
El número de víctimas mortales por las graves inundaciones en el este de Sudáfrica ascendió este jueves a 78, un incremento respecto a las 57 reportadas previamente. Entre los fallecidos identificados en la última jornada se encuentran varios niños que viajaban en un autobús escolar, según confirmó el Gobierno, que clasificó los acontecimientos como un desastre nacional.
Velenkosini Hlabisa, ministro de Gobernanza Cooperativa y Asuntos Tradicionales, declaró a medios locales tras su visita a la afectada Mthatha, en la provincia del Cabo Oriental, que la situación es “una crisis, un verdadero desastre”, y advirtió que a medida que las aguas retrocedan, es probable que se encuentren más personas.
También hizo un llamado a los habitantes de las áreas afectadas para que reporten a cualquier persona desaparecida desde hace dos días, para poder incluirlas en las tareas de búsqueda y rescate.
“La cifra de 57 no son solo números, sino que son seres humanos, algunos de los cuales eran el sostén de sus familias y otros hijos únicos en sus respectivas familias", lamentó la víspera, en otra intervención ante la prensa.
Por la magnitud de los acontecimientos y sus limitaciones para responder a ellos, el Gobierno decidió clasificar como "desastre nacional" a las provincias del Cabo Oriental, KwaZulu-Natal, Estado Libre y Cabo Occidental, dado que ello permite a las autoridades actuar de inmediato, a diferencia de una declaración, que requiere más recopilación de información previa a cualquier intervención.
Las lluvias torrenciales comenzaron a azotar la región el pasado lunes y, combinadas con vientos fuertes y nieve en zonas más altas, derivaron en el desborde de los ríos locales y en una inmediata situación de crisis.
Desde el martes en la madrugada, los equipos de rescate han estado trabajando arduamente entre los escombros y cuerpos de agua para encontrar a los desaparecidos y recuperar los cadáveres. Las áreas más afectadas fueron la ciudad de Mthatha y sus zonas aledañas, donde las corrientes arrastraron víctimas junto con partes de sus hogares y automóviles

Oscar Mabuyane, primer ministro de la provincia del Cabo Oriental, señaló que las inundaciones ocurrieron cuando muchas personas dormían y precisó que el nivel del agua había alcanzado los cuatro metros en ciertas áreas, inundando las comunidades cercanas.
Mabuyane también reconoció que la región estaba carente de los recursos adecuados para enfrentar una contingencia de este estilo, lo que obstaculizó las tareas.
Por ejemplo, señaló que la zona tiene solo un helicóptero de rescate, el cual llegó desde Gqeberha, a unos 500 kilómetros de distancia, y no dispone de un cuerpo de buzos o unidades caninas K-9, debiendo también solicitarse desde otros lugares.
El presidente, Cyril Ramaphosa, anunció su visita para este viernes a Mthatha, con el objetivo de brindar apoyo a los damnificados, e hizo alusión, a su vez, a la necesidad de mejorar sus capacidades de respuesta ante emergencias, para evitar repetir estos errores.
“Mañana iré a Mthatha, en el Cabo Oriental, para estar con nuestra gente que está sufriendo, para consolarlos y brindarles apoyo”, escribió en su cuenta de X.
Cerca de mil personas han evacuado sus hogares en toda la provincia, encontrando refugio en centros comunitarios, según informó Khuselwa Rantjie, portavoz del Gobierno provincial, que sumó que, a la par, 127 escuelas, 20 instalaciones de salud e infraestructura clave, incluyendo carreteras y puentes, habían sufrido graves daños.
(Con información de AP, EFE y Europa Press)