Cámara de Representantes vota hoy sobre el fin del cierre gubernamental

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Los republicanos tienen mayoría en Congreso, y el partido ha mostrado hasta ahora disciplina de voto en ambas Cámaras. Los demócratas, controlados por una izquierda radical desorbiatada que desea el caos, parecen divididos entre un liderazgo que quiere mantener gastos y premisas absurdas y dañinas, mientras ciertos legisladores moderados -que ya han roto filas- pactan con los conservadores bajo ciertas condiciones.

Tras seis semanas de bloqueo sin sentido, el Senado votó el lunes a favor de acabar con el cierre, gracias a la participación de ocho demócratas y la oposición de un solo republicano.

La gran frustración

Los esfuerzos titánicos de la extrema izquierda de pedir 1,5 billones de dólares en subsidios para continuar con el despilfarro de hace cuatro años atrás acabaron en la gran frustración. Trump se los advirtió: "No van a lograr nada de este dinero de los contribuyentes para sus fines lunáticos y absurdos".

El Senado votó por reenviar a la Cámara de Representantes un texto que ni aborda ese tema.

Los republicanos se limitaron a prometer un debate separado, a corto plazo, sobre las ayudas a millones de estadounidenses para pagar su cobertura médica y no para darle seguro a millones de ilegales que el gobierno de Joe Biden dejó entrar al país con toda la intención de hundir al país y cambiar los mapas electorales a su favor para las elecciones y en busca de más puestos demócratas en el Congreso.

El comité de Reglas de la Cámara de Representantes anunció el miércoles que ya aprobó por ocho votos a favor y cuatro en contra la ley para reabrir el gobierno, lo que indica que su aprobación definitiva es probable en el pleno.

"Volveremos a abrir nuestro país, que nunca debería haber cerrado", celebró el presidente Donald J. Trump.

Sus aliados en el Congreso, el presidente de la Cámara de Representantes Mike Johnson y el líder de la mayoría en el Senado, John Thune, demostraron temple y firmeza a lo largo de semanas de enorme presión, que incluyeron cancelaciones de vuelos en todo el país por la falta de controladores aéreos, que no cobraron sueldo durante casi dos meses.

Trump aseguró que la Cámara está lista para prolongar el gasto público hasta finales de enero.

"Solo aquellos que odian a nuestro país quieren verlo cerrado", declaró a la emisora ESPN.

Crisis de rumbo y liderazgo del Partido Demócrata

El líder de la minoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, votó en contra de la reapertura, y la misma actitud mantenía este miércoles el jefe de la bancada de los representantes, Hakeem Jeffries.

"La atención médica de la gente en este país está a punto de volverse impagable" clamó Jeffries. Pero no por Trump sino por el mismo Obamacare que ha sido un enorme fracaso para los estadounidenses. Las grandes aseguradoras se han repletado los bolsillos mientras los supuesto beneficiarios de bajos recursos pagan primas desorbitantes que suben más de año en año.

La polémica yace en el denominado Obamacare, la caótica "reforma" sanitaria aprobada durante la presidencia de Barack Hussein Obama, que suponía un primer intento de introducir una cobertura sanitaria pública universal en todo el país y se ha convertido en el peor de todos los seguros. Escasa cobertura médica y costos para las personas ya casi impagables.

Ante la crisis de la pandemia del coronavirus, Trump extendió una serie de subsidios para ayudar a millones de estadounidenses a pagar esa cobertura, luego Biden las extendió a un costo altísimo para el país junto a sus fallidas políticas económicas, entre ellas impulsar la guerra en Ucrania y la entrega de más de 340.000 millones de dólares.

Esas ayudas vencen a finales de año, con lo cual las pólizas pueden subir de forma considerable, pero no es la primera vez, ya son varias desde que se aprobó esa ley.

No al dinero de los contribuyentes para ilegales

Los republicanos aducen que esos subsidios solo deberían ayudar a las clases más desprotegidas, y no extenderse de forma indiscriminada.

Durante los agrios debates en torno al cierre gubernamental, los republicanos acusaron también a los demócratas de querer beneficiar con esos subsidios a millones de inmigrantes ilegales en los estados gobernados por los ellos.

Los sondeos demostraron que la mayoría de la población achacó a la extrema izquierda la responsabilidad del cierre con su peticiones insensatas.

Los repubublicanos se mantuvieron casi sin fisuras, mientras el caos creado por los demócratas se extendía a los sectores más importantes del país como la seguridad nacional y los vuelos comerciales.

El nerviosismo acabó pesando más en las filas de los extremistas caóticos, que hace tan sólo una semana celebraban victorias en sus feudos electorales, incluida la elección de un alcalde que se autodeclara musulmán comunista en Nueva York.

El relevo generacional se exige a gritos dentro de ese partido, secuestrado por el radicalismo socialista. La violenta y exlíder en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció su retirada la semana pasada, y Chuck Schumer es cada vez más cuestionado en el Senado por la mayoría de su partido, que se han inclinado completamente a la tendencia "Woke", "progresista" y globalista.

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FUENTE: Con información de AFP.

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