El 13 de abril el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, se medirá por tercera vez, en menos de dos años, a Luisa González, delfín del exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), a quien superó en la primera vuelta por tan sólo 16.746 votos.
A menos de dos semanas para conocer a la persona que llevará las riendas del país andino, en otrora el más pacífico de la región, las últimas encuestas prevén “empate cerrado” entre ambos candidatos, que asumieron el camino al balotaje, marcado por la violencia narco que azota al Ecuador, con más acusaciones y descalificaciones que propuestas.
Esto deja a los más de 13,7 millones de ecuatorianos que están convocados a las urnas sin propuestas claras para decidir en los próximos comicios, creando un escenario de incertidumbre y preocupación ante el posible regreso del correísmo.
“En todos los sectores hay preocupación porque no se sabe si es que regresará el socialismo del siglo XXI al Ecuador porque no es Luisa González, en el fondo el que está de candidato es Correa, que ha usado un títere”, sostiene el analista ecuatoriano, Francisco Endara, exiliado en Miami, en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.
Una situación “complicada”
El miembro del Interamerican Institute for Democracy advierte que, de llegar González, una abogada de 47 años sin “mayor reconocimiento ni trayectoria” al Palacio de Carondelet, Ecuador se verá sometido a “una situación bastante complicada”.
En lo económico, por ejemplo, indica que la exasambleísta por la Revolución Ciudadana (RC) ha estado en contra de la dolarización, al igual que Correa, que desde el Foro de Sao Paulo promovió la moneda regional “Sucre”, que habría sido utilizada en una supuesta trama de estafa de exportaciones ficticias a Venezuela en 2009, investigada en Ecuador.
“Lo que le ha sostenido al Ecuador, para que no sea otra Venezuela, ha sido la dolarización, pero al verse que Noboa no estaba tan seguro como se sospechaba, ahora el riesgo país ha subido nuevamente”, señala Endara.
Para febrero de 2025, 299.000 ecuatorianos estarían desempleados, según la más reciente Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu). Esto, asegura el analista, es otro de los temas que más preocupa a los ciudadanos.
Afirma que la posibilidad de que González gane ha hecho que en el país haya empezado una “fuga de capitales”, puesto que muchos inversionistas han empezado a sacar su dinero y otros evitan hacer nuevas inversiones hasta que se defina el panorama político.
“Ecuador es un país que está tratando de salir adelante, pero con estas situaciones se complicaría más el tema económico y del empleo en el caso de que gane Luisa González”, apunta.
Alianzas con dictaduras
Desde 2017, cuando el expresidente Lenín Moreno (2017-2021), antiguo aliado de Correa, tomó distancia del socialismo del siglo XXI, Ecuador se alineó nuevamente a los países democráticos del mundo, alejándose de la política internacional de la izquierda radical latinoamericanas, auspiciada por Cuba.
“Si es que llega otra vez el correísmo o el socialismo del siglo XXI, como le quieran llamar, Ecuador en el tema internacional va a estar aliado con la dictadura de Nicaragua, con la dictadura de Venezuela y con la dictadura de Irán, como lo estaba ya en el año 2012”, subraya.
Para esa época, recalca, Ecuador era considerada por algunos funcionarios como “las naciones unidas del crimen organizado”, dada su “amistad” con las dictaduras del siglo XXI, que permitió que “llegaran muchos criminales” de esos países a suelo ecuatoriano.
Ahora, la nación andina enfrenta el riesgo de que si surgiera un nuevo gobierno correísta, podría derivar en una dictadura. “Había todos los síntomas de que Correa era un dictador. Incluso, él alguna vez dijo que era el jefe del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, lo cual fue cierto. Manejó todo como una maquillada de democracia, pero al fondo era una dictadura”, señala.
Maquillaban las cifras
En cuanto a la inseguridad que actualmente impera en Ecuador, que tiene una de las tasas de homicidios más altas de América Latina, que pasó de siete asesinatos por cada 100.000 habitantes en 2019 a 46 ejecuciones por cada 100.000 en 2023, Endara sostiene que es un problema que viene desde la llegada del correísmo al poder.
El analista menciona que para 2012, cuando Correa tenía cinco años en el poder, Ecuador presentaba un crecimiento en las cifras de secuestros y asesinatos que, sostiene, fueron “maquilladas” por el gobierno.
La otrora “isla de paz” no habría sido más que el resultado de la manipulación de las estadísticas oficiales, de acuerdo con un informe de Arduino Tomasi, un investigador postdoctoral en la Universidad de Chicago.
Después de la salida de la Base de Manta en 2009, los registros evidencian un “comportamiento irregular” en las cifras de muertes violentas, con 7,739 casos que fueron catalogados como “muertes violentas de intensión no determinadas”, que dificulta determinar si se trató de un homicidio, un accidente o un suicidio, según Tomasi.
"Detrás de los números de homicidios que había las cifras de muertes violentas sin clasificar, las muertes violentas de intención no determinadas aumentaron, y aumentó a tal punto que llegó a superar a la cifra de homicidios del año 2014, eso no es normal”, dice el investigador, reseñado por Ecuavisa.
“Había muchos casos de gente desaparecida, era como un secreto a voces los secuestros, pero nadie decía nada. Como el gobierno tenía la costumbre de decir que las cifras oficiales son la verdad, si ellos decían que no hay secuestros, pues así era. Era su forma de imponer la verdad”, señala Endara.
En este sentido, asegura que, de llegar González al poder, el tema de inseguridad “no va a mejorar” en el país andino, puesto que el correísmo no tiene “voluntad de luchar contra el crimen”, puesto que “ellos más bien facilitan todo” para la delincuencia.
Noboa enfrenta el crimen
A diferencia del correísmo, el analista destaca que Noboa “sí ha dado la lucha contra el crimen”. A menos de dos meses de asumir el poder, el mandatario de 37 años declaró un conflicto armado interno y ordenó al Ejército que asumiera tareas de vigilancia en las calles y en cárceles dominadas por bandas del narcotráfico. Esta política de “mano dura” permitió que la tasa de homicidios bajara a 39 por cada 100,000 habitantes en 2024.
“Noboa sí ha dado la lucha contra el crimen, pero no ha sido suficiente porque no es fácil manejar el crimen, el Ecuador tampoco tiene recursos y sólo ha tenido un año para tratar de arreglar la situación que dejó el correísmo”, puntualiza.
Para enfrentar a la delincuencia, Ecuador requiere ayuda internacional, agrega Endara. Esta es una de las propuestas presidenciales de Noboa, que plantea la reinstauración de bases militares extranjeras en el país para “controlar el tráfico de drogas”.
Para el analista, Noboa debe mejorar el control de la veeduría electoral en todos los centros de votación habilitados para evitar fraudes electorales, como se sospecha que ocurrió en la primera vuelta.
“Él ha hecho bastantes cosas buenas para un año, para tan poco tiempo, pero estas dos semanas lo único que le toca es simplemente demostrar lo que ha estado haciendo y lo que piensa hacer. Como presidente, también tiene en sus manos la responsabilidad de advertir a los ecuatorianos lo que significa estos modelos del socialismo del siglo XXI, cómo terminan los países cuando caen en estos regímenes que son criminales”, subraya.
@ebritop22