Tres ciudadanos nicaragüenses, identificados como posibles víctimas de trata de personas con fines de explotación laboral, recibieron atención y protección de las autoridades colombianas tras ser hallados pescando en aguas del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
El operativo, que culminó el 8 de noviembre de 2025, incluyó la intervención de Migración Colombia y la Armada Nacional, que iniciaron un proceso de retorno humanitario para los afectados.
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La situación se originó cuando la Armada Nacional sorprendió a cuatro ciudadanos nicaragüenses realizando faenas de pesca en una embarcación no autorizada dentro de aguas jurisdiccionales colombianas.
Durante la investigación, se determinó que el capitán de la nave habría estado involucrado en la posible explotación laboral de los otros tres pescadores, lo que activó de inmediato los protocolos de protección y atención por parte de la autoridad migratoria.
Migración Colombia y la Armada Nacional intervinieron tras identificar a tres personas sometidas a trabajos forzados, gestionando su regreso seguro y garantizando atención integral durante el proceso, mientras el capitán de la embarcación es investigado - crédito Migración ColombiaA partir de ese momento, Migración Colombia, en articulación con la Armada Nacional y otras entidades, desplegó acciones para garantizar el bienestar de los extranjeros.
Los tres pescadores recibieron alojamiento temporal, kits de aseo, alimentación y acompañamiento permanente a través de la Red de Apoyo Migrante, con especial atención a las posibles víctimas de explotación.
El proceso de protección contó con la colaboración de líderes locales, entre ellos el pastor Alberto Gordon, quien facilitó la comunicación con los pescadores en su lengua materna, el mizquito, y ofreció un entorno seguro durante su estadía en el archipiélago.
En paralelo, las autoridades coordinaron con la Embajada de Nicaragua en Colombia la expedición de los documentos de viaje necesarios para los tres pescadores.
Finalmente, se gestionó su retorno humanitario bajo la medida de salida voluntaria, asegurando que el proceso se realizara conforme a los estándares de protección de derechos humanos.
El capitán de la embarcación continúa bajo investigación por su presunta participación en los hechos relacionados con la trata de personas.
La Directora General de Migración Colombia, Gloria Arriero, destacó que la actuación institucional en este caso reafirma el compromiso con la protección de la vida, la dignidad humana y la lucha contra la trata, así como la garantía de procesos migratorios seguros y respetuosos de los derechos humanos.
Una colombiana logró escapar de una red de trata de personas en Camboya, donde fue obligada a trabajar “sin descanso” y bajo amenazas, según denunció la víctima a W Radio.
La mujer, que permaneció cautiva junto a otras 37 personas, fue liberada el 21 de octubre de 2025 tras una intervención policial motivada por denuncias previas.
A pesar de haber recuperado la libertad, la sobreviviente enfrenta una persecución constante por parte de la organización criminal, que la contacta para exigir el pago de supuestas deudas adquiridas durante su traslado.
La víctima relató que, tras la liberación, huyó sin documentos ni dinero: “Fue traumático, solo corríamos y no mirábamos para atrás”, expresó al medio mencionado.
El caso se suma a una tendencia preocupante en Colombia, donde, según un informe del Ministerio del Interior, hasta el 29 de julio de 2025 se registraron 277 sobrevivientes de trata de personas, de los cuales el 79.30% son mujeres y el 56% de los casos ocurrieron fuera del país. La mayoría de las víctimas tienen entre 27 y 59 años y son explotadas principalmente con fines sexuales.
En Colombia se documentaron 277 sobrevivientes de trata de personas tanto en el país como en el exterior - crédito Gobierno Regional del Gran Chaco La hermana de la afectada, Yuli Novoa, explicó que la situación comenzó cuando la mujer aceptó una oferta laboral de una supuesta amiga, que prometía buenas condiciones durante cuatro meses.
Al llegar a Camboya, fue trasladada a un lugar distinto, sometida a jornadas extenuantes y privada de libertad junto a otros extranjeros, incluidos ocho ecuatorianos y 30 colombianos. “Los tenían sometidos a hacer trabajos que no querían. Los maltratos psicológicos eran demasiados”, detalló Novoa a W Radio.
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