
Un avión de Virgin Atlantic que volaba al aeropuerto John F. Kennedy (JFK) de Nueva York desde Heathrow, Londres, se vio obligado a regresar al Reino Unido tras un incidente técnico que interrumpió su trayecto.
Según informó Business Insider, el aeronave, un Airbus A350, había recorrido casi la mitad de su ruta cuando realizó un giro inesperado sobre el océano Atlántico, a unos 530 kilómetros de la costa canadiense.
El vuelo despegó el pasado jueves desde el aeropuerto de Heathrow y llevaba aproximadamente cuatro horas en el aire cuando activó el código de emergencia 7700, utilizado para señalar problemas técnicos o situaciones críticas. Posteriormente, el avión aterrizó en el aeropuerto de Mánchester, en el norte de Inglaterra, ocho horas después de haber iniciado su trayecto.

Un portavoz de Virgin Atlantic reveló a través de un comunicado compartido con el medio que la decisión de regresar al Reino Unido se tomó como una “medida de precaución” debido a un “problema técnico”. Aunque no se especificaron detalles en el comunicado oficial, imágenes compartidas en redes sociales mostraron que el avión aterrizó con las puertas del tren de aterrizaje abiertas, lo que sugiere un fallo en el sistema hidráulico.
El medio Business Insider también citó a un portavoz del aeropuerto de Mánchester, quien confirmó que el problema estaba relacionado con los sistemas hidráulicos del avión. Además, señaló que, como parte del protocolo estándar en estos casos, el vuelo fue recibido por el servicio de bomberos del aeropuerto. Sin embargo, aclaró que la medida fue precautoria y no implicó una emergencia mayor.
El incidente representó una experiencia frustrante para los pasajeros, quienes pasaron ocho horas en un vuelo que no llegó a su destino. Este tipo de situaciones, aunque poco frecuentes, suelen generar inconvenientes significativos tanto para los viajeros como para las aerolíneas. Según explicó Business Insider, los vuelos que deben regresar tras haber recorrido largas distancias no solo afectan a los pasajeros, sino que también generan costos adicionales para las compañías aéreas y alteran sus cronogramas operativos.
En este caso, la decisión de aterrizar en Mánchester en lugar de regresar a Heathrow responde a la estrategia de las aerolíneas de priorizar aeropuertos que funcionen como centros de operaciones. Para Virgin Atlantic, Mánchester es su segundo centro más importante después de Heathrow, lo que facilita la gestión de pasajeros afectados y las reparaciones técnicas necesarias para el avión.

El medio detalló que el vuelo 3 pidió aterrizar de manera prioritaria en Heathrow, sin embargo, esto no ocurrió por razones desconocidas. Según lo informado, a los pasajeros del vuelo se les ofreció alojamiento durante una noche en Mánchester y se les programó vuelos alternativos al día siguiente.
“La seguridad de nuestros clientes y tripulación es siempre nuestra máxima prioridad y nuestros equipos están trabajando arduamente para garantizar que nuestros clientes puedan continuar su viaje lo antes posible”, afirmó el portavoz de la aerolínea.
Además, extendió una sincera disculpa por todo el retraso y “cualquier inconveniente ocasionado” tras el incidente con el sistema hidráulico del avión.
El uso del código de emergencia 7700, activado por el vuelo, es una práctica estándar en la aviación para alertar a las autoridades sobre problemas técnicos o situaciones que requieren atención inmediata. Este procedimiento permite a los controladores aéreos priorizar el aterrizaje del avión y coordinar los recursos necesarios para garantizar la seguridad de los pasajeros y la tripulación.
Este incidente fue reportado en redes sociales por un usuario llamado Antony Ochieng, quien compartió en X (anteriormente Twitter) un video del VS3 llegando al aeropuerto de Mánchester con las puertas abiertas debido a un aparente problema hidráulico.