El cantante puertorriqueño Bad Bunny ha decidido excluir a Estados Unidos de su nueva gira mundial Debí tirar más fotos, tras expresar su preocupación por posibles operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en conciertos con alta presencia de asistentes latinos. La medida impacta a miles de seguidores en territorio estadounidense, donde el artista suele agotar localidades, y sitúa el caso dentro del debate sobre la seguridad y los derechos de la comunidad latina.
Según informó la agencia Europa Press, el propio Bad Bunny confirmó en una entrevista con la revista británica i-D que el temor a redadas contra inmigrantes ilegales durante sus espectáculos jugó un papel central en la planificación de la gira, que transcurrirá por América Latina, Europa y Asia entre finales de 2025 y mediados de 2026. Otros medios internacionales como Billboard y The Guardian también dieron cuenta de las declaraciones, señalando que el músico atribuyó la ausencia de fechas en ciudades estadounidenses exclusivamente a este motivo, descartando cualquier razón personal o animadversión hacia el país.
Esta decisión ocurre tras el incremento de las políticas migratorias y las operaciones de ICE bajo la administración estadounidense, y en un contexto en el que diversos eventos culturales y festivales latinos fueron cancelados o modificados ante temores de intervenciones similares. Desde la reelección de Donald Trump como presidente, la prioridad del gobierno en aumentar las detenciones diarias de inmigrantes sin documentación ha generado inquietud entre artistas, organizadores y comunidades afectadas.
De acuerdo con información de The Guardian, Bad Bunny manifestó a i-D que “había muchas razones por las que no fui a Estados Unidos, y ninguna fue por odio; he actuado allí muchas veces”, pero enfatizó una preocupación constante: “estaba el tema de que, por ejemplo, ICE podría estar fuera de mi concierto. Y es algo que estábamos hablando y que nos preocupaba mucho”.
El intérprete de música urbana, cuyo nombre real es Benito Antonio Martínez Ocasio, explicó que durante la organización de la gira se priorizó la seguridad de sus seguidores, particularmente de aquellos de origen latino que residen sin estatus regular en el país. “Concretamente, para una residencia aquí en Puerto Rico, cuando somos un territorio no incorporado de Estados Unidos... La gente de Estados Unidos podría venir aquí a ver el espectáculo. Los latinos y puertorriqueños de Estados Unidos también podrían viajar aquí, o a cualquier parte del mundo”, señaló el artista, citado por Europa Press.
Esta afirmación fue ratificada en los reportes de Billboard, donde se amplía que el equipo del cantante discutió reiteradamente el posible impacto de las acciones de ICE en la asistencia a sus shows.

El propio Bad Bunny manifestó críticas hacia las autoridades migratorias en su cuenta de Instagram, donde en junio publicó una historia en la que calificaba a los operativos de ICE como una intervención innecesaria que afecta a personas en situación laboral irregular. “Esos hijos de puta están en esos autos, RAV4. Vinieron aquí… en vez de dejar a la gente sola y trabajando”, fue una de las frases recogidas por Billboard, posteriormente eliminada de la red social.
En lo institucional, no se han difundido comentarios de portavoces oficiales de la Casa Blanca ni del ICE respecto a la decisión del cantante. Tampoco se han emitido declaraciones del Departamento de Seguridad Nacional ni de la agencia de espectáculos Live Nation sobre el impacto económico de la ausencia de fechas estadounidenses.
De acuerdo a las cifras confirmadas por Billboard, Bad Bunny se encuentra finalizando una residencia de treinta actuaciones en el Coliseo de San Juan, Puerto Rico, que ha registrado aforos completos y grandes desplazamientos de público desde distintas partes del continente. La nueva gira, que iniciará en noviembre en República Dominicana y se extenderá a lo largo de Latinoamérica, Europa y Asia, evita por completo ciudades estadounidenses, un cambio respecto a giras previas, en las que suelen agotarse las entradas en menos de veinticuatro horas.
La promotora Live Nation reportó para Europa Press que la venta anticipada de entradas en los recintos de Madrid y Barcelona superó las 600.000 localidades en un solo día. La exclusión de Estados Unidos implica que los seguidores de ese país deberán viajar al extranjero o a Puerto Rico, territorio estadounidense con régimen especial, para asistir al espectáculo.
En las redes sociales y entre sindicatos de trabajadores del espectáculo surgieron inquietudes por la reducción de fechas en Estados Unidos. Sin embargo, no hubo declaraciones institucionales oficiales del gobierno estadounidense sobre el anuncio de Bad Bunny.
La decisión del artista responde al entorno regulatorio y las prácticas recientes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), reforzadas durante el gobierno de Donald Trump. The Guardian detalló que, desde la reelección presidencial, la agencia aumentó los objetivos de arrestos diarios a un mínimo de 3.000 personas, con operativos que suelen centrarse en espacios públicos con alta concentración de latinos, como festivales o eventos culturales.
Diversos medios estadounidenses y organizaciones comunitarias también detallaron la cancelación de celebraciones como el Carnaval de Puebla en Filadelfia, una fiesta guatemalteca en Los Ángeles, congregaciones religiosas en San Bernardino y festivales colombianos en Kansas, debido al temor de redadas. “Solo tienes que mirar de cierta manera y hablar un cierto idioma para estar en peligro”, afirmó Orlando Gutiérrez, organizador de un festival, a The Guardian.

Según consignó Europa Press, Bad Bunny remarcó que sus seguidores en Estados Unidos tienen opción de asistir a los conciertos que ofrecerá en Puerto Rico, anulando así los riesgos legales asociados a la residencia migratoria. Además, las fechas previstas en diversos países de América Latina, Europa y Asia amplían la posibilidad de acceso para seguidores en distintas regiones.
La gira “Debí tirar más fotos” arrancará el 21 de noviembre en República Dominicana y concluirá en julio de 2026 en Bélgica, de acuerdo a la agenda oficial difundida por el equipo del artista.
El retiro de uno de los artistas de música latina más convocantes de los escenarios estadounidenses afecta la programación de grandes recintos y la proyección de la industria del entretenimiento en ese país. También resalta la percepción de vulnerabilidad legal de los asistentes latinos ante la política migratoria y la legislación vigente. Desde la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos que habilita controles federales por motivos de idioma o apariencia física, organizaciones civiles advirtieron sobre un posible efecto disuasivo en eventos multitudinarios o reuniones culturales, según The Guardian.
El caso establece un precedente para futuros eventos con asistencia masiva de comunidades migrantes y mantiene la atención internacional sobre las condiciones y los derechos de los artistas y públicos latinos en el territorio estadounidense.