Cambio al horario de invierno 2025 en EE.UU.: ¿se atrasa o se adelanta una hora el reloj?

hace 13 horas 1

Cuando llega noviembre, una de las preguntas más comunes en Estados Unidos es si los relojes deben adelantarse o atrasarse.

En 2025, el cambio al horario de invierno se producirá el domingo 2 de noviembre, momento en que los estadounidenses deberán atrasar sus relojes una hora. Esto significa que, por una noche, se ganará una hora extra de sueño.

A las 2 de la mañana del domingo 2 de noviembre, el país dejará atrás el “Daylight Saving Time” u horario de verano, que comenzó en marzo. De esta manera, los relojes pasarán a marcar la 1 de la mañana, marcando el regreso a la llamada “hora estándar”.

Quienes utilizan dispositivos electrónicos, como teléfonos, computadoras o relojes inteligentes, no tendrán que preocuparse: el cambio se realiza de manera automática. Sin embargo, para aquellos con relojes o aparatos analógicos, se recomienda hacer el ajuste manual antes de ir a dormir el sábado por la noche, de modo que al despertar el domingo ya tengan la hora correcta.

Qué estados no cambian la hora

Aunque la mayoría del país participa en el cambio de horario, hay excepciones. Hawaii, Puerto Rico, Guam, las Islas Vírgenes y Samoa Americana no aplican el horario de verano, por lo que sus relojes no necesitan ajustarse ahora.

Asimismo, la mayor parte de Arizona tampoco adopta el horario de verano, con excepción de la Nación Navajo, que sí lo observa. En cambio, las zonas fronterizas del norte de México ajustan sus relojes en sincronía con Estados Unidos para mantener la correspondencia horaria entre ambos países.

¿Por qué se cambia la hora?

El propósito del cambio de horario es aprovechar mejor la luz natural del sol y reducir el consumo de energía. Durante los meses de verano, los días son más largos, por lo que se adelantan los relojes para extender la luz solar durante las tardes. En invierno, el amanecer ocurre más tarde, por lo que se regresa a la “hora estándar” para que haya luz natural en las primeras horas del día.

Si el país no ajustara sus relojes, en muchas regiones el sol no saldría hasta después de las 8:30 horas, lo que complicaría las rutinas escolares y laborales.

Un poco de historia sobre el cambio de hora

El concepto de aprovechar la luz solar es antiguo. Aunque se debate quién propuso la idea, se sabe que Benjamin Franklin la mencionó por primera vez en 1784, en una carta al Journal of Paris, donde sugería ahorrar velas levantándose más temprano.

Sin embargo, no fue hasta la I Guerra Mundial que varios países, entre ellos Reino Unido, Alemania y Estados Unidos, adoptaron el horario de verano como medida para ahorrar energía.

En EE.UU., el sistema fue estandarizado en 1966 con la Ley de Horario Uniforme, que estableció las reglas nacionales. Durante décadas, el horario de verano comenzaba el primer domingo de abril y terminaba el último domingo de octubre.

En 2005, el entonces presidente George W. Bush amplió su duración por cuatro semanas adicionales, cambio que entró en vigor en 2007. Desde entonces, el horario de verano inicia el segundo domingo de marzo y concluye el primer domingo de noviembre.

Debate sobre el impacto en la salud

El cambio de hora no solo afecta la rutina diaria: también puede impactar la salud. Según la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, las alteraciones del reloj biológico pueden provocar trastornos del sueño, fatiga, irritabilidad e incluso problemas cardiovasculares.

Estudios han vinculado los ajustes de horario con un aumento temporal en accidentes de tráfico, errores médicos y problemas de concentración en los días posteriores al cambio.

El Dr. Kannan Ramar, profesor del Centro de Medicina del Sueño de la Clínica Mayo, explica que aunque el horario de invierno trae una hora adicional de descanso, no basta para compensar la deuda crónica de sueño que muchas personas acumulan durante el año.

Aun así, esa hora puede servir como oportunidad para restablecer hábitos saludables y mejorar la calidad del descanso. “Despertarte sintiéndote más fresco puede motivarte a dormir más y mejor”, señala Ramar.

Cómo adaptarte al horario de invierno

Los expertos recomiendan mantener horarios regulares de sueño, evitar la cafeína o el alcohol antes de dormir y exponerse a la luz solar por la mañana para ayudar al cuerpo a reajustarse más rápido. También es aconsejable evitar pantallas brillantes en la noche, ya que interfieren con la producción de melatonina, la hormona del sueño.

El cambio al horario de invierno puede ser un recordatorio útil para revisar rutinas domésticas, como cambiar las baterías de los detectores de humo o actualizar los relojes de cocina y automóvil.

Así, cuando el domingo 2 de noviembre los relojes marquen la 1, en lugar de las 2 de la mañana, los estadounidenses no solo ganarán una hora más de sueño, sino también la oportunidad de prepararse para la temporada más fría del año con un descanso reparador y nuevas rutinas saludables.

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