
El Gobierno de Australia acusó este lunes a la Fuerza Aérea de China de efectuar maniobras inseguras en el disputado mar Meridional, donde, dos cazas chinos lanzaron varias bengalas cerca de un avión militar australiano que se encontraba en espacio aéreo internacional. La denuncia, realizada en Camberra por el vice primer ministro y ministro de Defensa, Richard Marles, fue respaldada por transcripciones difundidas por el propio Ministerio de Defensa australiano.
Según declaraciones de Marles incluidas en la transcripción, la aeronave australiana —un P-8 del Ejército— realizaba tareas de vigilancia el domingo, en una zona no especificada del mar Meridional, cuando se aproximaron dos cazas Su-35 de la Fuerza Aérea china. Conforme a la versión australiana, estos aviones se ubicaron en las inmediaciones del P-8 y procedieron a lanzar bengalas en al menos tres ocasiones, algunas de ellas a muy corta distancia del aparato.
Richard Marles indicó que, tras analizar el episodio, el Gobierno de Australia lo consideró “inseguro y poco profesional”. Aclaró además que tanto la tripulación como el aparato pudieron regresar al país en condiciones seguras. Camberra presentó una protesta diplomática formal a Beijing y remarcó que la seguridad en las rutas marítimas de esa región es “crucial para el interés nacional” australiano, dada la importancia comercial del área.
El mar Meridional es una zona estratégica por la que circula aproximadamente el 30 % del comercio marítimo mundial y que, además, contiene caladeros y potenciales reservas de hidrocarburos. Este territorio es objeto de disputas entre China y otros países como Filipinas, Vietnam y Malasia, debido al reclamo de soberanía casi total ejercido por Beijing.
No se trata del primer incidente similar entre fuerzas de ambos países. En febrero pasado, el gobierno australiano ya había denunciado que un avión de combate chino tipo J-16 había lanzado bengalas hacia otra aeronave australiana que patrullaba la misma región. Australia insiste, según el comunicado oficial, en la necesidad de mantener un “orden basado en normas” en aguas y espacio aéreo internacionales para evitar futuros percances.
La tensión entre Beijing y Camberra se extiende también a la región del Pacífico, históricamente bajo la influencia de Australia y Estados Unidos, donde China ha incrementado su presencia en los últimos años.

En este contexto, el mes pasado, el ministro de Defensa australiano sostuvo en Japón un encuentro con su homólogo nipón, Gen Nakatani. La visita incluyó una inspección conjunta al JS Mikuma, una fragata japonesa del modelo clase Mogami, recientemente elegida por Australia para renovar su flota naval. Según subrayó Marles durante el evento, la selección de estas fragatas representa “un momento histórico” en las relaciones bilaterales y marca un impulso a la cooperación militar entre Australia y Japón frente a la creciente influencia de China.
Nakatani destacó que el acuerdo refuerza la colaboración en la cadena de suministro de defensa y ayuda a la estabilidad del Indo-Pacífico. Ambos ministros, junto a los titulares de Relaciones Exteriores, acordaron profundizar los ejercicios militares conjuntos, la cooperación en energía y minerales críticos, así como la colaboración con Estados Unidos. También firmaron un pacto para mejorar la coordinación en la evacuación de ciudadanos ante emergencias.
El proyecto conjunto para incorporar las fragatas clase Mogami, impulsado por el gobierno japonés y la industria de defensa, simboliza el compromiso de ambos países con la modernización naval y la seguridad regional.