La Basílica de Santa María la Mayor, una de las joyas arquitectónicas y espirituales de Roma, se convertirá en el lugar de descanso eterno del papa Francisco, quien falleció el lunes 21 de abril a los 88 años. Con esta elección, el primer pontífice latinoamericano y jesuita rompió con siglos de tradición y reafirma su estrecho vínculo con la figura mariana.
Ubicada en el monte Esquilino y construida en el siglo V, Santa María la Mayor es una de las cuatro basílicas papales de Roma.
A fondo: así es la Basílica de Santa María la Mayor
Su diseño interior, majestuoso y sobrio, conserva la esencia del cristianismo primitivo: una amplia nave central flanqueada por columnas jónicas y una colección de mosaicos paleocristianos que narran episodios bíblicos con impresionante detalle.
En su interior, también reposan reliquias de alto valor espiritual, como fragmentos de la supuesta cuna de Jesús y un icono atribuido a San Lucas.

Según reseña La Nación, la tradición cuenta que la Virgen María se apareció en sueños al papa Liberio y a un noble romano para señalar el lugar donde debía construirse la basílica. La señal fue una nevada milagrosa el 5 de agosto, en pleno verano romano. Esa historia aún se celebra cada año con una lluvia de pétalos blancos desde la cúpula del templo.
En este mismo sitio, siete papas y figuras como Bernini han sido sepultados. Sin embargo, desde el siglo XVII, ningún pontífice había elegido esta basílica como su lugar de descanso. Francisco sí lo hizo, por su devoción al icono Salus Populi Romani, ante el cual rezaba antes y después de cada viaje apostólico.

“Ese es el lugar”, dijo el papa al vaticanista Javier Martínez-Brocal en su libro El Sucesor, señalando una pequeña sala junto a la escultura de la Virgen, donde ya está preparado su sepulcro. Más que un gesto simbólico, se trata de una decisión coherente con su visión pastoral: humilde, cercana al pueblo y profundamente devota.
Feligreses se podrán despedir del papa Francisco hasta el viernes
El féretro del Papa Francisco estará abierto en la Basílica de San Pedro desde el miércoles, para permitirle a los fieles despedirse del pontífice en un acto que durará hasta el viernes por la tarde.
De manera oficial, la Santa Sede ha informado que durante los primeros días, el templo permanecerá abierto hasta la medianoche para facilitar las despedidas, informó la agencia EFE.
El traslado del cuerpo desde la capilla de la Casa Santa Marta a la basílica se realizará mañana miércoles a las 9:00 a.m., hora local, en lo que se denomina el rito de la “traslación”.
La ceremonia será presidida por el cardenal Kevin Joseph Farrell, quien liderará una oración previa al inicio del recorrido procesional. La procesión recorrerá lugares emblemáticos como la plaza Santa Marta, la plaza de los Protomártires Romanos y saldrá hacia la plaza de San Pedro, ingresando por la puerta central.
La capilla ardiente en San Pedro abrirá sus puertas hasta las 7:00 pm, horas local, este miércoles, permitiendo a los fieles rendir homenaje. Los días siguientes, el público podrá acudir para despedir al pontífice hasta las 12:00 am del miércoles y durante todo el día jueves desde las 7:00 am.