
En una jornada marcada por la solemnidad de la Pascua, el vicepresidente de Estados Unidos, James David Vance, mantuvo un breve, pero simbólico encuentro con el papa Francisco el domingo 20 de abril de 2025 en la Casa Santa Marta, residencia del pontífice en el Vaticano. La cita tuvo lugar poco después de las 11:30 de la mañana (hora local), según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, y consistió en un intercambio privado de saludos pascuales.
El vicepresidente, conocido por su conversión al catolicismo en 2019, se encontraba en Italia junto a su esposa y sus tres hijos con motivo de las celebraciones de Semana Santa. Aunque su familia no estuvo presente en el encuentro con el papa Francisco, de 88 años y en estado delicado tras una neumonía reciente, entregó personalmente tres huevos de Pascua de chocolate para los niños, además de un rosario y una corbata con emblemas del Vaticano, según informó Associated Press (AP).
La reunión, de tan solo unos minutos, transcurrió en un ambiente de respeto y recogimiento. “Sé que no se ha sentido bien, pero me alegra verlo con mejor salud. Gracias por recibirme”, dijo Vance al papa, según declaró posteriormente su oficina. Antes de retirarse, añadió: “Rezo por usted todos los días. Dios lo bendiga”.
Vance llegó al Vaticano en una comitiva oficial que ingresó por una puerta lateral, mientras en la Plaza de San Pedro se celebraba la misa de Pascua, presidida por el cardenal Leonardo Sandri en lugar de Francisco, quien ya no estaba en condiciones de presidir actos litúrgicos extensos. En total, la comitiva del vicepresidente permaneció 17 minutos dentro del territorio vaticano.
La visita al pontífice marcó el final de un recorrido de tres días del vicepresidente en Roma, que incluyó reuniones diplomáticas y actos religiosos. El sábado 19 de abril, Vance fue recibido en la Secretaría de Estado del Vaticano por el cardenal Pietro Parolin, acompañado por el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados. Según informó la Oficina de Prensa del Vaticano, durante esa conversación se renovó el compromiso conjunto en defensa de la libertad religiosa y de conciencia, y se abordaron temas internacionales con especial atención a los conflictos armados, los refugiados y los migrantes.

De acuerdo con el equipo del vicepresidente, también se discutió sobre “la fe católica compartida, el catolicismo en los Estados Unidos, la situación de las comunidades cristianas perseguidas en el mundo y el compromiso del presidente Trump con la restauración de la paz mundial”. Por su parte, el Vaticano describió la conversación como un “intercambio de opiniones” sobre asuntos migratorios y las crisis humanitarias actuales.
El viernes 18, Vance y su familia asistieron a la Celebración de la Pasión del Señor en la Basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales. La participación en este acto litúrgico, junto con la posterior visita a la Basílica de San Pablo Extramuros, donde rezaron ante la tumba del apóstol Pablo, reflejó el carácter devoto del viaje del vicepresidente.
El simbolismo del encuentro con el papa no pasó desapercibido debido a las tensiones que previamente habían surgido entre ambos. Francisco, cuya defensa de los migrantes ha sido una constante de su pontificado, criticó en febrero de 2025 los planes del gobierno estadounidense para deportar masivamente a migrantes, señalando que tales medidas atentaban contra la dignidad humana. En esa ocasión, en una carta a los obispos de Estados Unidos, el pontífice pareció responder directamente a Vance, quien había argumentado que la doctrina católica respaldaba tales políticas.
Vance, por su parte, reconoció públicamente las críticas de Francisco, aunque reafirmó su posición. Durante su intervención del 28 de febrero en el Desayuno Nacional de Oración Católica en Washington, evitó referirse directamente a la polémica, pero se describió como un “católico en formación” y admitió que aún había “muchas cosas de la fe que no conoce”.
El encuentro del Domingo de Resurrección fue, en este contexto, una muestra de respeto institucional y religioso pese a las diferencias ideológicas. Poco después del anuncio oficial de la muerte del Papa en la madrugada del lunes 21 de abril, Vance publicó en la red social X un mensaje en el que expresó su pesar: “Mi corazón está con los millones de cristianos de todo el mundo que lo amaban”.
Recordó el momento compartido con el pontífice: “Me alegró verlo ayer, aunque estaba evidentemente muy enfermo. Siempre lo recordaré por la homilía que dio en los primeros días del COVID. Fue realmente hermosa”.

El fallecimiento de Francisco, el primer papa latinoamericano y jesuita, ocurrió menos de 24 horas después de recibir al vicepresidente estadounidense. Su deceso marca el fin de un pontificado que durante más de una década promovió la defensa de los pobres, la migración, el diálogo interreligioso y la paz mundial. La coincidencia temporal entre su último encuentro con un jefe de Estado extranjero y su fallecimiento ha generado interpretaciones simbólicas, aunque desde el Vaticano no se ha emitido ninguna declaración adicional al respecto.
Por el momento, no se ha confirmado si Vance o algún otro alto funcionario estadounidense participará en el funeral del pontífice. La Casa Blanca y el Departamento de Estado no han emitido comunicados oficiales en relación con su posible representación en las exequias.