Caballo Garrano: fuerza, resistencia y tradición en las montañas de Portugal y Galicia

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En los pastos de montaña,En los pastos de montaña, el Garrano recorre libremente su hábitat ancestral. (Wikimedia)

El caballo Garrano es una de las razas más antiguas de Portugal y se mantiene, hasta la actualidad, en estado de semilibertad en las montañas del norte de este país y en el sur de Galicia.

Su origen se remonta a épocas prehistóricas y ha conservado rasgos que lo vinculan con linajes árabes e ibéricos, lo que lo convierte en un testimonio viviente de la evolución equina en la región.

A lo largo de la historia, esta raza ha desempeñado un papel importante en las labores agrícolas y de carga. Su tamaño compacto y su fuerza lo han hecho especialmente útil en terrenos de difícil acceso.

Además, su resistencia le permite recorrer largas distancias cargado de peso sin mostrar signos evidentes de agotamiento, lo que refuerza su reputación como un caballo robusto y confiable.

De acuerdo con Terránea, marca especializada en seguros para caballos, “el caballo Garrano es una de las razas equinas nativas de Portugal que a pesar de su antigüedad ha logrado conservar casi intacta su morfología”.

Su perfil recto y su cabeza recuerdan la influencia del caballo Árabe, mientras que su presencia en la Península Ibérica está documentada desde el Paleolítico.

(Wikimedia)(Wikimedia)

El caballo Garrano es de tamaño pequeño, con una alzada que oscila entre 120 y 135 centímetros y un peso de entre 150 y 200 kilos. Posee un cuerpo fuerte y compacto, con un cuello corto y musculoso, especialmente en los sementales. Su pelaje es castaño oscuro, mientras que el hocico y el vientre presentan tonalidades más claras; la crin y la cola suelen ser marrón oscuro casi negro.

La cabeza es relativamente grande en comparación con el cuerpo, y sus ojos, grandes y redondos, aportan una expresión característica. Estas proporciones, junto con su fortaleza física, le permiten soportar las exigencias de la montaña y adaptarse a actividades de carga o agricultura en condiciones adversas.

Respecto a la alimentación, los Garranos viven en pastoreo libre en zonas de sierra donde se nutren de lo que encuentran a su paso. Su dieta incluye hierbas, matorrales, hojas y frutos de árboles como el roble, el abedul, el acebo y el medronero.

En primavera su alimentación se vuelve más variada, ya que los frutos y hojas tiernas de la estación aportan mayor diversidad nutritiva. Entre los vegetales más consumidos destacan la genisteae, la carqueja, la genciana y distintas leguminosas de los pastos de montaña.

(Imagen Ilustrativa Infobae)(Imagen Ilustrativa Infobae)

El temperamento de estos ejemplares depende en gran medida de su crianza y de la relación con los humanos. En condiciones de semilibertad tiende a ser asustadizo e incluso agresivo, como una forma de defensa natural.

Sin embargo, cuando se cría en contacto con las personas, desarrolla un carácter alegre y confiado, convirtiéndose en un buen compañero tanto para adultos como para niños. Su seguridad al desplazarse lo hace especialmente adecuado para recorridos de montaña y senderos pedregosos.

Estos equinos suelen organizarse en manadas formadas por varias hembras y un semental adulto, con un contacto limitado con los humanos, que generalmente ocurre unas pocas veces al año.

Una de sus características más llamativas es la variedad de pasos que presentan. Además del paso, el trote y el galope, poseen dos andares adicionales: la “andadura” y el “paso trabado” o “paso bajo”.

La andadura se caracteriza por tener dos tiempos, con movimientos simultáneos de las extremidades, mientras que el paso trabado es de cuatro tiempos y se ejecuta en secuencias de pares de extremidades.

Ambos desplazamientos son considerados rápidos y cómodos, aunque actualmente son poco utilizados. Estas particularidades refuerzan la singularidad de la raza y su valor dentro del patrimonio equino de la Península Ibérica.

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