
En un operativo conjunto llevado a cabo por agencias federales y encabezado por la DEA (Drug Enforcement Administration), se descubrió y desmanteló una extensa red de tráfico de fentanilo y cocaína en los suburbios del sur de Chicago. De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, un allanamiento reciente en una residencia en Frankfort, Illinois, reveló una operación de distribución de drogas que implicaba a James Howard, de 32 años, y Shantel Robinson, de 31 años. La acción policial ocurrió el lunes 9 de junio, deteniendo así a ambos sospechosos quienes ahora enfrentan cargos federales significativos.
El alcance de la operación abarcaba diversos puntos estratégicos de la ciudad, incluyendo un apartamento en Oak Lawn, que de acuerdo con la declaración jurada, era utilizado como un laboratorio para la producción de drogas. Las autoridades descubrieron pruebas cruciales mediante el uso de cámaras ocultas en macetas, una táctica que resultó vital para documentar actividades delictivas y asegurar una orden de arresto para los implicados. Durante la redada, agentes encontraron grandes cantidades de fentanilo y cocaína, junto con dispositivos conversiones de armas.
El descubrimiento inicial en el apartamento de Robinson se intensificó cuando agentes localizaron un almacenamiento adicional en Alsip. De acuerdo con el informe del Departamento de Justicia, se hallaron aparatos destinados a convertir pistolas Glock en metralletas, junto con un arsenal de 25 armas de fuego. La ejecución de la orden de registro permitió a autoridades incautar alrededor de 15 libras [6.8 kilogramos] de fentanilo y casi 2 libras [900 gramos] de cocaína, junto con los dispositivos mencionados.

Durante la redada en la residencia de Frankfort, las autoridades encontraron un número significativo de armas y drogas dispuestas en el interior de la propiedad. Según consta en la declaración jurada, la residencia había sido completamente pagada poco tiempo después de que Howard se mudara en abril, lo que la fiscalía atribuye a la obtención de ganancias mediante actividades ilegales en el comercio de narcóticos.
El uso de cámaras ocultas, parte integral de la operación informalmente llamada “Operación Flowerpot”, fue decisivo. Estas cámaras estaban ocultas en macetas ornamentales, acción mediante la cual las autoridades pudieron grabar los movimientos dentro del aparente narcolaboratorio y en áreas externas del edificio. Los hallazgos en este operativo van más allá de las incautaciones comúnmente reportadas. Además de las drogas y las armas, la incautación incluyó dispositivos para la manipulación de drogas y grandes cantidades de dinero en efectivo. Estos elementos estructurales de la organización apuntan a una red vasta y bien establecida de tráfico de drogas.

La posterior detención de los acusados fue llevada a cabo tras reunir evidencia suficiente respaldada por las grabaciones obtenidas desde las macetas. Shantel Robinson y James Howard comparecieron ante un juez federal, donde los fiscales presentaron los cargos de conspiración para distribuir sustancias controladas. Durante la presentación del caso, se hicieron públicos los numerosos hallazgos de armas y dispositivos de conversión ubicados tanto en el apartamento de Oak Lawn como en la casa de Frankfort.
En la misma audiencia, el juez Gabriel Fuentes decidió las condiciones de la liberación de Robinson, quien fue colocada bajo la supervisión de su padrastro, mientras que Howard recibió una fianza de 150.000 dólares. La madre de Howard se ha comprometido a utilizar su casa como garantía para la fianza. Se espera que ambos comparezcan nuevamente en la corte para seguimiento de sus casos. Phil Andrew, exagente del FBI, destacó que la efectividad del trabajo conjunto de agencias locales y federales en este tipo de operaciones. La ubicación estratégica de las cámaras ocultas, junto a la cooperación interinstitucional, permitió desmantelar este sofisticado grupo delictivo.