El clásico bidet que muchos hogares españoles tienen está comenzando a desaparecer. (Canva)En los hogares modernos, el baño ya no es solo un espacio funcional: se ha convertido en un refugio de diseño, comodidad y practicidad. En los últimos años, la tendencia a optimizar metros cuadrados ha transformado radicalmente la distribución de este lugar de la casa.
El cambio de las bañeras a las duchas o la colocación de los armarios debajo del lavado para ahorrar espacio son solo algunos de los cambios que se han producido en las últimas décadas. Ahora le llega el turno al bidé, un elemento de porcelana blanca que ha sido indispensable especialmente en muchos de los hogares españoles. Con la reducción de los lugares disponibles, este elemento sanitario, sin embargo, se convierte en el principal nominado para ser eliminado de la casa.
En su lugar, un pequeño dispositivo metálico está ganando cada vez más presencia: la ducha lateral o grifo higiénico, también conocido como grifo supply bide, bidé portátil, ducha inodoro... Este accesorio, habitual desde hace años en países del sudeste asiático y Oriente Medio, está empezando a consolidarse en Europa como una solución práctica y moderna.
En lugares como Tailandia, Arabia Saudí o Japón, su uso es tan común que se considera un elemento básico de higiene personal. Su expansión hacia Occidente se ha producido de la mano de los nuevos hábitos de consumo y del interés por incorporar diseños más funcionales en el hogar.
Ducha lateral o grifo supply bide. (Adobe Stock)El bidé ha sido durante décadas un símbolo de limpieza y refinamiento doméstico. Sin embargo, con la evolución del diseño interior y la reducción del tamaño medio de los baños, ha comenzado a ser percibido como un elemento voluminoso y poco práctico. Las nuevas promociones inmobiliarias, especialmente en ciudades con alto precio por metro cuadrado, optan por suprimirlo.
La ducha lateral, que surge como respuesta a esta nueva dinámica en torno al espacio, se trata de un pequeño grifo con manguera flexible que permite emitir un chorro de agua para la higiene íntima, sin necesidad de un bidé independiente.
Su instalación apenas requiere obra, pues puede conectarse directamente al suministro de agua del inodoro, y su diseño se integra con facilidad en estilos modernos o minimalistas. Además, muchos modelos permiten elegir entre agua fría y caliente, lo que mejora la experiencia de uso y la asemeja a la del bidé tradicional, pero con menos complicaciones.
Además de estas ventajas, destaca su versatilidad, ya que puede utilizarse tanto para la higiene personal como para limpiar el propio inodoro o el suelo. También es útil para las personas con movilidad reducida o mayores.
Junto a todo esto, el ahorro también es reseñable: instalar una ducha higiénica es mucho más económico que colocar un bidé tradicional, tanto en material como en mano de obra. El mantenimiento también resulta más sencillo y permite mantener una mayor sensación de limpieza en el baño. Además, en términos medioambientales, fomenta un uso más racional del papel higiénico y del agua, al ofrecer una alternativa más sostenible y eficiente.
No obstante, su adopción en España todavía avanza lentamente. Aunque el bidé está desapareciendo de los planos de las nuevas construcciones, su sustituto aún genera cierta curiosidad o incluso recelo entre quienes lo asocian con hábitos culturales lejanos. Sin embargo, los expertos en diseño interior aseguran que su implantación es cuestión de tiempo, ya que combina higiene, funcionalidad y ahorro de espacio.
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