante la ausencia estatal, el aumento del crimen organizado y la expansión de economías ilegales.

La historia gira en torno a los wampis y otras comunidades amazónicas que, desde febrero de 2024, han impulsado la conformación de “Charip”, un frente de defensa integrado actualmente por setenta personas. El grupo surgió a partir de una necesidad interna, sin influencia de experiencias extranjeras, y abarca tanto hombres como mujeres voluntarios de varias comunidades.

Su objetivo principal es ejercer control territorial ante un panorama dominado por la minería ilegal, el narcotráfico, la tala indiscriminada y la trata de personas. La iniciativa cuenta con el respaldo de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), la Organización Regional AIDESEP Ucayali (ORAU) y ACONADIYSH.

El documental también presenta testimonios de líderes como René Santiago, jefe de Charip, y Tsanim Wajai, Director de Justicia de la Nación Wampís, quienes detallan los desafíos logísticos. Los integrantes deben cubrir vastas extensiones, como el río San Diego y la cuenca del río Morona.

La falta de personal y recursos limita la cobertura y capacidad de intervención, lo que obstaculiza la contención de actividades delictivas, en un territorio donde las rutas fluviales y pistas clandestinas alimentan el tráfico de drogas y la circulación de armas.

Desde el punto de vista socioeconómico, el material enfatiza el abandono en infraestructura básica: la comisaría más cercana se encuentra a más de cuatro horas, mientras escuelas y servicios de salud operan con recursos mínimos.

El documental evidencia cómo el crecimiento de economías ilegales y la debilidad del Estado han generado nuevas formas de exclusión social y vulnerabilidad. Las comunidades, además de padecer violencia directa, sufren la división interna y el reclutamiento de menores por parte de las organizaciones criminales.

La guardia indígena Charip surgeLa guardia indígena Charip surge en la frontera entre Perú y Brasil como respuesta al avance del crimen organizado en la Amazonía.

El avance de grupos armados transnacionales como el Comando Vermelho y los Comandos de la Frontera configura una grave escalada de inseguridad y amenazas para la vida de los pueblos amazónicos.

Frente a las incursiones de mineros ilegales, los miembros de Charip han debido intervenir sin armamento ni protección oficial. Han tenido que enfrentar a personas fuertemente armadas –algunos vinculados incluso a fuerzas policiales corruptas–, exponiéndose a continuos riesgos físicos y legales.

El documental también aborda la problemática de la cooptación social y económica que ejercen actores ilegales. Algunas comunidades, afectadas por la falta de ingresos y el escaso acompañamiento estatal, han caído en complicidad con los actores criminales, lo que fragmenta el tejido social y genera conflictos internos.

A pesar de estas adversidades, los pueblos del Yurúa demandan la presencia permanente del Estado, la protección efectiva de defensores indígenas, programas de desarrollo alternativo enfocados en fortalecer la economía propia y el reconocimiento legal del sistema de guardias comunitarias. Insisten en que su lucha por la seguridad territorial no busca la confrontación, sino la dignidad y el desarrollo integral.

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