Balotaje en Bolivia: Rodrigo Paz y Jorge Quiroga se disputan la presidencia de un país en crisis tras dos décadas del MAS en el poder

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Una mujer votando en elUna mujer votando en el municipio de Villa Tunari (Bolivia) en la primera vuelta del 17 de agosto de 2025 (EFE/Rodrigo Sura)

Este domingo, Bolivia celebra la segunda vuelta electoral para elegir entre los dos candidatos mejor posicionados en los comicios de agosto, el senador Rodrigo Paz y el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002). El ganador dirigirá el país durante los próximos años en un contexto complejo: Bolivia se encuentra en recesión con proyecciones negativas para los próximos años y con una profunda crisis económica a consecuencia del desplome de la industria del gas que fue su principal fuente de ingresos.

En ese contexto, ambos postulantes plantean un giro liberal en el manejo económico del país, con énfasis en la recuperación macroeconómica con medidas como la reducción del gasto fiscal, una menor intervención del Estado en ciertos sectores y una política más favorable al comercio exterior, entre otras acciones. La divergencia de fondo entre sus propuestas tienen que ver con la dependencia del financiamiento externo, a la que se adscribe Quiroga mientras que Paz plantea reestructurar la administración fiscal y trabajar con créditos ya comprometidos.

El inminente cambio en la política económica en uno de los bastiones de la izquierda regional, marcará el fin del modelo implementado en las últimas dos décadas bajo los gobiernos del Movimiento Al Socialismo (MAS), con Evo Morales y Luis Arce, marcado por el rol central del Estado y políticas nacionalistas.

El candidato presidencial Rodrigo PazEl candidato presidencial Rodrigo Paz se dirige a sus partidarios durante un mitin de cierre de campaña antes de la segunda vuelta electoral, el miércoles 15 de octubre de 2025, en Tarija, Bolivia (AP Foto/Juan Karita)

“Hay un consenso en que el modelo económico planteado por Evo y Luis Arce se ha agotado, entonces ambas candidaturas plantean un cambio en el modelo económico”, explica el analista y consultor en comunicación política Carlos Saavedra. “Donde hay una gran diferencia es cómo traes dólares para cubrir las necesidades básicas del país, como la importación de combustibles. Quiroga plante recurrir inmediatamente al Fondo Monetario Internacional (FMI) y Paz dice que no lo hará de manera inmediata, pero no ha cerrado de manera definitiva. La diferencia central es esa: Bolivia va o no va al FMI”, explica.

Este giro se inserta en la “nueva ola a la derecha” que experimenta la región, tras las victorias de Javier Milei en Argentina y Daniel Noboa en Ecuador. Con el próximo gobierno también se prevé que la política exterior boliviana también dé un giro favorable a los intereses de Occidente. Ambos candidatos han manifestado su disposición para restablecer las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, rotas desde 2008 tras la expulsión al embajador estadounidense a quien se acusó de conspirar contra el gobierno de Morales.

Los dos aspirantes a la presidencia son políticos experimentados. Quiroga heredó la Presidencia de Hugo Banzer, el antiguo dictador de los años 70, cuando éste renunció aquejado por un cáncer terminal a su gobierno democrático en el año 2001.

Jorge "Tuto" Quiroga busca volverJorge "Tuto" Quiroga busca volver a la presidencia de Bolivia (REUTERS/Sara Aliaga)

Quiroga tenía entonces 41 años y fue uno de los presidentes más jóvenes de la historia de su país. Después de culminar su gobierno de un año, ha gravitado la política boliviana con poco éxito: perdió tres elecciones a presidente, renunció a último momento a otra candidatura y se vinculó con el Gobierno de Jeanine Añez, cuando fue designado en un cargo singular de vocería internacional por sus contactos con líderes políticos de otros naciones. A los 65 años, después de cuatro intentos fallidos, busca otra vez retornar a la cima del Ejecutivo.

Paz, con menos exposición pública, ha logrado capturar el descontento con la clase política y posesionarse como un candidato de “renovación” pese a que tiene 58 años y más de 20 en la función pública. Nacido en Santiago de Compostela, España, en 1967, es hijo del ex presidente Jaime Paz Zamora (1989-1993) y antes de buscar la Presidencia fue diputado, concejal, alcalde y senador. Su triunfo electoral fue sorpresivo, porque si bien las encuestas mostraban que había un porcentaje alto de indecisos y que Paz crecía en preferencia, ninguna anticipó que pudiera estar en el podio.

Quiroga, que postula por la alianza Libre, plantea un “cambio radical” con la política del pasado y se presenta como un candidato liberal y de derecha. En tanto Paz, que va con el Partido Demócrata Cristiano, se posiciona como un político de centro con inclinaciones liberales en lo económico.

Vehículos hacen fila para cargarVehículos hacen fila para cargar combustible en El Alto, Bolivia. El 11 de agosto de 2025 (REUTERS/Claudia Morales)

Una encuesta de intención de voto publicada a una semana de la elección, mostraba que el 20% del electorado no había definido su voto. A pesar de ese porcentaje, que puede dar la vuelta cualquier tendencia, Quiroga se posicionaba como el favorito gracias a la concentración del voto de la población joven y con un nivel de instrucción y de ingresos más alto. A diferencia de Paz, cuyo voto asegurado estaba en los sectores populares y campesinos más empobrecidos que anteriormente votaron por el MAS.

Si bien ambos parecen tener un electorado definido, todavía hay un voto en disputa que puede ser clave para ganar la elección: los más de 1,3 millones de electores que anularon la papeleta en la primera vuelta bajo instrucción del ex presidente Morales como un acto de rechazo a su proscripción electoral. Los analistas creen que quien capitalice ese voto nulo, que está concentrado en la región de Cochabamba al centro del país, puede vencer cómodamente la contienda electoral.

En este proceso electoral la atención pública se centró en los candidatos a vicepresidente. Tanto a Quiroga como a Paz los acompañan dos outsiders que han estado en el centro de la discusión por desaciertos o exabruptos en sus declaraciones.

"Hacer Bolivia sexy otra vez","Hacer Bolivia sexy otra vez", dice la gorra de campaña de los seguidores de la alianza Libre, que postula a Quiroga y Velasco (REUTERS/Adriano Machado)

El postulante a vicepresidente de Paz es Edmand Lara, un ex policía de 40 años famoso en TikTok, donde se presenta como un ciudadano común que defiende valores morales y se enfrenta al poder estatal. “El capitán Lara”, como le llaman en Bolivia, fue blanco de críticas por insultar a sus oponentes y atacar a periodistas y medios de comunicación, a quienes acusó sin pruebas de ser “prensa vendida”.

Por el otro lado, el acompañante de Quiroga es Juan Pablo Velasco, un emprendedor tecnológico de 38 años que impulsó startups enfocadas en el delivery de comida y movilidad. Estuvo envuelto en polémica cuando salieron a la luz antiguos tuits considerados racistas, en los que Velasco empleaba palabras peyorativas contra la población andina del país. Aunque él negó la autenticidad de los mensajes, publicados hace más de 15 años, dos medios de verificación confirmaron que provenían de su cuenta oficial y que efectivamente habían sido difundidos.

Ambos episodios fueron aprovechados por los adversarios para debilitar la imagen de Lara y Velasco ante el electorado, y poner en duda su compromiso con la diversidad cultural del país y su disposición a ejercer un liderazgo abierto y conciliador.

La crisis económica se percibeLa crisis económica se percibe en el aumento constante de los precios, la escasez de dólares y la falta de combustible (REUTERS/Adriano Machado)

Tras nueve semanas de una intensa campaña electoral, 7,9 millones de bolivianos decidirán este domingo quién asumirá la conducción del país durante los próximos cinco años. Sea cual sea el resultado, el nuevo gobierno enfrentará una tarea compleja: reactivar una economía golpeada y construir pactos políticos amplios en una Asamblea Legislativa sin mayorías, donde el diálogo será clave para la gobernabilidad y para superar la urgencia de la crisis financiera.

“Es un gobierno que va entrar a apagar un incendio que ya está propagándose. Hay muchos temas por abordar, como la reforma institucional de la justicia, pero todos van a quedar subsumidos a segundo o tercer plano, porque lo que tiene que abordar el próximo gobierno es la emergencia económica y es una emergencia que no va esperar dos o tres meses”, advierte Saavedra y afirma que “va ser un gobierno bombero”.

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